Condenado en Málaga el violador con "cara de niño" que se desplazaba en bicicleta

El peso de las pruebas era tan abrumador, que optó por reconocer los hechos. El joven de origen colombiano detenido como presunto autor de una brutal agresión sexual en Málaga, por la que se sentó en el banquillo de los acusados el pasado jueves, ha asumido la autoría de los hechos. Tras alcanzar un acuerdo con la acusación en la primera jornada del juicio, y aunque se está a la espera de la redacción de la sentencia, fuentes consultadas por El Confidencial señalaron que la condena sería de 17 años de prisión.

El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) confirmó a este periódico que el proceso fijado en la Sección Novena de la Audiencia Provincial de Málaga se resolvió con condena al poco de dar comienzo después de que la defensa del acusado, M.M.V., un joven que por aquel entonces tenía 28 años, pareja y un hijo recién nacido, llegase a un pacto que implicase una reducción de la pena por la asunción de culpa.

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Otras fuentes señalaron que la condena acordada se situaría en los 17 años de cárcel, cinco menos que los que inicialmente solicitaba el Ministerio Público en su escrito de acusación por los delitos de agresión sexual, robo con violencia y lesiones graves con ensañamiento. Calificación previa en la que también se reclamaban 10 años de libertad vigilada, la prohibición de acercarse o comunicarse con la víctima durante 25 años y 67.600 euros de indemnización por diversos conceptos, como las lesiones, secuelas y el daño moral infligido.

Este desenlace del caso, en gran parte, es consecuencia del trabajo que durante meses llevaron a cabo los agentes de la Unidad de Atención a la Familia y Mujer (UFAM) de la Comisaría Provincial de Málaga. Policías que con paciencia, y gran exactitud, reconstruyeron un “sorpresivo” ataque y recopilaron pruebas que prácticamente hacían imposible refutar la acusación contra M.M.V.

La Fiscalía destacó la brutal agresión perpetrada por el joven, que sorprendió a su víctima cuando estaba haciendo deporte

La Fiscalía cuenta que el acusado estaba en un parque ubicado en la zona oeste de la capital malagueña y se acercó hasta la zona de las máquinas de musculación donde se encontraba la víctima. “Sin mediar palabra”, supuestamente la agredió con un fuerte puñetazo en la cara, lo que hizo que la mujer cayese al suelo. El procesado “continuó golpeándola, de forma muy violenta, propinándole puñetazos y patadas en la cara y en el resto del cuerpo”. Tras la “brutal agresión”, la víctima permaneció en el suelo, “paralizada por el miedo”.

El joven, “guiado por el ánimo de satisfacer sus deseos más libidinosos”, bajó la ropa a la mujer y la agredió sexualmente, lo que le provocó “una sensación de angustia, temor y desasosiego”. Antes de marcharse con la bicicleta en la que había llegado, se llevó el reloj y el teléfono móvil de la víctima. Instantes después, entró en su perfil de Facebook y le dejó un comentario despectivo. Pero no se detuvo ahí. También, supuestamente, llamó a una familiar y se quedó callado, escuchando su voz, durante aproximadamente un minuto y medio.

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La investigación que permitió su captura se inició ese 23 de abril de 2021 y se prolongó hasta el 27 de octubre de aquel año. Como contó El Confidencial en un reportaje del caso, los agentes de la UFAM abrieron y cerraron multitud de líneas de investigación que giraban en torno a la descripción que hizo la mujer, del que recordaba que “tenía cara de niño” y un marcado acento sudamericano, y sobre una incógnita que no lograban resolver: ¿qué hacía allí ese individuo al que nadie conocía?

Se investigó a los presos que estaban cumpliendo condena por delitos sexuales y que esos días habían salido de permiso y a los internos del Centro de Inserción Social (CIS). Como el agresor se desplazaba en una bicicleta, los investigadores pensaron que podía ser alguien que trabajara por la zona, así que pusieron el foco en el personal de todas las cafeterías universitarias próximas, de las obras o de un taller ferroviario. También “se revisaron cámaras de seguridad” y algunas viviendas okupadas por la zona. Ninguna de estas gestiones dio fruto.

Los agentes del Grupo de Investigación de la UFAM estuvieron trabajando durante seis meses hasta que pudieron capturar al autor del ataque

La resolución del caso se agilizó cuando se percataron de que en la zona había una parada del cercanías que cubre la línea de la Costa del Sol. Un servicio ferroviario que permite a sus usuarios llevar sus bicicletas. El estudio de las imágenes que se captaron en las estaciones poco después de la hora de la agresión —18:30— permitió localizar a un sospechoso que finalmente fue identificado por la víctima.

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El trabajo de calle llevó a los agentes al municipio de Fuengirola, donde incluso “se buscó la bicicleta en los balcones” para tratar de localizar el domicilio del joven. Los agentes, en ese momento, regresaron a la duda que no habían podido resolver hasta ese momento: ¿qué hacía en el parque? La resolución la facilitó un policía que vivía en la zona y que, al ser cuestionado por sus compañeros, recordó que en la barriada donde se produjeron los hechos había estado un hombre vinculado a una especie de ONG que prestaba ayuda a inmigrantes para facilitar su inserción laboral y que ofrecía sus servicios para pequeñas reformas. Este individuo acabó identificando al chico de la bicicleta como uno de sus trabajadores.

Cuando los agentes acudieron a su domicilio de Mijas, ubicado junto a Fuengirola, "no se resistió, ni se derrumbó, apenas pestañeó", recordó una de las responsables del caso, a la que le llamó la atención “su mirada inexpresiva”. En el inmueble hallaron la bicicleta, la ropa que vestía el día de la agresión, así como el reloj y el móvil de la víctima.