ERC se aboca a un congreso crucial en el momento más delicado de los últimos años

Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) afronta este sábado la celebración de un congreso en el que ha de aprobar la estrategia política para los próximos años. La formación independentista llega a este congreso en medio de una coyuntura delicada, posiblemente el momento más delicado de los últimos años, con su máximo líder, Oriol Junqueras, condenado a prisión y en el centro de la polémica, al ser apoyado por el Tribunal de la UE (TUE) para que pueda ser proclamado, igualmente, eurodiputado. Pero, además, se encuentra en un momento crucial para la política española, ya que está negociando la investidura o no del líder del PSOE, Pedro Sánchez. Y si ERC no lo permite, España estará abocada a unas terceras elecciones en menos de un año.

Se da la circunstancia de que la sentencia del TUE ha dado alas al independentismo. Tanto que los negociadores republicanos suspendieron las conversaciones con los socialistas este jueves hasta ver cuál es el posicionamiento de Sánchez. Desde las filas socialistas existe el temor de que esa sentencia vicie el congreso y de que se pueda presentar alguna moción radical para ser votada, como la exigencia de poner en libertad a Oriol Junqueras a cambio de seguir negociando (cuando esa potestad corresponde a los jueces y no al Gobierno español, como entienden los que lo piden).

Fuentes de ERC consultadas por El Confidencial apuntan a que "no se espera ninguna novedad en este congreso. Se trata de un mero trámite, donde ni siquiera se va a elegir a la dirección, puesto que las votaciones para elegir a los líderes tuvieron lugar en septiembre. Por tanto, se aprobarán las líneas estratégicas que serán una continuidad de las que han venido aplicándose hasta ahora". Oficialmente, pues, se aleja el fantasma de que la sentencia desdibuje el panorama político. Pero hay dos pequeños inconvenientes: el primero, que una agrupación o un canal independentista podría presentar un texto para ser votado en el congreso, lo que podría alterar la celebración del mismo; el segundo, es el hecho de que los republicanos esperan obtener alguna ventaja del fallo europeo y no se quedarán con los brazos cruzados, porque una cosa es pedir imposibles y otra, muy diferente, es exigir determinadas contraprestaciones que ahora tienen más al alcance de su mano y más legitimidad jurídica para reclamar. Por tanto, se podría impulsar un texto consensuado que meta presión a las negociaciones con el PSOE y que, sobre todo, visualice que ERC es combativa.

Relaciones bilaterales con España

En la ponencia estratégica que se presenta al congreso de este sábado, ERC apuesta por "crear espacios de soberanía republicana" en Cataluña; es decir, en impulsar entidades y organizaciones civiles. Se trata de favorecer cambios en las relaciones de poder que debiliten al Estado y a los grandes grupos económicos que lo sustentan y faciliten, en consecuencia, la estrategia a favor de la República Catalana". Contrariamente a la estrategia de Carles Puigdemont, que quiere crear órganos paralelos dudosamente democráticos como la Mesa de Cargos Electos (en la que solo tienen cabida los independentistas) o el Consell per la República, ERC apuesta por fortalecer el Parlament y el Govern como bases de los poderes ejecutivo y legislativo, reclamando que Cataluña "se relacione con el Gobierno español desde la bilateralidad y con mentalidad de Estado propio".

Se podría impulsar un texto consensuado que meta presión a las negociaciones con el PSOE y que, sobre todo, visualice que ERC es combativa

A los republicanos no se les escapa que tanto el Congreso como el Senado "son un altavoz para evidenciar ante la ciudadanía la falta de voluntad política por parte de cualquier Gobierno para resolver el conflicto político entre Cataluña y España por la vía del diálogo". Así, dicta los principales objetivos de sus diputados en el congreso: denunciar la política represiva y la violencia del Estado español; insistir en el diálogo; "desenmascarar el Régimen del 78 y denunciar los agravios de un Estado monárquico, unitarista, centralista, uniformizador, nepótico (sic) e ineficiente"; defender los derechos, libertades e intereses de las clases trabajadoras y populares; evidenciar la falta de voluntad del Estado para atender las necesidades de inversión en los Països Catalans; reivindicar los derechos nacionales de Cataluña y los Països Catalans; y tejer complicidades con otros movimientos progresistas del resto de España. También llama a tejer complicidades en el ámbito internacional y a articular movimientos sindicales netamente independentistas dentro de Cataluña.

Esquerra considera la independencia "una herramienta de transformación social y objetivo político al mismo tiempo". Reconoce que "la propuesta de República Catalana ha permitido canalizar y compartir elementos de una nueva cultura política y subraya que esta República es la cristalización de un poder institucional popular y democrático. Es la culminación de la ligazón entre la emancipación social y la liberación nacional".

El independentismo auténtico es el de ERC

Asegura la ponencia estratégica que Esquerra "ha sido históricamente la única opción política con presencia institucional que ha abanderado la opción independentista desde el ámbito parlamentario, los Ayuntamientos o el Govern de la Generalitat”. Y asegura que los cambios producidos durante el 'procés' "no se entenderían sin el papel activo de ERC en el seno de los movimientos ciudadanos y en la esfera de la 'batalla de las ideas'". Destaca, asimismo, que "la historia reciente de Cataluña ha estado marcada por la imposibilidad de encontrar una respuesta satisfactoria a las aspiraciones y a los derechos de la ciudadanía de Cataluña en el marco del Estado español".

La ponencia se despacha contra la actitud del Gobierno español "que empezó una estrategia de intimidación y amenaza contra la celebración del referéndum vulnerando los derechos civiles y políticos de la. Ciudadanía". Recuerda que el 1 de octubre de 2017 el sí a la independencia obtuvo 1.044.098 votos y que "el Estado, aquel día, quedó totalmente superado por la fuerza democrática del pueblo de Cataluña. La represión policial tuvo un gran eco internacional poniendo en entredicho la imagen de España como un Estado equiparable a las democracias occidentales de su entorno".

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Asegura, asimismo, que, contrariamente a lo que declararon en el juicio sus dirigentes, más tarde se votó en el Parlamento la independencia "que no llegó a hacerse efectiva por la aplicación del artículo 155 por parte de las instituciones del Estado y por la brutal represión de los aparatos del Estado contra los miembros del Govern de Cataluña y la presidenta del Parlament, lo que supuso la cárcel o el exilio".

El Estado español es "irreformable"

Sostiene, pues, ERC, que ha habido una "causa general" contra el independentismo y que a partir del encarcelamiento de la mayoría del Govern comenzó un periodo "marcado por la violencia institucional, judicial y policial, la amenaza permanente contra las instituciones catalanas y por un clima general de retroceso de los derechos civiles y las libertades democráticas". También califica el juicio del 1-O de "juicio farsa" y la sentencia, de "venganza". Y añade: "No hay duda de que la línea de la lucha no violenta, movilización masiva, autoorganizada y las acciones de desobediencia civil irán tomando todavía más cuerpo con vistas al futuro".

Partiendo, pues, de la base de que el Estado español es "irreformable" y de que se están utilizando "formas represivas para combatir el independentismo, propone medidas sociales que vayan acompañadas de medidas nacionales. En otras palabras, además de dar prioridad al impulso de políticas valientes de "redistribución de la riqueza"; de un crecimiento económico "ambientalmente sostenible y territorial y sectorialmente equilibrado", alejado del modelo económico neoliberal de desregulación y del "modelo español de capitalismo oligopólico"; del impulso de una revolución verde; de apuesta por una "revolución feminista"; y de apoderamiento de la ciudadanía organizada, llama a unificar las estrategias independentistas "en la línea del viejo 'somos un solo pueblo'". Se trata, en definitiva, de lograr "la unidad estratégica de las fuerzas independentistas para seguir avanzando" hasta lograr la independencia "y poder abandonar las Cortes españolas".