Es noticia
Submarino C3, objetivo nazi: el torpedo secreto de la bahía de Málaga
  1. España
  2. Andalucía
OPERACIÓN ÚRSULA

Submarino C3, objetivo nazi: el torpedo secreto de la bahía de Málaga

Nuevas investigaciones resaltan el plan crucial que jugó la ciudad andaluza como base naval durante la Guerra Civil

Foto: Detalle aportado por el investigador y marino mercante José Luis Martín ha dado a conocer hoy en Málaga nuevos datos del hundimiento del submarino republicano C-3. (EFE/Álvaro Cabrera)
Detalle aportado por el investigador y marino mercante José Luis Martín ha dado a conocer hoy en Málaga nuevos datos del hundimiento del submarino republicano C-3. (EFE/Álvaro Cabrera)

“Este es nuestro Titanic malagueño”, dice el compositor Antonio Meliveo. Queda apenas un minuto para que José Antonio Hergueta, director del documental Operación Úrsula (se puede ver en Filmin) y José Luis Martín, marino mercante y experto en submarinos, exhiban en el Uppery Club avances de un episodio olvidado hasta hace poco años de la Guerra Civil. Lo descubrió el abogado Antonio Checa en 1997.

Diciembre de 1936. Málaga es un hervidero de barcos. Se teme que el crucero Canarias pueda atacar la ciudad. El submarino C3, una de las joyas de la corona de la Armada de la República, vigila la Bahía de punta a punta. Los oficiales del C3 desconocen que su final, trágico, está muy cerca. Se hundió a 3,8 millas de la costa de Málaga. Murieron 37 marineros. Solo sobrevivieron tres hombres.

Foto: Fotografía, fechada en 1936, del submarino C-3.

El submarino u-boot alemán U-34 lanza un torpedo G7, de seis metros de longitud y 280 kilos de explosivo, que impacta en un lugar clave del buque español que provoca su hundimiento inmediato. Ese torpedo atraviesa la estructura. Los alemanes pensaron que este potente artefacto, “eléctrico, terrorífico y de gran efectividad”, según Martín, había estallado en el C3. Nuevas investigaciones sobre este episodio de la Guerra Civil del marino mercante José Luis Martín desmienten que el torpedo hubiera explotado.

El pasado 1 de noviembre, una mañana soleada, de cielo limpio Mediterráneo, como la del 12 de diciembre de 1936, Martín, el cineasta Hergueta y Jorge Rey, gerente de Esgemar, empresa malagueña dedicada a la prospección de los fondos marinos, se desplazaron en una embarcación al lugar donde podría estar el torpedo que hundió el C3. Se trataba de encontrar el arma de guerra. La localizaron apenas a 300 metros del pecio gracias a un sonar de barrido lateral de Esgemar. No llegó a detonar y está a 68 metros de profundidad.

placeholder Acto de presentación del torpedo. (José Luis Martín)
Acto de presentación del torpedo. (José Luis Martín)

El soplo de que se podría tratar del torpedo fue recibido por Martín de mano del ingeniero naval Enrique Bardisa y de Daniel Jiménez. En verano de este mismo año estaban probando en la zona del naufragio un sonar que detectó algo alargado de unos seis metros. Sospechaban del torpedo G7. La expedición de noviembre lo certifica. Ya han empezado los contactos con el Ministerio de Defensa y con la Subdelegación del Gobierno para intentar rescatar el torpedo, según asegura Hergueta a este diario.

No se prevé el rescate del submarino. El Confidencial publicó en diciembre de 2016 que el rescate del pecio se elevaba a 600.000 euros. El C3 se encuentra a 68 metros de profundidad, como el torpedo. Se trata de una distancia que dificulta la presencia de buzos más allá de 10 minutos en días sucesivos. No solo es la profundidad. Es la oscuridad y la suciedad, con abundancia masiva de lodo que enturbia la zona. Hasta ahora ningún historiador naval había certificado que Málaga era una base naval especializada en submarinos entre el 20 de junio de 1936 y el 14 de enero de 1937. Diversas fotografías de estos buques situados en el puerto malagueño han acreditado esta importancia estratégica militar que justifica el desarrollo de la Operación Úrsula.

placeholder Fotografía fechada en 1936 del submarino C-3.
Fotografía fechada en 1936 del submarino C-3.

Cuando el día 11 se recibe en el C3 la notificación del servicio inteligencia de la Armada que el Canarias va a atacar Málaga, le obligan a salir del Puerto de Cartagena. Empiezan a patrullar la bahía en superficie, al amanecer del día 12. El submarino va corto de energía. Tiene un motor averiado. En realidad, esa anomalía técnica fue clave para que se hundiera a las 14:19 horas.

También el submarino nazi contó con la pericia fuera de serie del comandante Harald Grosse, que supo a distancia que se trataba de la estructura de un C y tenía muy claro que no se iba a equivocar. Para ello se valió del llamado Manual Weyer de las flotas de guerra de 1936, “determinante para ver las diferencias técnicas de velocidad y sobre todo de eslora y calado, necesarias para los cálculos de disparo de torpedos”, apunta José Luis Martín a este periódico.

Grosse sabía a la perfección la técnica del “triángulo de lanzamiento” previo al lanzamiento del proyectil que tardó 52 segundos en alcanzar el objetivo del C3. El destructor inglés H09 Acasta fue testigo del hecho. Ejercía labores en el puerto malagueño de espionaje y de taxi de ciudadanos británicos que recogía para llevarlos a Gibraltar mientras las fuerzas de la República dejaban a Málaga abandonada.

Foto: El primer prototipo del submarino ucraniano. (Highland Systems)

¿Y por qué se hundió el C3 de forma tan súbita? Martín lo radiografió con gran detalle en un artículo publicado en el diario ‘Sur’ el 12 de diciembre de 2022. Esta es su explicación: “las botellas de aire comprimido que estallaron de forma instantánea (explosión de tipo física) provocando también la explosión de todas o de parte de las 60 baterías de proa por su inmediata proximidad, porque los testigos afirmaron ver el levantamiento de una llamarada de color blanco que era la columna de agua de mar mezclada con el vapor de agua procedente de la combustión del hidrógeno que escapó de forma ascendente al rajarse el submarino”.

El casco del barco se rajó y ni los propios tripulantes del C3 supieron en ningún momento que habían sido interceptados por un submarino nazi. La historia de las razones por las que ni al Ejército franquista ni al alemán les interesó admitir el ataque en el puerto de Málaga, a pesar de que en un principio se difundió la noticia en la prensa nacional, estaban claras: “Se trató de un acto de piratería germana”, apunta Martín. Enseguida el buque extranjero puso rumbo a Gibraltar.

Hergueta y el marino mercante también quieren resaltar que la aparición en 1984 de “un extraño artefacto” frente a Huelin también podría ser un torpedo alemán G7 relacionado con el C3. Tenía tres toneladas de peso y fue rescatado por el pesquero José Jiménez. Esta historia seguirá contando más capítulos.

“Este es nuestro Titanic malagueño”, dice el compositor Antonio Meliveo. Queda apenas un minuto para que José Antonio Hergueta, director del documental Operación Úrsula (se puede ver en Filmin) y José Luis Martín, marino mercante y experto en submarinos, exhiban en el Uppery Club avances de un episodio olvidado hasta hace poco años de la Guerra Civil. Lo descubrió el abogado Antonio Checa en 1997.

Málaga Noticias de Andalucía
El redactor recomienda