Grupo Otero planteará planes de viabilidad para contener a los acreedores

El Grupo Otero continúa intentado cerrar las vías de agua que en forma de deudas y paralización de proyectos han hecho zozobrar a esta importante constructora de viviendas de lujo en la Costa del Sol. La compañía ha encomendado su “reestructuración” a un bufete de abogados que anuncia la “elaboración de planes de viabilidad futura” para tratar de contener a los acreedores. Proveedores de materiales y servicios, así como clientes, que han comenzado a recibir asesoramiento legal para emprender acciones en los tribunales.

En una misiva remitida a estos afectados, en un porcentaje importante pymes del ámbito de la construcción, se les emplaza a una reunión —presencial o por videoconferencia— que se planifica para la primera quincena de este mes en la que serán informados de “propuestas concretas”.

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Los representantes legales de Otero Builder SL, la mercantil con la que en 2017 comienza a gestarse el grupo que actualmente conforman cinco empresas —OBC, Otero, Lagoom, Urbatech y Atrium—, han comenzado una “reestructuración” de la compañía que ya ha sido “debidamente” comunicada al juzgado de lo Mercantil de Málaga.

El objetivo, plasman en el documento, al que ha tenido acceso este periódico, es “salvar la declaración de concurso ante la situación de insolvencia provocada directamente por los sobrecostes en obra”. Y para ello realizarán “planes de viabilidad futura” que puedan reflotar a la empresa.

La compañía publicitaba que su cartera de obras superaba los 130 millones de euros

Como en otras comunicaciones anteriores, se vuelve a recurrir a la presente coyuntura para justificar su caída súbita, aunque siempre obvia que hechos como el aumento de precios de los materiales, la inflación y el conflicto de Ucrania, influían severamente en el sector desde hace más de un año. Estos no nos impidieron que la emprese siguiese apostando por una gestión expansiva, sin contracción del gasto, a lo largo de todo 2022. A lo que hay que añadir que la propia compañía informó de que había superado los 500 millones de volumen de negocio.

Los abogados de la firma trasladan su deseo de “conseguir una pronta resolución que pueda ser aprobada y homologada por la autoridad judicial”, aunque fuentes próximas a los acreedores se mostraron escépticas ante estos anuncios y se muestran expectantes por si pudiesen ser estrategias para ir dilatando el proceso. Ahora, apuntaron, se centran en intentar cobrar la mayor parte del total que se adeuda a sus clientes, aunque reconoce que, viendo la situación del grupo, es una utopía recuperar todo.

Sólo los pagarés comprometidos con unas cuantas pymes acreedoras sumaban una cantidad adeudada por encima de los cuatro millones de euros. Las obligaciones de pago “fueron devueltas” por el banco cuando llegó la fecha de vencimiento, una circunstancia que se repitió a pesar de los pretextos iniciales. “Nos dijeron que había habido un contratiempo, que no nos preocupásemos y que lo que se debía se abonaría el mes siguiente”, pero cuando volvió a repetirse e insistieron, “respondieron que había habido problemas financieros”.

Los clientes con casas a medio hacer y sin entregar también han recibido cartas en las que Grupo Otero se expresa en términos similares, aunque en su caso les insta a renegociar las cantidades aduciendo que “la evolución de los precios de las materias primas y la energía es difícilmente predecible, y trasciende del ámbito puramente económico hacia la geopolítica”, por lo que “ha supuesto un aumento de la inflación a nivel global desde mediados de 2021 al 2022.

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“En aplicación de la cláusula cuarta del contrato —que no se describe en la carta remitida en este caso—, amparándonos en la doctrina del Tribunal Supremo y el principio de ‘rebus sic stantibus’ —figura jurídica que establece que un acuerdo será vigente mientras se mantengan las condiciones iniciales—”, afirmaba el CEO de la empresa, Rubén Otero, que considera que está avalado para aplicar un incremento al precio de las viviendas de lujo.

La compañía se presentaba como “líder en la construcción de viviendas de lujo en la Costa del Sol” y las cifras que publicitaba eran muy importantes:. “Más de 130 millones de euros en cartera de obras”, “190 unidades” de casas exclusivas por “250 millones”, “500 proyectos entregados” y el “objetivo” de edificar más inmuebles destinados a “alquileres asequibles”.

Recientemente informaba a sus empleados que iniciaba un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que conlleva un “despido colectivo” ante su situación “absolutamente insostenible”.