España vuelve al mercado por Navidad
Los 958 mercados tradicionales del país disfrutan de días de gran afluencia, pero buscan fórmulas conjuntas para adaptarse a los cambios sociales y ser atractivos todo el año
En el Mercado de Maravillas, en la madrileña calle Bravo Murillo, los puestos de marisco —llenos estos días— se intercalan con los de comida latinoamericana, que han ido aumentando estos últimos años reflejando la realidad cambiante de este barrio obrero con numerosos inmigrantes. En el Mercado de la Boquería, en plenas Ramblas de Barcelona, los vecinos de la zona luchan por buscar el género para las fiestas navideñas entre los miles de turistas que han convertido estas instalaciones en uno de los puntos más visitados de la ciudad. En el Mercado de Triana, los comerciantes sevillanos comparten su alegría y cantes navideños con un pequeño tablao flamenco que se ubica entre sus puestos…
Son algunos ejemplos de las circunstancias que se viven en los diferentes mercados de abastos españoles, que se han convertido en el mejor lugar para pulsar la realidad de las ciudades y sus cambios no solo alimenticios sino sociales. Estas instalaciones suelen tener una gran presencia mediática en dos momentos muy distintos. El primero es en campaña electoral, porque no hay candidato que se resista a sacarse una foto “popular” entre los comerciantes y los clientes tradicionales. El segundo suele ser la Navidad, cuando se multiplican los reportajes sobre la subida de precios, y cuando aumentan de manera importante los clientes que buscan productos especiales para sus comidas familiares
Sin embargo, más allá de esos momentos, los mercados de abastos españoles viven otra realidad mucho más compleja, entre el abandono por la falta de inversiones públicas —especialmente municipales— para su modernización, y el cambio de uso de sus instalaciones por unos vecinos (y turistas) que buscan aquí puestos convertidos en bares con alimentos de proximidad.
Muchos de los mercados tradicionales han entrado en decadencia mientras otros experimentan diferentes fórmulas de regeneración para adaptarse a los nuevos clientes y fórmulas novedosas de consumo. Esos cambios han obligado a muchas de esas instalaciones a abrir los fines de semana, mientras que en otros muchos hay actualmente un encendido debate sobre si los mercados deben abrir por las tardes para así facilitar la compra a las familias que trabajan por la mañana y terminan acudiendo a los supermercados por las tardes para llenar sus despensas.
En la actualidad, estos mercados de abastos suponen una cuota en torno al 15% del sector de la alimentación fresca y una facturación anual de 15.000 millones de euros.
Hace cuatro años, en octubre de 2019, un grupo de comerciantes de distintos puntos del país firmaron en el Mercado de La Boquería un manifiesto por la unidad del sector y para buscar soluciones conjuntas a esos cambios empresariales y sociales. Un año después, en 2020, nacía la Confederación de Mercados Tradicionales y de Abastos (Metrae), que pronto consiguió el interés de muchos comerciantes de toda España a pesar del momento de plena pandemia.
Desde entonces, esta organización ha ido creciendo en socios y en capacidad de representación ante la administración pública. De hecho, hace dos meses firmó con el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo un convenio para la "realización de un estudio por parte de la Confederación donde se incluirá un inventario pormenorizado de los mercados de España, con su distribución geográfica, modelo de gestión, grado de asociacionismo, puntos fuertes y débiles, niveles de adaptación a las nuevas tecnologías, entre otros datos de interés, así como la propuesta e implementación de acciones dirigidas a la promoción de los mercados y de la propia entidad".
El estudio sigue elaborándose porque es muy exhaustivo e incluye desde los mercados existentes hasta sus puestos, metros cuadrados, horarios, servicios, titularidad, gestión, etc. Sin embargo, ya hay algunos datos básicos a los que ha tenido acceso El Confidencial.
De acuerdo con la información disponible por la Confederación de Mercados Tradicionales de España, en todo el país hay identificados 958 mercados, que suponen alrededor de 47.000 puntos de venta y que generan más de 140.000 puestos de trabajo directos.
La región con mayor número de mercados es Andalucía, 293, seguida de Cataluña, con 192, y la Comunidad Valenciana, con 157; mientras que en el otro extremo está La Rioja con solo tres mercados. Por provincias, la que cuenta con mayor número de mercados de abastos es Barcelona, con 151; seguida de Valencia, con 82; Madrid, con 70, y Sevilla, con 67. Destaca también Aragón, en la que no hay ningún mercado en las provincias de Huesca y Teruel.
Las ciudades con mayor población disponen de varios mercados que se distribuyen por los distintos distritos o barrios, como es el caso de Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia. En los más céntricos se ha producido en los últimos años el creciente fenómeno de los puestos que venden productos elaborados junto a bebidas para consumir allí mismo.
Frente a esta realidad, Metrae lucha por conseguir la unidad del sector y reclamar a las administraciones públicas —especialmente a los ayuntamientos, ya que las competencias son municipales— los apoyos necesarios para salir adelante.
De momento, esta organización ya representa a 6.000 puntos de venta de 130 mercados repartidos por 12 comunidades autónomas, si bien cada semana reciben nuevas peticiones para inscribirse y su objetivo es multiplicar el actual número de socios.
Un dato importante del que no se tiene constancia es del número de mercados que cuentan con una asociación de comerciantes que acrediten la representatividad de estos. Pero sí que se ha detectado la “falta de asociacionismo en los mercados, de cultura, de asociacionismo, y este es un punto que debe reforzarse”. Se refleja en el trabajo realizado que es pertinente la existencia de una entidad, en este caso Metrae, que agrupe y permita la coordinación de las distintas asociaciones de mercados españoles y que hay una necesidad de información y experiencias.
Después de realizar la radiografía sobre la presencia de los mercados en las ciudades de España, el informe subraya que “estos espacios comerciales tradicionales han mantenido una importante presencia en el tejido urbano de las ciudades”. Hay que tener presente la centralidad de la gran mayoría de los mercados que facilita que se conviertan en un nodo, obviamente de distribución de comida, pero también como equipamiento colectivo.
Desde Metrae, “tenemos la fuerte convicción de que los mercados tienen un papel importante en la vida social y cultural de las ciudades, ya que son punto de encuentro para la gente del barrio/ciudad y lugar donde no solo se puede comprar, sino que también se pueden degustar productos locales y típicos de nuestras ciudades”.
El presidente de esta confederación es Asier Beato, que tiene la panadería Rosi en el Mercado de la Ribera de Bilbao y que responde a El Confidencial mientras sigue atendiendo en su establecimiento porque “es uno de los días con más clientes del año”.
A su juicio, el mayor reto de los mercados españoles es seguir adaptándose a los grandes cambios sociales y cada público. “No tiene nada que ver el mercado de La Boquería, que recibe cada día a 50.000 turistas, con la realidad del mercado sevillano del Tiro de Línea, con unos clientes tradicionales y ya mayores que necesitan un servicio a domicilio o que los precios se lean mejor…”, explica.
Mercado de Triana
El Mercado de Triana ha cumplido en 2023 dos siglos de actividad, lo que lo convierte en el más antiguo de España, si bien con unas instalaciones nuevas desde hace 22 años.
En 1823 se instaló la primitiva Plaza de Abastos de Triana en el solar que ocupó el extinto Castillo de la Inquisición, junto al antiguo puente de barcas del río Guadalquivir. Este mercado al aire libre duró hasta 1991, cuando en los prolegómenos de la Exposición Universal de 1992 fue derribado para construir uno nuevo. Las obras hicieron aflorar en el solar los restos arqueológicos del Castillo de San Jorge, por lo que las obras se paralizaron durante varios años, trasladándose los comerciantes del mercado a uno provisional que se situó en un solar de la vecina calle Alfarería.
Finalmente, en el año 2001 abría sus puertas el nuevo Mercado de Triana, remozado, cubierto y adaptado a los nuevos tiempos, incluyendo un aparcamiento subterráneo.
Este mercado de abastos cuenta con 100 puestos o módulos correspondientes a 66 establecimientos, 11 de los cuales están dedicados a la hostelería. Teresa Ojeda es la responsable de la arrocería Criaito, que se ubica en este mercado desde 2013. “Cuando llegamos, los placeros tradicionales nos miraban con recelo y ahora se han dado cuenta de que hemos sido un revulsivo para que venga más gente al mercado”, explica la también directiva de Metrae.
En el Mercado de Maravillas, en la madrileña calle Bravo Murillo, los puestos de marisco —llenos estos días— se intercalan con los de comida latinoamericana, que han ido aumentando estos últimos años reflejando la realidad cambiante de este barrio obrero con numerosos inmigrantes. En el Mercado de la Boquería, en plenas Ramblas de Barcelona, los vecinos de la zona luchan por buscar el género para las fiestas navideñas entre los miles de turistas que han convertido estas instalaciones en uno de los puntos más visitados de la ciudad. En el Mercado de Triana, los comerciantes sevillanos comparten su alegría y cantes navideños con un pequeño tablao flamenco que se ubica entre sus puestos…