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Tsunami, defensaexili, bitcoins: la 'república' de Puigdemont se aloja en paraísos fiscales
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el govern tilda el decreto de "155 digital"

Tsunami, defensaexili, bitcoins: la 'república' de Puigdemont se aloja en paraísos fiscales

Uno de los puntos calientes de esta nueva 'república digital' paralela son las islas Saint Kitts and Nevis, el mismo paraíso fiscal en el que Correa escondió la principal empresa de la Gürtel

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El decreto del Gobierno español para obligar a que todos los servidores de las administraciones públicas del Estado estén localizados dentro de la Unión Europea va dirigido directamente a la línea de flotación de la 'república digital' que el independentismo catalán está creando a través de servidores localizados en paraísos fiscales y digitales. Porque los datos de miles de catalanes son manejados con opacidad desde una pequeña isla caribeña a través, por ejemplo, la web defensaexili.org. El consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, calificó este jueves la medida del Gobierno en funciones como un “155 digital” y "golpe de Estado digital”.

El propio Puigneró recabó un extenso compendio de estudios sobre el DNI virtual de lo que podría ser una Cataluña independiente, siguiendo el modelo de Estonia, y anunció hace unos meses la creación de una identidad digital catalana, de dudosa legalidad pero que permitiría a la Generalitat manejar un censo catalán al margen del Estado español. Puigneró, ante el anuncio de Pedro Sánchez, alardeó de que la república digital ya existe “y es imparable, porque es, en el fondo, el nacimiento de un quinto poder, la ciudadanía digitalmente empoderada”. Con el decreto, Madrid quiere evitar que la Administración catalana cree una administración paralela en el ciberespacio. Para escapar al control del Estado, se están utilizando paraísos fiscales y digitales. Y eso es lo que la Administración central quiere controlar: que los datos de los ciudadanos españoles y catalanes figuren en archivos ‘blancos’ dentro de la Unión Europea, no en oscuros ficheros ubicados en paraísos opacos, como la web que aloja Tsunami Democràtic, domiciliada también en el Caribe.

Foto: Un hombre coloca una pancarta del expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont en Barcelona. (Reuters)

Uno de los puntos calientes de esta nueva 'república digital' paralela son precisamente las islas San Cristóbal y Nieves (Saint Kitts and Nevis), el mismo paraíso fiscal en el que Francisco Correa escondió la principal empresa de la trama Gürtel. El independentismo catalán ubicó allí, hasta hace menos de dos semanas, la web con la que recaudaba dinero sin control alguno, defensaexili.org. Una paradoja, como todo lo que rodea al independentismo: se pretende hacer una república desde un protectorado de la monarquía británica. Eso sí, con total opacidad y sin rendir cuentas. Mientras Puigdemont presume de tener el sistema más transparente del mundo, nadie sabe ni cuánto dinero ha recaudado el Consell per la República que él preside. Tampoco se sabe cuánto dinero recaudó defensaexili.org para los gastos de su defensa y de sus colegas fugados. El ‘expresident’ prometió hace meses transparencia y que rendiría cuentas, pero los números no han aparecido. Solo constan en su libreta de apuntes y son secretos.

Alarma por los bitcoins

Defensaexili.org, la web alojada en el Consell per la República, comenzó hace unos meses a reclamar donativos en bitcoin, la moneda virtual que no deja rastro. El mismo día en que esta petición fue publicada por El Confidencial, sus organizadores desactivaron el pago en dicha moneda, cuando ya el ‘expresident’ fugado llevaba recaudados 1,79 bitcoins (alrededor de 10.000 euros). Tras las denuncias, en su mayor parte de este medio, defensaexili.org desapareció del paraíso fiscal de San Cristóbal y Nieves (donde estaba alojada) el pasado 8 de octubre y ha pasado directamente a tres servidores de la empresa Njalla (antes lo estaba en Nationbuilder) en Noruega, Islas Feroe y la India.

placeholder Carles Puigdemont, en Bruselas. (EFE)
Carles Puigdemont, en Bruselas. (EFE)

El brazo ejecutor de todo el entramado es la sociedad 1337 Services LLC, una empresa propiedad de Njalla también domiciliada en las islas caribeñas de San Cristóbal y Nieves. Y Njalla es a su vez propiedad de Peter Sunde, que fue contactado por uno de los hombres de confianza de Carles Puigdemont, que lleva trabajando en Bruselas desde hace varios años. El propio Sunde alardea de haber creado la página para promover dominios y que “los usuarios tengan la opción de registrar un dominio sin estar preocupados de que las autoridades puedan ir tras ellos”. También presume de que, aunque sus servicios no son los más baratos, sí son “los más seguros”. Para mayor opacidad, Njalla suele trabajar mediante bitcoins, con el fin de hacer más difícil averiguar la identidad de los que trabajan con este sistema.

Una 'república virtual' en el Caribe

Sunde es un sueco-finlandés que fue detenido en su país por piratería. Creó el portal The Pirate Bay y fue condenado a un año de cárcel (luego se quedaron en ocho meses) y a pagar 45 millones de coronas de multa (casi cinco millones de euros). El pirata estuvo dos años fugado de la Justicia hasta que, finalmente, fue arrestado por Interpol en 2014 para ingresar en prisión. En 2017, Sunde lanzó un mensaje contundente: “Si tienes una web catalana que esté siendo cerrada por las autoridades españolas, contáctame. Te cubrimos”. El contacto con el pirata nórdico se produjo después de que la Justicia española cerrara varias páginas web relacionadas con el referéndum y de que el fugado Julian Assange hubiese contactado con algunos elementos independentistas comprometiéndose a ayudar en el ‘procés’. En la actualidad, la empresa señera de Sunde lleva el distintivo de Laos, pero opera con plataformas en la isla de Chipre, desde donde deriva actividad a determinados paraísos fiscales y digitales de todo el mundo. Dirige, pues, un entramado cuyo único objetivo es crear tramas oscuras que no puedan ser investigadas ni intervenidas por las autoridades de ningún país.

Foto: El expresidente de la Generalitat de Cataluña Carles Puigdemont participa en un acto de protesta en Waterloo. (EFE) Opinión
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Al paraíso fiscal y digital de San Cristóbal y Nieves fueron derivadas las webs que contenían el censo internacional que la Generalitat había ido confeccionando cuando Puigdemont era aún presidente.

Por las islas caribeñas, tras las empresas del censo ilegal de la Generalitat, fueron pasando luego otras páginas web que servían tanto para recaudar fondos como para alojar portales de información. Ahí se cobijó governrepublica.org, que el pasado 2 de enero ya pasó a alojarse directamente en los servidores de Njalla. Y tsunamidemocratic.cat sigue alojado también en el paraíso de Saint Kitts and Nevis, bajo el manto protector de la compañía 1337 Services LLC.

Pero el círculo más íntimo de Puigdemont creó el pasado 16 de octubre un nuevo dominio con el nombre de tsunamidemocratic.org en Maryland, Estados Unidos, a través de la multinacional GoDaddy LLC. A través de esta compañía ya se había registrado otro dominio el pasado 13 de septiembre con el nombre de tsunamidemocratic.com, en esta ocasión con sede en Barcelona pero inscrito por la misma registradora estadounidense que el anterior.

El decreto del Gobierno español para obligar a que todos los servidores de las administraciones públicas del Estado estén localizados dentro de la Unión Europea va dirigido directamente a la línea de flotación de la 'república digital' que el independentismo catalán está creando a través de servidores localizados en paraísos fiscales y digitales. Porque los datos de miles de catalanes son manejados con opacidad desde una pequeña isla caribeña a través, por ejemplo, la web defensaexili.org. El consejero de Políticas Digitales, Jordi Puigneró, calificó este jueves la medida del Gobierno en funciones como un “155 digital” y "golpe de Estado digital”.

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