La Unión Europea tiene un reto: lograr que las grandes capitales del continente sean climáticamente neutras en el año 2050. Un objetivo ambicioso que cobra mayor importancia en plena crisis energética y climática. Las cifras hablan por sí solas: el 65% de la energía consumida en el mundo proviene de las ciudades, las cuales emiten el 70% de las emisiones de CO₂. Un gigantesco pozo de contaminación y consumo que la Comisión Europea quiere erradicar. Para ello, ha puesto el ojo en cien ciudades europeas que están impulsando la transición ecológica como pocas y son un ejemplo para los municipios de su entorno.
En España, resalta el caso de Zaragoza. La capital aragonesa, regentada por el alcalde Jorge Azcón, será la única ciudad del país que tendrá que hacer un planteamiento global como municipio para lograr este reto. Y para ello deberá ejecutar políticas que la hagan ser climáticamente neutra en todo su municipio, lo que debe afectar a los más de 700.000 habitantes que tiene. Otras ciudades españolas, en cambio, lo serán en menor medida (en barrios o zonas muy localizadas) en su objetivo de ser climáticamente neutras con el aval de la UE.
Para la capital aragonesa, su objetivo no es otro que eliminar todo lo posible las emisiones de CO₂ o impulsar proyectos medioambientales innovadores. Una lista de tareas que Zaragoza ya lleva impulsando desde hace meses: un bosque con 700.000 árboles en el entorno periurbano y urbano; el primer barrio solar de España; la electrificación de autobuses más ambiciosa del país con más de 80 vehículos; o la colocación de placas solares en párquines públicos que logren abaratar la factura de las viviendas cercanas.
Con esta etiqueta de 'ciudad climáticamente neutra' y el impulso de la Comisión Europea, Zaragoza accederá a la captación de fondos y vías de financiación de la UE para lograr el reto antes de 2030. Una suerte de la que gozará la capital aragonesa como centro de innovación y desarrollo de las políticas medioambientales que serán realidad en las próximas décadas en Europa, y donde la ciudad española deberá hacerlo en tan solo ocho años.
El club de las 100 ciudades
La intención de hacer más sostenibles las ciudades será más fácil para Zaragoza. Estar en el club de las 100 ciudades climáticamente neutras, dentro del programa Horizon Europe, hace que parte de los 360 millones iniciales previstos por la Comisión Europea pueda recalar en la capital aragonesa antes de 2023. Un gran espaldarazo al ambicioso reto de este prestigioso club que, posteriormente, vendrá acompañado con más ayudas y financiación pública.
En total, según los cálculos de Bruselas, para lograr la neutralidad de emisiones contaminantes, será necesario destinar cerca de 10.000 euros por habitante; y solo el 15% total deberá salir del sector público. Fuentes municipales reconocen que estar dentro del club de las 100 ciudades climáticamente neutras significa "ser un referente en conocimiento e innovación para el gran reto que viene en un futuro muy cercano, y Zaragoza debe hacerlo en menos de ocho años". En este momento, la ciudad aragonesa ya ha presentado proyectos a la UE por valor de 1,5 millones de euros.
Sin embargo, no todo son buenas noticias. La ciudad de Zaragoza sabe que tiene obstáculos que pueden lastrar el objetivo de ser climáticamente neutra en 2030. Principalmente, y así lo reconocen fuentes municipales, el peso del sector industrial en áreas de la ciudad, donde se emite más del 45% del CO₂ de toda la ciudad. En este ámbito, el consistorio zaragozano no tiene competencias y debería involucrar al gobierno autonómico o incluso al Ministerio de Transición Ecológica para provocar una transición energética en estas zonas industriales.
Junto al reto de ser climáticamente neutra antes de 2030, el Ayuntamiento de Zaragoza está elaborando un Plan de Adaptación al Cambio Climático que presentará en pocas semanas. Un documento estratégico para que la ciudad esté más preparada ante las consecuencias imprevisibles de este fenómeno, y que tiene dos ejes: reducir drásticamente las emisiones y anticiparse a sus consecuencias para reducir su impacto en la salud, la economía y el medio ambiente.
"Queremos que la ciudad esté mejor preparada para soportar los fenómenos meteorológicos extremos. Una ciudad que en 2030 tenga una planificación urbana más sostenible, con soluciones basadas en la naturaleza, que proteja mejor nuestra actividad económica y, especialmente, la salud y el bienestar de la población", detallan fuentes municipales.
Con el foco puesto en 2030, la Unión Europea está avanzando y desarrollando los numerosos paquetes de ayudas y financiación que recibirán estas cien ciudades. De hecho, la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, avanzó hace pocos días que "contar con ciudades pioneras en la transición ecológica muestran al resto de Europa el camino hacia un futuro más saludable".
Zaragoza, un faro medioambiental
Lograr ser una ciudad climáticamente neutra antes de 2030 requiere un proceso de transformación radical y global en tan solo ocho años. Un proyecto ambicioso, y no exento de dificultad, que se pone más en valor ante la situación energética que vive Europa por la crisis abierta tras la invasión rusa en Ucrania. En este sentido y con este contexto, Zaragoza aspira a ser un faro para otras ciudades.
La intención de la capital aragonesa se fraguó durante el año 2021 y se presentó a principios del 2022, junto a la colaboración y la experiencia de la Fundación CIRCE. El detalle técnico que presentó Zaragoza a la Unión Europea para lograr este reto, así como las más de 120 cartas enviadas a la Comisión por parte de empresas, entidades financieras, universidades o colegios profesionales, la hicieron valedora de este compromiso.
En declaraciones a El Confidencial, el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón, reconoce que este compromiso es un auténtico reto para la ciudad como pocas veces en la historia. "Nunca Zaragoza había tenido por delante un proyecto tan ambicioso, pero sé que estamos más que preparados y así nos lo reconoce la Comisión Europea. El trabajo realizado estos años con proyectos ilusionantes como los que ya hemos puesto en marcha hace que podamos lograr la transformación de Zaragoza en una ciudad mejor, más humana, más sostenible y más respetuosa con nuestro planeta".
Varios de los proyectos que Zaragoza ya está ejecutando, y que se suman a los retos orientados por la Comisión Europea para ser climáticamente neutra, son pioneros en materia medioambiental. Entre ellos, destaca el 'Bosque de los zaragozanos' por su proceso de renaturalización con la plantación de más de 700.000 árboles (uno por cada habitante) para aumentar las zonas verdes de la ciudad y que actúen como sumidero de emisiones de CO₂. Una vez esté finalizado, se logrará una reducción de más de 250.000 toneladas de CO₂ a lo largo de 40 años. A su vez, el Ayuntamiento está profundizando en el reciclaje de residuos, pese a que actualmente Zaragoza ya es referente al reciclar el 50% de estos, frente a la media nacional del 33,9%.
En movilidad sostenible, una de las principales competencias de las ciudades para rebajar la emisión de CO₂, Zaragoza comenzará, en pocas semanas, a poner en circulación los 68 nuevos autobuses eléctricos adquiridos y que se suma a las obras ya iniciadas para la electrificación de las cocheras municipales. Además, se está impulsando que la flota de taxis sea 100% sostenible antes de 2030 o que exista una zona de bajas emisiones en el centro de la ciudad, donde los vehículos más contaminantes estarán vetados.
Por último, entre lo más destacable, está la implantación del primer barrio solar de España en la zona del Actur. En este barrio se están colocando más de 200 paneles fotovoltaicos en las cubiertas de polideportivos municipales para generar un autoconsumo colectivo, dando servicio a viviendas y negocios del entorno.
La Unión Europea tiene un reto: lograr que las grandes capitales del continente sean climáticamente neutras en el año 2050. Un objetivo ambicioso que cobra mayor importancia en plena crisis energética y climática. Las cifras hablan por sí solas: el 65% de la energía consumida en el mundo proviene de las ciudades, las cuales emiten el 70% de las emisiones de CO₂. Un gigantesco pozo de contaminación y consumo que la Comisión Europea quiere erradicar. Para ello, ha puesto el ojo en cien ciudades europeas que están impulsando la transición ecológica como pocas y son un ejemplo para los municipios de su entorno.
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