Así se organizó el campo para colapsar España: columnas comarcales y guerra de guerrillas en las carreteras

"Venga, venid, que ya bajamos para la autovía". "Menuda fila has montado, llevas un kilómetro detrás". "¡Que los tractores vayan bien juntos!". "Hay una gordísima preparada aquí". "Vamos a un kilómetro por hora, ¡eso es peor que ir parados!". "Mañana seguimos a las nueve".

Estas frases son una pequeña muestra de los mensajes que se intercambiaron ayer en los grupos de WhatsApp de agricultores. Los mismos foros que han jugado un papel decisivo en la organización y el desarrollo de las protestas con que los tractores colapsaron las carreteras y ciudades de media España. Y no van a parar.

A muchos les pilló por sorpresa el estallido del campo, pero los agricultores tenían claro desde hace más de una semana que el 6-F iban a salir con los tractores a la carretera. Hace unos 10 días comenzaron a brotar grupos de WhatsApp en los teléfonos de las gentes del campo, en paralelo a las revueltas de sus colegas franceses. Todos seguían el mismo patrón. Cada provincia quedaba dividida en comarcas y cada comarca tenía un foro en dicha red social al que, por el boca a boca y las invitaciones cruzadas, iban sumándose los labradores descontentos.

En estos grupos fueron filtrándose, con el paso de los días, mensajes que caldearon los ánimos y que incitaban a los agricultores a salir a protestar. De hecho, el logo de estos foros en el caso de Aragón es toda una declaración de intenciones. En él se puede ver un mapa de Europa en el que están sombreadas las regiones donde ha habido protestas. En el caso de España, hay un emoticono durmiendo. El cóctel de las protestas en otros países y la crispación en el campo español ante la creciente burocracia desembocó en la estampa de ayer, con tractores colapsando ciudades y los principales nodos por carretera de algunas provincias de forma simultánea.

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"El problema no son los franceses, es la Agenda 2030", comenta Víctor, un agricultor aragonés. Este hombre, en conversación con El Confidencial desde la cabina del tractor, justifica la protesta en el "papeleo asfixiante" y lo que considera un agravio comparativo para el campo español: "Al cultivar, nosotros tenemos que cumplir con una serie de requisitos y condiciones burocráticas y medioambientales que no se exigen cuando se compra la misma mercancía a otros países".

Este agricultor reconoce que los sindicatos tradicionales no les han dado ninguna instrucción relativa a las protestas, aunque luego las han respaldado. “Esto no lo ha organizado nadie, la gente se ha ido juntando de forma espontánea”, subraya, dando a entender que no tiene muy claro quién apretó el botón de las movilizaciones ni quién lleva la voz cantante de su particular columna agrícola.

Cada provincia se dividió en comarcas y cada una tenía un grupo de WhatsApp al que, por el boca a boca, se iban sumando los agricultores

Este detalle es importante para entender la protesta, que ningún partido ni sindicato agrario tradicional ha reivindicado, y que todos los involucrados a pie de carretera achacan a un movimiento surgido desde abajo. Sin embargo, todas las columnas siguen la misma organización y en todas se han recibido, aunque de forma velada, las mismas consignas para alentar la movilización. Algo no cuadra.

Además, el nombre de todos estos grupos de WhatsApp es el mismo: "Tractorada 6-F", seguido de la comarca en cuestión, detalle que deja entrever una maniobra perfectamente orquestada. En este sentido, también han aparecido vinculados a este movimiento personajes cercanos a la ultraderecha que han tenido protagonismo en el pasado. Es el caso de Xaime da Pena, el abogado que estuvo detrás de la lona de Desokupa en Atocha, que es una de las pocas caras visibles de la Plataforma 6-F de Agricultores y Ganaderos.

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Dicha organización figura en un comunicado conjunto con la Plataforma en Defensa del Sector del Transporte, que fue el colectivo que echó un pulso al Gobierno en el año 2022 impulsando una huelga general de transportistas, llamando a un "paro nacional indefinido" el próximo día 10 de febrero.

Cada uno, a su manera

Cada una de las columnas comarcales ha decidido cómo iba a manifestarse, al más puro estilo guerra de guerrillas. A lo largo de todo el día ha quedado constatada esta forma de actuar. Mientras en zonas de Aragón se han visto marchas lentas que han dificultado el tráfico en carreteras secundarias, en La Rioja, los tractores han irrumpido en el centro de Logroño colapsando el municipio; otros han decidido aparcar el tractor, echar pie a tierra y cortar autovías, como en Cataluña, y en los casos más extremos, como el de Málaga, incluso han logrado paralizar la actividad en el puerto. Cada uno a su manera, pero con un objetivo común y un resultado similar.

Hay centenares de agricultores en cada uno de estos grupos, a los que se puede entrar por invitación. En algunos casos, el filtro es más exigente, ya que el nuevo miembro debe ser autorizado por el administrador. Según ha podido constatar este diario, en cada uno de estos foros hay un número reducido de administradores, desde uno o dos hasta seis. Sin embargo, apenas dan órdenes y, debido al gran volumen de mensajes y al creciente número de participantes, pasan desapercibidos.

Hay centenares de agricultores en cada grupo, todos bajo el mismo logo. Los administradores de los mismos pasan desapercibidos

Con el paso de las horas, y viendo que la protesta iba generando reacciones, desde los medios de comunicación hasta el ministro de Agricultura, los mensajes de ánimo, vídeos y fotografías se sucedieron en dichos grupos. Al caer la noche, la actividad no paró y los participantes comenzaron a poner fecha a sus próximas acciones.

En algunas comarcas, decidieron que hoy volverán a salir a las carreteras, en otras incluso hicieron encuestas para determinar si era mejor dar algún día de descanso y retomar las medidas de fuerza dentro de un par de jornadas. Lo que parece claro es que este estallido del campo no va a ser cuestión de un par de días y estampas como la de ayer, a tenor de lo que se mueve dentro de estos grupos comarcales, continuarán: "Hay que seguir todos los días hasta que pase como en los Países Bajos y los supermercados se queden vacíos".

Fuentes policiales, en este sentido, han confirmado que se dispondrán dispositivos preventivos en los puntos críticos que pudieran estar en el radar de las protestas. Es el caso de las grandes plataformas de distribución de alimentos, como Mercamadrid, que nutren a los supermercados y establecimientos hosteleros de la capital y de buena parte del país.