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Arrasados por cinco votos: una lección de Huesca para la izquierda dividida
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EL 18% DE VOTOS, SIN REPRESENTACIÓN

Arrasados por cinco votos: una lección de Huesca para la izquierda dividida

Es la ciudad de España con más partidos en el umbral entre el 4-5% de los votos. La ruptura de las confluencias y la debacle del PSOE dieron la alcaldía a Lorena Orduna y Vox

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (c), el alcalde de Zaragoza y presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón (i), y la candidata del PP a la alcaldía de Huesca, Lorena Orduna. (EFE/Javier Blasco)
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo (c), el alcalde de Zaragoza y presidente del PP de Aragón, Jorge Azcón (i), y la candidata del PP a la alcaldía de Huesca, Lorena Orduna. (EFE/Javier Blasco)

Hace tres meses, Lorena Orduna era la gerente de una empresa de gestión de amianto. Hoy es la alcaldesa de Huesca (54.000 habitantes) tras lograr la noche del domingo imponerse en las elecciones autonómicas como representante del Partido Popular. Pese a su fugaz trayectoria política, Orduna logró mejorar en dos escaños los resultados de 2019 para sacar 12, a uno solo de la mayoría absoluta, que conseguirá gracias al apoyo de Vox, que logró pasar de uno a tres asientos.

En la ciudad, era bastante desconocida, "una paracaidista de última hora", como la define un vecino. "Aquí se ha votado en clave nacional".

Y gracias, sobre todo, al descalabro de los partidos progresistas. Toda España ha puesto hoy la lupa sobre la capital oscense, paradigma de lo que les sucedió a todos aquellos partidos a la izquierda del PSOE que, desintegrados en varias propuestas, no han logrado capitalizar esos votos en escaños. No ha sido el único caso, pero es la ciudad que más partidos acumula entre el 4-5% de los votos, es decir, en el límite de lograr representación.

Cuatro partidos se quedaron a las puertas del consistorio, que se ha visto reducido de cinco partidos a tres. La suma de Podemos y Alianza Verde, la agrupación Cambiar Huesca, Equo y la Chunta Aragonesista se quedaron entre el 4,3% y el 4,7% de los votos, a un suspiro de cruzar el umbral que hubiera otorgado representantes en el pleno. De haberse presentado juntos —incluso sin los aragonesistas—, serían actualmente el tercer partido en el ayuntamiento y la historia sería muy diferente. Pero esto es política ficción.

La suma de votos de estos cuatro partidos de izquierdas sin representación es de 4.390, casi el doble de los 2.500 que ha necesitado Vox para obtener tres concejales y ser decisivo en el devenir de la ciudad durante los próximos cuatro años.

De haberse presentado juntos, serían el tercer partido. Pero esto es política ficción

Observándolo por bloques, resulta mucho más desalentador. Todos los votos a partidos de izquierda sumados dan 11.871, y los de derecha, 11.876. Con solo cinco votos más, PP y Vox se han llevado 15 de los 25 concejales de Huesca. En realidad, tanto da que hayan tenido cinco más o 50 menos, dado que la izquierda (más los aragonesistas, que se definen de izquierdas, pero hacen la batalla por su lado) contaba con más de 4.000 sin representación, mientras que en la derecha solo se quedaron en el limbo los 454 de Ciudadanos.

¿Por qué no se presentaron juntos?

Vistos los programas de estos partidos, es complicado entender por qué no fueron juntos. La respuesta, por tanto, no está en lo programático o en las propuestas (todos apoyaban la construcción de una línea de cercanías con Zaragoza o mejorar la sostenibilidad), sino en detalles mucho más terrenales, como la enemistad entre personas que una vez compartieron siglas.

"Los que en otros sitios se entendían, que son Cambiar Huesca-IU con Podemos, aquí no lo han hecho", explica un antiguo cargo electo de la confluencia en la ciudad aragonesa, que prefiere no aparecer con su nombre y apellidos. Tras el descalabro de las fuerzas progresistas, desde Cambiar Huesca no han tardado en manifestar que ellos fueron los únicos que intentaron unir a toda la izquierda, sin éxito.

Sin embargo, la historia es más complicada que eso. En 2015, con la irrupción de Podemos, la ciudad vivió su propio proceso de confluencia morada, integrando a todas las corrientes en el partido que hoy es Cambiar Huesca. Sucedió al contrario que ayer. Pese a que el PP fue el partido más votado, los cuatro apoyos de Cambiar Huesca y otros dos de Aragón Sí Puede le dieron la alcaldía al socialista Luis Felipe. Sin embargo, en 2019 Cambiar Huesca saltó por los aires. La cuota del partido que venía de Equo y Podemos abandonó a la parte que procedía de Izquierda Unida y creó Con Huesca.

placeholder Decenas de personas protestan en Zaragoza contra el proyecto de unión de las estaciones de esquí de Astún y Formigal. (EFE/Javier Cebollada)
Decenas de personas protestan en Zaragoza contra el proyecto de unión de las estaciones de esquí de Astún y Formigal. (EFE/Javier Cebollada)

Más tarde, esta escisión se fragmentó también. El auge del ecologismo en la región, con todo el conflicto del Canal Roya y la oposición al Gobierno aragonés, elevó el perfil propio de Equo y la organización verde se presentó bajo sus propias siglas. Así, donde hace cuatro años había un partido, hoy hay tres.

"Esa explosión interna fue forzada por una serie de personas que siguen ahí", explica esta fuente. "Nadie quiere establecer una relación de colaboración política a sabiendas de que está condenada a reventar, porque si los factores no cambian el resultado es el mismo; además, es también un fraude a la ciudadanía, plantear una unidad que sabes que va a explotar a los cuatro días".

Por ejemplo, la líder de Verdes Equo es Silvia Mellado, una de las concejalas que salieron de Cambiar Huesca y abandonaron la plataforma hace cuatro años. La candidata de CH, Pilar Callén, procede del entorno de IU y fue escogida en primarias tras la crisis. Es difícil que ambas pudieran sentarse a la misma mesa como antaño. Por su parte, la Chunta Aragonesista siempre ha mantenido su recelo a entrar en una confluencia de partidos.

"Nadie quiere establecer una colaboración política condenada a reventar"

"La catarsis en la izquierda tiene que ser completa, sería un error que no se terminara de consumar", dice este antiguo cargo, que no se queda solo en las personas, sino también en las ideas. "Los problemas de la izquierda alternativa no se resuelven con las mismas fórmulas y discursos de siempre, está muy bien tirarse de los pelos por no poder ofrecer una candidatura unitaria, pero el problema de fondo está en las soluciones políticas que esos partidos ofrecen a los ciudadanos".

No son el único caso de centrifugación de partidos de izquierda en Huesca. En el pasado, otros miembros de Podemos que abandonaron el partido por desavenencias con Pablo Echenique, antaño secretario general en Aragón, se integraron en Entabán, una organización al estilo CUP que finalmente acabó absorbiendo a Aragón Sí Puede y propuso una hoja de ruta para la Unión de la Izquierda Aragonesa... antes de volverse irrelevante y esfumarse en torno a 2018.

Hace tres meses, Lorena Orduna era la gerente de una empresa de gestión de amianto. Hoy es la alcaldesa de Huesca (54.000 habitantes) tras lograr la noche del domingo imponerse en las elecciones autonómicas como representante del Partido Popular. Pese a su fugaz trayectoria política, Orduna logró mejorar en dos escaños los resultados de 2019 para sacar 12, a uno solo de la mayoría absoluta, que conseguirá gracias al apoyo de Vox, que logró pasar de uno a tres asientos.

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