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Puigdemont planea convocar elecciones en 2017 para evitar un referéndum unilateral
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​NO ESTÁ DISPUESTO A SALTARSE LA LEY

Puigdemont planea convocar elecciones en 2017 para evitar un referéndum unilateral

Nadie quiere dar el paso decisivo de la consulta ilegal y, por ello, el presidente de la Generalitat adelantará los comicios catalanes al año que viene

Foto: Puigdemont planea convocar elecciones en 2017 para evitar un referéndum unilateral. (EFE)
Puigdemont planea convocar elecciones en 2017 para evitar un referéndum unilateral. (EFE)

El 11 de septiembre ha traído a Cataluña un falso espejismo de unidad. A las cinco concentraciones independentistas para reclamar un referéndum unilateral este 11-S, se han sumado partidos de obediencia no estrictamente rupturista, como Podemos o sus marcas catalanas, En Comú Podem, Barcelona en Comú o Catalunya Sí Que Es Pot. Con ello, resulta que la Diada de 2016 es de las más unitarias aunque de las menos concurridas de los últimos años. Lógico, si tenemos en cuenta que los soberanistas llevan desde 2012 movilizando al máximo a sus partidarios en las calles de toda Cataluña y el cansancio comienza a notarse.

Esta circunstancia coincide con el pacto entre el presidente Carles Puigdemont y la Candidatura d’Unitat Popular (CUP), que le había retirado su apoyo antes de verano. La CUP no solo había hecho fracasar los Presupuestos para 2016, que tuvieron que ser retirados en el último minuto ante la evidencia de que no iban a ser aprobados por el Parlamento catalán, sino que también había puesto contra las cuerdas al ‘president’ anunciándole que votaría no a la moción de confianza del 28 de septiembre si no se comprometía a convocar un referéndum unilateral de independencia antes de junio de 2017.

Algunas fuentes consultadas por El Confidencial califican de “miedo escénico” el volantazo dado por la CUP. “Se han dado cuenta de que con su actitud hacían descarrilar el ‘procés’. Ellos hubiesen sido los únicos culpables y deberían rendir cuentas a los ciudadanos”, dice a El Confidencial una fuente de Junts Pel Sí (JxS), la coalición que agrupa a Convergència Democràtica (CDC) y a Esquerra Republicana (ERC). Desde la coalición mayoritaria, a la que también apoyan la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, se valora muy positivamente el cambio de paso de la CUP. La coordinadora del Partit Demòcrata Català (PDC), el sustituto de CDC, Marta Pascal, no obstante, criticó que los radicales no hubiesen apoyado los Presupuestos de 2016. Pero con el cambio de rumbo de la CUP, Pascal ya ve “sentido de país” en los anticapitalistas y confía en aprobar los de 2017 para “poder culminar la hoja de ruta”.

Elecciones anticipadas

Pero lo cortés no quita lo valiente: al mismo tiempo que se rehacen los puentes, se vuelven más intensos los rumores de elecciones anticipadas en Cataluña. En algunos círculos políticos soberanistas, se pone como fecha de los comicios catalanes el mes de “junio o julio de 2017”. ¿Por qué esa fecha? Porque para entonces, el Gobierno catalán tendrá claro que no tiene competencias para convocar un referéndum unilateral y no podrá contar ya con los votos de los anticapitalistas para seguir manteniendo vivo el ‘Govern independentista’. “Puigdemont no podrá gobernar más allá de esa fecha”, estiman en su círculo más cercano. El ‘president’ no comprometerá a las instituciones catalanas en una acción ilegal y no convocará el referéndum, aseguran estas fuentes.

Pero también afirman que “cumplirá la hoja de ruta y dejará a Cataluña a las puertas de la independencia”. El equilibrio dialéctico no es sencillo, aunque en realidad la hoja de ruta no habla de referéndum unilateral independentista, por lo que Puigdemont solo tiene como tareas “dejar aprobadas las tres leyes básicas para la desconexión”. Un dirigente de Junts Pel Sí confirma a este diario que “la hoja de ruta no se mueve pase lo que pase”. Y otro explica que “las prioridades del ‘Govern’ para los próximos meses es acabar las leyes de la desconexión”.

La estrategia es llegar a una convocatoria de elecciones con los deberes hechos. La gran pregunta es cómo y cuándo se podrán aplicar las ‘leyes de desconexión’, aunque ante esta incógnita nadie se moja. “Lo importante es que estén hechas para poder ver cómo utilizarlas”, aventura una de las fuentes consultadas. En teoría, la principal de estas leyes, la Ley de Transitoriedad Jurídica, es la que habría de dar cobertura a la ‘desconexión’. Sin ella, no habrá separación de España. Pero a estas alturas nadie apuesta por su aprobación en el Parlamento ni, mucho menos, por su puesta en la práctica.

Vacío de poder en Madrid

La situación en España, por su parte, beneficia a corto plazo los planes independentistas, porque añade más incertidumbre al futuro. Curiosamente, cuando amplios sectores soberanistas de ERC y de Convergència rechazan el referéndum unilateral de independencia, algunos sectores de la propia ERC se enrocan en el mismo. El diputado Joan Tardà justifica que, ante el hecho de que ninguno de los grandes partidos consienten en organizar un referéndum, “nos abocan a la unilateralidad. La unilateralidad tiene una causa, la incapacidad del Estado español de reconocer que en el Estado conviven diferentes naciones y que tienen el derecho democrático de decidir su futuro”. Y echa mano del “mandato democrático” que, aseguran los independentistas, fueron las elecciones del 27 de septiembre: “El pueblo ya ha hablado y volverá a hablar este 11 de septiembre. Ahora falta culminar el trabajo, hacerlo en el plazo acordado y hacerlo bien”. Su compañero Gabriel Rufián añade que “el referéndum no es un capricho de ERC, sino una demanda que cada año lleva cientos de miles de personas a la calle”. Las contradicciones, pues, se dan incluso en el interior de los partidos que públicamente abogan por la ‘desconexión’.

El 11 de septiembre ha traído a Cataluña un falso espejismo de unidad. A las cinco concentraciones independentistas para reclamar un referéndum unilateral este 11-S, se han sumado partidos de obediencia no estrictamente rupturista, como Podemos o sus marcas catalanas, En Comú Podem, Barcelona en Comú o Catalunya Sí Que Es Pot. Con ello, resulta que la Diada de 2016 es de las más unitarias aunque de las menos concurridas de los últimos años. Lógico, si tenemos en cuenta que los soberanistas llevan desde 2012 movilizando al máximo a sus partidarios en las calles de toda Cataluña y el cansancio comienza a notarse.

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