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Cuando el agua del grifo se vuelve tóxica: la maldición que ya afecta a más de 143.000 españoles
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LA SEQUÍA GOLPEA FUERTE

Cuando el agua del grifo se vuelve tóxica: la maldición que ya afecta a más de 143.000 españoles

Andalucía ha declarado en varias comarcas que el agua del grifo no es apta. Las pobres previsiones de lluvia para lo que queda de año anticipan que pronto vendrán muchas más épocas de sequía

Foto: Foto: EFE.
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La teoría dice que el agua es incolora, inodora e insípida. En Peñarroya-Pueblonuevo, al norte de la provincia de Córdoba, esa ley natural hace tiempo que no se cumple. Sea lo que sea que salga por el grifo, no puede llamarse agua. Con el pantano de Sierra Boyera en mínimos desde hace más de dos años, los vecinos anhelaban desde hace meses un trasvase desde el Embalse de La Colada, a unos 35 kilómetros. Cuando su pantano se secó oficialmente, los conectaron al otro. Este iba a ser el fin de sus problemas.

Esta semana, la Junta de Andalucía decretó que el agua de La Colada, que desde hace semanas reciben unas 80.000 personas en Peñarroya, Pozoblanco y muchos otros pueblos de la región, no es apta para el consumo humano. La estación depuradora detectó que el agua contenía niveles por encima de lo permitido de carbono orgánico. Las autoridades advierten de que beber un vaso no hace enfermar a nadie, pero el agua tiene una toxicidad acumulativa.

Foto: Juanma Moreno participa en la suelta de un ave en Palos de la Frontera. (EFE)

"Nos han metido agua mala durante un mes sin decir nada, el pantano estaba en cierre técnico y por eso no les ha quedado otra que meternos el agua de La Colada", protesta María, vecina del pueblo desde hace décadas. "El año pasado mi hijo dijo que él ya no bebía agua del grifo, que el vaso le olía mal". Los vecinos llevaban tiempo desconfiando del agua del grifo, pero el cambio al agua de La Colada fue, nunca mejor dicho, la gota que colmó el vaso. "El día que empezaron noté que el agua salía con mucha más fuerza, pero estaba oscurita", recuerda esta vecina. "Se quedaba manchado el WC cuando tirabas de la cadena".

Días después de la alerta, Emproacsa, la empresa suministradora de aguas de la provincia, comunicó al Ayuntamiento que empezarían a repartir agua con un camión cisterna. En realidad, es casi un minitrasvase, las aguas proceden de embalses en otros puntos de Córdoba como Villaharta o Montoro, que actualmente tampoco están muy boyantes, al 12% y 19% de su capacidad.

placeholder Tres vecinos de Peñarroya-Pueblonuevo se acercan a llenar garrafas al camión cisterna. (A. V.)
Tres vecinos de Peñarroya-Pueblonuevo se acercan a llenar garrafas al camión cisterna. (A. V.)

"Podían haber mandado agua que no estuviera turbia", se quejaba una de las pocas vecinas que fue a rellenar garrafas al camión. Los dos primeros días, pocos vecinos han acudido al encuentro de los suministradores. La gran mayoría se habían acostumbrado ya a beber agua embotellada, arrasando todas las garrafas de los supermercados locales. "Dieron la alarma antes de dar la solución y la gente se fue directa al Mercadona", añade.

La sequía no es algo inaudito para esta zona de España. Muchos vecinos aún recuerdan la terrible sequía de principios de los 90. Mientras Sevilla se engalanaba para presentar al mundo la Expo 92, en pueblos como este se implantaba un régimen casi marcial donde el agua solo salía del grifo dos horas al día. Ahora, los vecinos se quejan de que, además de no haber restricciones, los cultivos de almendros de los alrededores del pueblo siguen obteniendo autorizaciones para el regadío.

El último verano se prohibió el baño en La Colada por la presencia de bacterias. Se sospecha que las explotaciones agrarias de los alrededores del embalse han podido provocar la enorme concentración de carbono orgánico total. Los vecinos ya intuían que algo olía mal en todo esto del trasvase. "En la Administración, ya se decía que el agua de La Colada no tenía condiciones", razona María. "Los políticos pensaban que iba a llover y la situación les ha comido por los pies". Pero, como decía el epidemiólogo Michael Osterholm: "La esperanza no es una estrategia".

¿Puede ocurrir en más sitios?

España cuenta con una importante y compleja red de abastecimiento y saneamiento de aguas. Intervienen prácticamente todos los niveles de la Administración pública y, según datos del Ministerio de Sanidad, el sistema no funciona mal. Las cifras muestran que, casi en el 100% del país, el agua para el consumo humano está en buenas condiciones para ello (98,5%). Sin embargo, el estrés hídrico que vivimos en los últimos tiempos está empezando a ahogar estos sistemas. No solo es un asunto de falta de agua, es que, ante la poca precipitación y la sobreexplotación de las masas de agua, se hace aún más difícil poder convertir ese líquido elemento en apto para el ser humano.

Lo ocurrido en el norte de Córdoba es solo el último ejemplo. Pero, ¿puede generalizarse este caso? Los expertos lo ven difícil, por ahora, pues aun estas alertas son puntuales en nuestro país, pero no imposible. Sobre todo si no se dejan recuperar las masas de agua y se sigue sobreexplotando los acuíferos. "Es algo lógico. Si cae poca lluvia y encima sobreexplotamos los acuíferos con vertidos, el líquido que quede tendrá más mezcla de organismos y sedimentos, y costará más tratarlo para que sea apto para el consumo. No hay un nivel exacto que nos diga, a partir de este porcentaje no podemos tratar esa agua, porque cada lugar es diferente, pero sí que es claro que a menor capacidad, menor calidad", explican desde una gran empresa de gestión de aguas de nuestro país.

Foto: La sequía ha arruinado las cosechas de secano, como la almendra. (EFE/Morell)

¿Qué dicen los datos?

Su análisis coincide con el de la científica Annelies Broekman, investigadora del equipo Agua y Cambio Global del CREAF en la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro del Observatorio Ciudadano de la Sequía. En un evento organizado por SMC España, la científica pedía que, más allá de la tecnología, se hiciese aún más hincapié en la recuperación de las aguas. "La tecnología está bien, pero no podemos confiar todo a esa baza teniendo en cuenta la mala situación de muchas de nuestras balsas", comentaba. "Dejar todo a esa baza es peligroso e injusto", añadía.

Los datos generales, de momento, no llaman mucho la atención a la hora de hablar de agua tan intoxicada como para ser peligrosa para la salud. De acuerdo con el último informe sobre la Calidad del Agua de Consumo en España, correspondiente a 2021 y elaborado por el Ministerio de Sanidad, en aquel año presentaron agua no apta 2.294 zonas de abastecimiento en algún momento del año. A día de hoy, los datos del Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo (SINAC) muestran que a día de hoy son cerca de 143.000 personas las afectadas por un problema de este tipo en nuestro país. Una cifra muy pequeña si se piensa en que el país está dividido en centenares de miles de zonas, pero la imagen empieza a preocupar. Sobre todo si se compara con otros informes publicados en los últimos años.

Según los documentos de los planes hidrológicos de tercer ciclo (2022-2027) presentados por las Confederaciones Hidrográficas, el 44% de las masas de agua subterránea en España se encuentra en mal estado. Una cifra preocupante y que Greenpeace analizaba en su estudio SOS Acuíferos, publicado el pasado año. En algunas zonas, como la Cuenca del Guadiana, a la que pertenece el norte de Córdoba, el 85% de las masas de agua subterránea están en mal estado global. Es decir, 17 de las 20 masas de la cuenca no cumplen con los objetivos medioambientales.

El documento no habla de la situación del agua en superficie, pero da una idea de cómo se está complicando la situación del agua de nuestro país. Por ello, expertos como Broekman abogan por apostar por la concienciación y proteger las masas de agua como se protegen bosques u otros entornos naturales en riesgo, hasta que estos se recuperen. "Necesitamos unir concienciación, protección y tecnología. Pero es que falta inversión desde hace décadas y ese problema tampoco se resuelve", cuentan desde la empresa.

Foto: Juanma Moreno preside en San Telmo el comité de expertos sobre la sequía en Andalucía. (EFE/Raúl Caro)

Vamos a pagar más

El detalle de la inversión no es nuevo. Las principales asociaciones empresariales del agua de nuestro país llevan años avisando de la situación y pidiendo que se aumente la inversión. Incluso han llegado a pedir que se suba el coste del agua al usuario final. Pese a que todos piden que se apueste por el agua de grifo con respecto al agua embotellada, con un precio sensiblemente superior, aseguran que las cuentas ya no salen y que vamos camino de que las infraestructuras se queden viejas.

En 2019, la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (AEAS) publicaba un estudio en el que aseguraba que el sistema español necesitaba inversiones anuales en renovación de infraestructuras por valor de 2.221 millones de euros, "alrededor de 48 euros per cápita y año". El estudio, hecho por PwC, señala que la vía de financiación más factible sería una subida escalonada de tarifas que permita financiar las nuevas infraestructuras.

placeholder Balsa de recogida de agua para riego en la Región de Murcia en Archena. (EFE)
Balsa de recogida de agua para riego en la Región de Murcia en Archena. (EFE)

Sus estimaciones hablan de que debería producirse una subida tarifaria "controlada y progresiva" para pasar, en menos de 10 años, de los 2 euros/m3 de media actuales, a los 3,6 euros/m3. Un cambio que, aseguran, "llevaría a España a niveles similares a la media europea y permitiría dar cumplimiento a los preceptos de la DMA". Aunque lo cierto es que el precio de este bien en España no ha parado de subir. "Esto supondría que, de aquí a 10 años, la tarifa del agua debería incrementarse en un 63% si queremos garantizar la sostenibilidad de los servicios de agua, hacer frente a las inversiones necesarias y a las exigencias establecidas por la UE".

Lo cierto es que, aunque no lleguen a estos niveles, un repaso rápido por los precios medios del agua en cada comunidad autónoma (el coste es algo que establece cada Ayuntamiento) sirve para ver que ya hay una importante desigualdad en lo que se paga por el agua en cada territorio. Un mapa que, además, coincide bastante con el de los lugares en los que más sufren estos problemas de sequía y falta de agua potable.

La zona en la que más se paga por el agua es Cataluña, según el INE, con un precio medio de 2,74 euros por m3, seguido de Ceuta, Murcia, Baleares, Aragón, Andalucía y Comunidad Valenciana. Todos estos territorios quedan por encima de la media del país, que se sitúa en 1,97. Por abajo, destaca Melilla con 1 euro por m3, seguido de Castilla y León, Navarra y Madrid.

La teoría dice que el agua es incolora, inodora e insípida. En Peñarroya-Pueblonuevo, al norte de la provincia de Córdoba, esa ley natural hace tiempo que no se cumple. Sea lo que sea que salga por el grifo, no puede llamarse agua. Con el pantano de Sierra Boyera en mínimos desde hace más de dos años, los vecinos anhelaban desde hace meses un trasvase desde el Embalse de La Colada, a unos 35 kilómetros. Cuando su pantano se secó oficialmente, los conectaron al otro. Este iba a ser el fin de sus problemas.

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