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Ecología vs. economía: el veto a la pesca de fondo amenaza a cientos de barcos gallegos
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Ecosistemas marinos vulnerables

Ecología vs. economía: el veto a la pesca de fondo amenaza a cientos de barcos gallegos

El sector critica los informes científicos en los que se basa la prohibición de la Comisión Europea, que entra en vigor el 9 de octubre. Diputados de todos los partidos españoles en Bruselas han votado en contra de la medida

Foto: Un barco de pesca de arrastre. (iStock)
Un barco de pesca de arrastre. (iStock)
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A partir del 9 de octubre, medio millar de barcos y unos 2.000 pescadores deberán dejar de realizar pesca de fondo en 16.419 kilómetros cuadrados del Atlántico, correspondientes a 57 zonas frente a las costas de España, Portugal, Francia e Irlanda, donde se considera que hay ecosistemas marinos vulnerables. Se culmina así una vieja amenaza que no se concretó hasta el pasado lunes, cuando la Comisión Europea aprobó su polémico reglamento de exclusión en aguas profundas, en la que se detallan las áreas afectadas. Es una medida que venían reclamando desde hace años distintos colectivos ecologistas, pero que ha caído como un jarro de agua fría en el sector. Galicia es especialmente sensible a los efectos de la prohibición, con cientos de buques afectados.

La protección de los fondos marinos ha provocado un nuevo enfrentamiento entre dos disciplinas a menudo enfrentadas, como la ecología y la economía. Frente a los criterios de los defensores de la primera, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, se ha puesto del lado de la segunda, al criticar este viernes el "ecologismo mal entendido" que, a su juicio, origina el veto, una medida que "condena a la ruina" al sector. No está solo. El Gobierno de Pedro Sánchez se opone y entre los armadores se ha disparado la alarma. "La Xunta está intentando defender los intereses de la gente", declaró Rueda, que instó al Gobierno a recurrir a los tribunales.

Foto: Fondo del mar Mediterráneo. (EFE/Juan Cuetos)

El Ejecutivo está estudiando cómo se presentará, como le avanzó a representantes del sector en una reunión en el Ministerio de Pesca. Pero no será una reacción rápida: sus servicios jurídicos están estudiando cómo afrontar el recurso para incrementar sus posibilidades de éxito. "Entiendo que hay que prepararlo bien, ofrecemos toda nuestra ayuda", admitió Rueda. El problema es qué hacer a partir del 9 de octubre, cuando se consume el veto y se compruebe el impacto real en la flota. La conselleira del Mar, Rosa Quintana, asegura que no concibe otra opción que el recurso, pero avisó de que solicitará "una suspensión temporal" de forma cautelar.

Las autoridades europeas vienen rumiando el reglamento desde 2016, cuando se establecieron unas normas que determinaron la existencia de zonas vulnerables, pobladas por especies de crecimiento lento que sufren especialmente el impacto de la actividad extractiva. El pasado 3 de mayo, el Parlamento Europeo votaba el informe de economía azul, pesca y acuicultura de la eurodiputada socialista portuguesa Isabel Carvalhais, embrión del veto ahora aprobado. Votaron en contra los representantes del PP y de Vox, pero también 17 de los 21 socialistas españoles, que se distanciaron así de su correligionaria de Portugal. Eurodiputados de Podemos y Anticapitalistas españoles también se desviaron de la línea de voto de su propio partido europeo y de la izquierda europea en general.

Foto: Tortuga marina atrapada en restos de redes de pesca en aguas de Canarias (EFE)

El consenso que existe en España está basado en la credibilidad de los informes que sustentan la prohibición, puesta en duda por los agentes políticos europeos y por el sector. El principal documento es el emitido por el Consejo Internacional para la Explotación del Mar (CIEM), emitido en enero de 2021. Tiene lagunas, según los pescadores. Por ejemplo, la calidad de los datos disponibles de las zonas del Mar Céltico no es equiparable a la del Golfo de Vizcaya y a la ecorregión Península Ibérica, en la que el propio CIEM admite que "varias fuentes de datos de ecosistemas marinos vulnerables —existentes y los eventuales— no se han incluido".

También reconoce el informe científico que, aunque el impacto de aparejos móviles como el arrastre se puede cuantificar, en otras artes fijas afectadas —la medida tiene efectos sobre dragas, redes de enmalle de fondo, palangres de fondo, nasas y almadrabas— no es posible evaluar con la misma certeza. "La huella bentónica y los impactos de estas artes también se desconocen en gran medida", reconocen los autores del estudio. Los pescadores acusan a Bruselas de "exceso de celo" y de aplicar sin actualizar un informe cerrado con datos de 2011 y enfocado casi exclusivamente al arrastre.

Pero el eurocomisario de Medio Ambiente, Océanos y Pesca, Virginijus Sinkevicius, rechaza cualquier duda. "Al cerrar el 17 % del área entre 400 y 800 metros de profundidad de las aguas de la UE del Atlántico nororiental a las artes de pesca de fondo, estamos cumpliendo nuestro compromiso de proteger y restaurar la vida marina y, después de cuatro años, finalmente implementamos uno de los principales disposiciones del Reglamento de acceso a aguas profundas", explicó en un comunicado. Para Sinkevicius, la medida es "un deber con nuestra sociedad, con las generaciones futuras y en particular con aquellos cuyo sustento depende de los recursos marinos".

Foto: El nuevo marco legislativo apuesta por la sostenibilidad. (Unsplash)

El debate llegará este lunes al consejo de ministros de Agricultura de la UE a petición de España, Irlanda y Francia, que presentarán un escrito conjunto para pedir a la Comisión Europea que aplace la medida. Los tres países consideran que el veto se va a implantar a través de una consulta "deficiente", por la supuesta ausencia de datos para acotar un cierre de zonas protegidas más ajustado.

Los ministros de esos tres países pedirán que se revise la prohibición y se modifique el reglamento de forma inmediata, a la espera de información más exhaustiva. El ministro español, Luis Planas, calificó la medida de "no proporcionada" y basada en "un fundamento científico que es anticuado". Planas aseguró que la Comisión Europea se ha comprometido a estudiar datos más recientes y revisar su decisión en noviembre, pero para entonces ya habrá entrado en vigor. Serán meses de movilizaciones, si se cumplen las advertencias del sector. Del lado de la patronal, Cepesca anunció paros y concentraciones y también un recurso de anulación en el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.

A partir del 9 de octubre, medio millar de barcos y unos 2.000 pescadores deberán dejar de realizar pesca de fondo en 16.419 kilómetros cuadrados del Atlántico, correspondientes a 57 zonas frente a las costas de España, Portugal, Francia e Irlanda, donde se considera que hay ecosistemas marinos vulnerables. Se culmina así una vieja amenaza que no se concretó hasta el pasado lunes, cuando la Comisión Europea aprobó su polémico reglamento de exclusión en aguas profundas, en la que se detallan las áreas afectadas. Es una medida que venían reclamando desde hace años distintos colectivos ecologistas, pero que ha caído como un jarro de agua fría en el sector. Galicia es especialmente sensible a los efectos de la prohibición, con cientos de buques afectados.

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