La última muesca de El Cachulo, uno de los primeros beneficiados por la ley del menor

Rafael Fernández Reyes, más conocido como El Cachulo en los ámbitos delincuenciales, policiales y judiciales de Málaga, miembro de una familia vinculada con algunos de los sucesos más graves de esta ciudad y uno de los beneficiados más mediáticos de la primera ley del menor, ahora tiene el dudoso honor de protagonizar un suceso que podría enmarcarse en los supuestos más graves de la Ley de Bienestar Animal recientemente entrada en vigor. Ha sido detenido por supuestamente herir de gravedad a un perro al que rajó el cuello como represalia por una disputa vecinal.

Los hechos que han propiciado su arresto por un delito de maltrato animal tuvieron lugar a las 16:45 del pasado miércoles, cuando la Sala 091 recibió un aviso que alertaba de la agresión a un can ocurrido en un inmueble de la zona este de la capital malagueña.

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EFE

Agentes de la Brigada Provincial de Seguridad Ciudadana se personaron en el lugar y se toparon con un perro que presentaba una herida sangrante en el cuello. Los policías se entrevistaron con la dueña del animal y moradora del inmueble, que contó cómo unos minutos antes, un conocido había saltado el muro perimetral de la casa y, desde el patio, había comenzado a amenazar de muerte a uno de sus familiares. "El comportamiento violento del agresor hizo que los residentes del domicilio no se atrevieran a salir al exterior por miedo", informó la Comisaría Provincial de Málaga.

Fuentes consultadas por El Confidencial precisaron que esta persona era Rafael Fernández Reyes, quien supuestamente, antes de marcharse, "centró su ira" en el perro de la familia, al que cortó el cuello con un arma blanca.

El Cachulo supuestamente saltó el muro exterior de la casa de sus vecinos y desde el patio comenzó a amenazarlos de muerte

Los agentes localizaron en las inmediaciones e identificaron al presunto responsable de los hechos, que finalmente fue arrestado por su presunta responsabilidad en los delitos de amenazas, maltrato animal y allanamiento de morada. El animal, un american staffordshire terrier que se encuentra fuera de peligro, precisó asistencia veterinaria para curar las heridas ocasionadas.

Peligroso y reincidente

El Cachulo, que ahora tiene 40 años, saltó a la fama el 14 de mayo de 2000. Ese fue el día en el que marcó con sangre su historial de antecedentes al matar a un vecino de la barriada de El Palo. Manuel Lara, su víctima, únicamente le llamó la atención porque gritaba a una chica que había sido su pareja. Le asestó siete puñaladas con un sable oriental de 27 centímetros de hoja, disfrutando de un permiso que se le concedió en el centro de Sevilla, en el que ingresó con 17 años por delitos previos.

Rafael fue enviado a prisión, pero la entrada de la ley del menor supuso su puesta en libertad a principios de 2001. Y lejos de tratar de reconducir su vida, siguió protagonizando hechos violentos y copando titulares con los que fue escribiendo capítulos en su crónica negra.

Tras una condena de ocho años en internamiento, que no llegó a cumplir en su totalidad, salvó la vida al recibir un disparo de escopeta en la zona conocida como Las Cuevas. Corría diciembre de 2009 y el motivo de la agresión fue una disputa entre la pareja de El Cachulo y la del agresor, que acabó aceptando una pena de dos años y medio de cárcel por tentativa de homicidio.

La familia Fernández Reyes ha estado vinculada a algunos de los sucesos más graves de la crónica negra malagueña

Su vivienda en la barriada de La Pelusa también fue tiroteada por aquellos años y el joven no dudó en ponerse ante la cámara de una Toñi Moreno que entonces era reportera de Canal Sur para enviar un mensaje inquietante a los autores de los disparos.

A mediados de enero de 2019, fue arrestado por la Policía Local de Málaga por un presunto delito de quebrantamiento de condena después de que se encontrara tirada en la calle la pulsera telemática que debía portar tras acceder al tercer grado penitenciario.

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Europa Press

Pinceladas de una carrera criminal donde los apellidos Fernández Reyes pesaban. No en vano, dos hermanos mayores fueron condenados a 121 años de cárcel por un doble homicidio cometido en la barriada de Pedregalejo en 1999. El trasfondo del mismo era el control de determinados bares de copas de Málaga. Los fallecidos eran dos hermanos que fueron tiroteados en el interior de un coche después de una persecución.