Un mes retenido en Mauritania acusado de cuatro muertes: "Todo es muy extraño"

Un patrón de pesca español lleva cuatro semanas retenido en Mauritania acusado de provocar la muerte de cuatro personas. "Es totalmente incierto", defiende su defensa, que lleva varios días anunciando que volverá a España en libertad y sin cargos. Sin embargo, la fecha de su regreso ha sufrido varios retrasos y el detenido sigue encerrado en un hotel.

Fue el pasado 14 de julio cuando la policía detuvo a José, natural del municipio de Isla Cristina (Huelva), que ejercía como segundo patrón del arrastrero congelador de una empresa canaria. La policía retuvo el buque, de 33,53 metros de eslora y con una tripulación de 26 miembros, por una supuesta colisión con una pequeña embarcación local. Según la acusación, el accidente habría provocado cuatro desaparecidos.

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Desde España, su abogado lleva varios días negando lo ocurrido. De hecho, llegó a anunciar que regresaría este jueves en un vuelo a Sevilla, aunque finalmente no ha ocurrido así. "Es muy extraño. Todo es muy hermético, muy oscuro", expone Fernando Osuna, el letrado de este andaluz que lleva casi un mes retenido. La familia del onubense, que tiene entre 45 y 50 años y dos hijos en España, sigue con preocupación la evolución del caso.

Su cliente sostiene que "no hay pruebas" para sostener la acusación: "ni familiares, ni muertos, ni restos del cayuco hundido". "Es muy fuerte, pero es lo que me dice", expone Osuna, quien se muestra sorprendido por la opacidad del sistema judicial mauritano. Según expone, no ha conseguido ninguna documentación, más allá de dos informes médicos que detallan el mal estado de salud del patrón, angustiado en lo que parece un callejón sin salida. "Mi cliente está sin abogado y no tiene ni el atestado ni el resto de actuaciones policiales y judiciales", defiende.

La defensa critica la falta de colaboración de la embajada, que está al tanto del caso

Tanto la Embajada de España en Nouakchott, capital de Mauritania, como el Consulado de España en Nuadibú, donde se encuentra retenido el patrón, están "al corriente del caso" y "en contacto con el interesado". Pero no pueden facilitar más información. Osuna ha manifestado en varias ocasiones su descontento con la "falta de colaboración" de la representación de la administración española en el país.

Según la versión del onubense acusado por la justicia mauritana, en estos momentos se encuentra en un hotel en Nuadibú, donde está custodiado por varios agentes de policía, a 470 kilómetros de la capital. Los primeros días de su detención fue encarcelado en una "celda en condiciones infrahumanas", con "poca higiene" y "con insectos", donde incluso asegura haber contraído "alguna enfermedad". "Estuvo dos días sin agua, sin alimentos y sin medicamentos", denuncia su abogado, quien insiste en el "mal trato" recibido por su cliente, que sufre el desgaste psicológico, y amenaza con pedir indemnizaciones a su regreso.

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Más tarde, habría sido retenido en el barco pesquero donde faenaba, junto al resto de la tripulación. Sin embargo, según la versión del detenido, desde hace unos días el resto de sus compañeros han sido liberados y se encuentran faenando de nuevo en la mar. El onubense trabaja para una empresa pesquera canaria que desempeña habitualmente su trabajo en aguas africanas, aunque, según critica el letrado, desde la compañía tampoco están colaborando lo suficiente.

"Creemos que están negociando una indemnización. Hay que situarse en un país muy pobre, un sistema judicial árabe con muy pocos derechos y garantías", expone Osuna, quien asegura que todos los tripulantes, naturales de Marruecos, Senegal o Mauritania, han declarado que no hubo colisión. De hecho, plantea que su cliente es el segundo patrón y que el primero, mauritano, ya está liberado.

"A veces ocurre para intentar sacar dinero de las grandes empresas: retienen al patrón y negocian indemnizaciones… Puede ser eso. Pero todo de lo que le acusan es mentira, no ha habido colisión", expone. En cualquier caso, la falta de dispositivos de salvamento marítimo eficaces en Mauritania, y el hecho de que las piraguas utilizadas para la pesca artesanal no suelen contar con medios de salvamento adecuados en caso de accidente, provocó que no se rescatara a los desaparecidos, dados ya por muertos.