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El atril vacío de Arenas y Soraya de sustituta: viaje por las grescas del debate electoral en España
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Griñán acabó gobernando en 2012

El atril vacío de Arenas y Soraya de sustituta: viaje por las grescas del debate electoral en España

Los cara a cara casi desaparecen con la llegada de Podemos y Ciudadanos. Solo Rajoy y Sánchez, en 2015, y Rajoy y Rubalcaba, en 2011, se enfrentaron en los últimos años

Foto: José Antonio Griñán y Diego Valderas, en el plató de Canal Sur donde se celebró el debate sin Javier Arenas en las elecciones de 2012. (EFE/José Manuel Vidal)
José Antonio Griñán y Diego Valderas, en el plató de Canal Sur donde se celebró el debate sin Javier Arenas en las elecciones de 2012. (EFE/José Manuel Vidal)

Marzo de 2012. A unas semanas de las elecciones andaluzas, todas las encuestas dicen que el PP andaluz logrará, por fin, hacerse con el poder en la Junta. Javier Arenas acariciaba con los dedos la puerta de San Telmo y ganó aquellas elecciones con unos inéditos 50 diputados. El PSOE pudo sumar con IU y evitó el cambio, y hay consenso en que hubo varios factores que colaboraron en ese éxito de José Antonio Griñán. Uno fue mantener la fecha electoral y dejar que las medidas de Mariano Rajoy para atajar la crisis de 2018 comenzaran a hacer mella en el electorado. El otro, simbólico, fue la ausencia de Javier Arenas en el debate de Canal Sur, que emitió el encuentro entre Griñán y el líder de IU, Diego Valderas, con el atril de Javier Arenas vacío.

Es solo un ejemplo de la ristra de las polémicas que han recorrido la historia de los debates electorales en la historia reciente de España, que han resucitado al calor de la última idea de Pedro Sánchez, la de proponer seis debates, uno por semana desde este lunes al 23-J, a Alberto Núñez Feijóo. Los populares han dicho que no, que la ocurrencia es fruto de la “desesperación” del presidente del Gobierno. Si el gallego acepta, al menos, uno de los seis, será la primera vez que hay un enfrentamiento íntimo entre los líderes de los dos grandes partidos.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, inaugura la III edición del foro "Fondos Europeos" de elDiario.es, este lunes, en Madrid. (EFE/J. J. Guillén)

La última vez fue en 2015, en la repetición electoral de diciembre. Rajoy estaba en la Moncloa y Sánchez era el aspirante. Fue cuando el popular tuvo un desliz y acusó al socialista de ser “ruiz” (sic), cuando quería decir ruin. Seis meses antes, Rajoy prefirió no bajar al barro y dejó que fuera Soraya Sáenz de Santamaría quien se enfrentara a Sánchez, pero también a dos novatos (entonces) como Albert Rivera y Pablo Iglesias. El anterior precedente hay que buscarlo más allá de una década atrás, en el otoño de 2011, cuando Alfredo Pérez Rubalcaba se batió el cobre con Rajoy, que salió indemne.

placeholder Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría, en el debate de diciembre 2015 al que no acudió Rajoy. (EFE/Ballesteros)
Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Albert Rivera y Soraya Sáenz de Santamaría, en el debate de diciembre 2015 al que no acudió Rajoy. (EFE/Ballesteros)

La victoria del PP aquel 20 de noviembre fue apabullante, una mayoría absoluta de 181 diputados que dejó al PSOE temblando. El miedo se contagió rápidamente desde Ferraz a San Telmo. Griñán estuvo ágil y dejó que el nuevo Gobierno comenzase a aplicar los recortes bajo la atenta mirada de Bruselas. La estrategia de los socialistas andaluces respecto a la decisión de Arenas de eludir el debate no está muy lejos del intento de Sánchez de volver a dar un giro al relato de las generales del próximo 23 de julio.

La potestad para mover o dejar en su sitio las elecciones es una facultad del presidente de la Junta desde 1990. Respecto al debate, hubo un error no forzado del veterano político popular, que sigue siendo senador y deambula por el Parlamento andaluz habitualmente. Con la excusa de que Canal Sur no era una televisión “neutral”, dejó libre el atril, una imagen muy llamativa, y alimentó el debate del PSOE. “Tiene que ser lo que él diga y cuando él diga, y si no lo que hace es llevarse el balón y negarse a debatir”, dijo entonces Susana Díaz, que era secretaria de Organización del PSOE andaluz, según recoge la crónica de El País.

Como ocurre ahora, el PSOE iba por detrás en las encuestas, mientras que el PP era el primero. Hubo una pancarta en la sede regional de los populares que aquella noche no se desplegó. Lo llamativo es que antes de esta polémica, Arenas y los suyos rechazaron un cara a cara con Griñán con el argumento de que dejaba fuera a IU, la otra fuerza con presencia entonces en el Parlamento andaluz. Y ese encuentro entre Griñán y Valderas fue lo que vieron entonces los telespectadores, solo unas semanas antes de que ambos formasen un Gobierno de coalición.

La JEC no los veta

Desde entonces, la tónica general en las campañas ha sido celebrar debates con varios candidatos. No habría problema, como quedó demostrado en 2015, en que se repitiera la fórmula de dos aspirantes, como quiere Sánchez. La Junta Electoral Central actualizó las instrucciones que aprobó en 2011 y dejó en manos de las televisiones privadas la decisión, con una condición. Si había un cara a cara entre dos líderes, habría que compensar a los que se quedan fuera con una proporción consecuente con el resultado electoral de los últimos comicios celebrados.

Foto: Teresa Rodríguez, candidata de Adelante. (EFE/Diego Fernández)

Pero incluso determinar esa realidad ha sido también objeto de pugnas en la política española. La más reciente se produjo en las municipales del pasado 28-M en Sevilla y Cádiz, pero no fue más que un eco de algo que ya ocurrió en las andaluzas en junio de 2022. Entonces, las propuestas de RTVE y RTVA para los debates incluyeron a Teresa Rodríguez, como representante de Adelante Andalucía. Podemos e IU reclamaron con el argumento de que los derechos políticos de la coalición que compartieron con la gaditana eran solo suyos. La Junta Electoral Central le dio la razón a la dirigente anticapitalista al afirmar que su figura y su partido tenían relevancia política suficiente. Hay un cierto consenso en que la actuación de Rodríguez la benefició en el resultado del 19-J.

Casi todo pasa antes en Andalucía, pero esto se podría repetir si la maraña de la izquierda a la izquierda del PSOE no se desenreda. Si Podemos y Sumar acaban yendo por separado, ambos podrán pugnar por los derechos políticos de Unidas Podemos. La lógica dice que Irene Montero tiene todas las de ganar, ya que el proyecto de la vicepresidenta nunca ha concurrido a unas elecciones. Pero hay que recordar que dentro de Sumar están partidos que sí lo han hecho, como IU, Más País o Compromís. Antes de dilucidar esto, las dos formaciones tendrán que ponerse de acuerdo sobre su coalición o descartarla. No será el último capítulo.

Marzo de 2012. A unas semanas de las elecciones andaluzas, todas las encuestas dicen que el PP andaluz logrará, por fin, hacerse con el poder en la Junta. Javier Arenas acariciaba con los dedos la puerta de San Telmo y ganó aquellas elecciones con unos inéditos 50 diputados. El PSOE pudo sumar con IU y evitó el cambio, y hay consenso en que hubo varios factores que colaboraron en ese éxito de José Antonio Griñán. Uno fue mantener la fecha electoral y dejar que las medidas de Mariano Rajoy para atajar la crisis de 2018 comenzaran a hacer mella en el electorado. El otro, simbólico, fue la ausencia de Javier Arenas en el debate de Canal Sur, que emitió el encuentro entre Griñán y el líder de IU, Diego Valderas, con el atril de Javier Arenas vacío.

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