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Los dos últimos CDR que estaban en prisión abandonan la cárcel en libertad provisional
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BAJO FIANZA DE 30.000 y 15.000 EUROS

Los dos últimos CDR que estaban en prisión abandonan la cárcel en libertad provisional

El Juzgado Central de Instrucción número 6 ha ordenado la puesta en libertad de Jordi Ros y Germinal Tomàs Aubeso, los dos últimos CDR investigados por terrorismo que quedaban entre rejas

Foto: El CDR Jordi Ros en su declaración ante la Audiencia Nacional
El CDR Jordi Ros en su declaración ante la Audiencia Nacional

Los dos únicos miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) investigados por terrorismo que seguían entre rejas ya pueden abandonar la cárcel. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha ordenado este viernes la puesta en libertad provisional de Jordi Ros y Germinal Tomàs Aubeso bajo fianza 30.000 y 15.000 euros respectivamente, decisión que apoya en que el riesgo de fuga se ve diluido por el "arraigo" que ambos tienen en España: cuentan con empleo y familia en Cataluña. Para evitar que eludan la acción de la Justicia, el magistrado les obliga además a comparecer semanalmente ante el juzgado de guardia más cercano a su domicilio y les prohíbe salir del país. A las 20.45 horas de este viernes ambos han abandonado la prisión de Soto del Real.

La salida de Ros y Aubeso se suma a la de Alexis Codina, Ferrán Jolis, Xavier Duch, Xavier Buigas y Eduard Garzón, todos ellos investigados por delitos de pertenencia a organización terrorista, tenencia de explosivos y conspiración para la comisión de estragos. En juez considera que formaban parte de los equipos de respuesta táctica (ERT), una organización vinculada a los CDR que pretende instaurar la república catalana por cualquier vía, incluidas las violentas, postura que mantiene en los autos con los que acuerda la puesta en libertad de los dos últimos este viernes: "Nos hallamos ante una célula fuertemente organizada y clandestina, integrada en el paraguas de los CDR, cuyos miembros abogan por un aumento manifiesto de la radicalidad en sus acciones".

El juez responde así a la Sección Segunda de la Sala de lo Penal, que cuestionó que los investigados integrasen un grupo terrorista: en un reciente auto, aseguraba ser incapaz de “emitir un juicio definitivo suficientemente fundado sobre la naturaleza o no terrorista de los hechos”. García Castellón, sin embargo, subraya ahora que "la ausencia de una previa organización terrorista así declarada judicialmente no impide que los hechos llevados a cabo por los miembros de la organización puedan tener la consideración de terrorismo", pues "la naturaleza terrorista de la organización de la que tratamos resulta acorde con las últimas tendencias legislativas y jurisprudenciales que han abordado el tema de la irrupción y proliferación de grupos terroristas inmersos, como ocurre recientemente en el islamismo violento, donde priman las estructuras horizontales en detrimento de las verticales".

En el caso de Ros, él mismo declaró ante la Audiencia Nacional el 26 de septiembre que su papel pasaba por producir termita y nitrocelulosa, pero lo presentó como un objetivo "personal", un "reto", una forma de "experimentar". No llevaba ni cinco minutos declarando cuando el fiscal le pidió concretar más. Le recordó que trabajaban después de cenar "para que no estuvieran los niños delante", pero evitó dar una respuesta clara. Le recordó que se puso en contacto con otros CDR de Manresa que también fabricaban termita, pero se limitó a decir que el trabajo de sus vecinos era "muy poco exitoso". Cuando la pregunta se centraba en cómo pretendía utilizar estas sustancias, Ros volvía entonces a la idea de "experimentar".

Su interrogatorio se centró así en la fabricación de explosivos, una labor que él mismo comparó con el Proyecto Manhattan. "Yo soy bastante autodidacta y más o menos cultivado, leído. Ahora mismo, te diré una cosa que a lo mejor se escapa... Haré una pequeña comparación: en el Proyecto Manhattan, el de la bomba atómica, trabajaban allí miles de científicos [...] y solo había una persona que sabía en qué se trabajaba realmente, que era Oppenheimer". Tras más de media hora de declaración, las preguntas que más le arrinconaron fueron sobre los hallazgos en su móvil: "El 6 de septiembre, dice que va a destilar una cerveza en casa de sus padres y va a hacer 'pum, pum, pum', ¿a qué se refiere usted?". Ros no lo recordaba. "¿Usted hacía búsquedas en su móvil del cuartel de la Guardia Civil?". Y Ros respondió que "conscientemente no".

Pero más allá de su declaración, los investigadores sí encontraron una serie de pruebas contra él en los seguimientos y pinchazos telefónicos. Ros, de hecho, fue dejando pistas en su basura durante meses, desde restos de sustancias químicas, hasta anotaciones de fórmulas. La prueba de que los acusados planeaban atentados llegó la mañana del 30 de agosto, cuando la Guardia Civil recuperó un escrito de su contenedor. "En el interior se encontró una hoja manuscrita. Dicho texto, tratándose a todas luces de un borrador, reúne los elementos propios de los comunicados reivindicativos hechos públicos con ocasión de acciones llevadas a cabo en el pasado por organizaciones terroristas nacionalistas como ETA o Terra Lliure. Significar que el escrito se encontraba firmado con idéntica firma a la del documento nacional de identidad de Jordi Ros Sola".

Escrita en catalán, su traducción es esta: "Solo nos querremos si hacemos nuestras cosas por nosotros. Habrá gente que las aceptará, aceptará nuestros actos y seremos valorados y queridos por los mismos o no. Dependerá de los juicios de valor de cada individuo o colectivo. Nunca deberíamos hacer las cosas por agradar, haremos las cosas según nuestro criterio, valores, ética y nuestra estima".

Aunque Aubeso se negó a declarar en la Audiencia Nacional, el juez apunta a que formaba parte del "núcleo productor": llevaba material que adquiría "para la elaboración y fabricación de las sustancias explosivas". "La aportación de Germinal Tomás sería una pieza clave en el éxito del plan delictivo, ya que participaba en la fase de elaboración y producción de los compuestos explosivos e incendiarios sin los cuales no podría llevarse a cabo el propósito perseguido por la organización terrorista", subraya el magistrado.

Los dos únicos miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) investigados por terrorismo que seguían entre rejas ya pueden abandonar la cárcel. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, Manuel García Castellón, ha ordenado este viernes la puesta en libertad provisional de Jordi Ros y Germinal Tomàs Aubeso bajo fianza 30.000 y 15.000 euros respectivamente, decisión que apoya en que el riesgo de fuga se ve diluido por el "arraigo" que ambos tienen en España: cuentan con empleo y familia en Cataluña. Para evitar que eludan la acción de la Justicia, el magistrado les obliga además a comparecer semanalmente ante el juzgado de guardia más cercano a su domicilio y les prohíbe salir del país. A las 20.45 horas de este viernes ambos han abandonado la prisión de Soto del Real.

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