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El PSOE celebra su mayor victoria roto en dos generaciones que no empastan
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LA GESTIÓN DE LÍDERES HISTÓRICOS

El PSOE celebra su mayor victoria roto en dos generaciones que no empastan

El acto por los 40 años de la mayoría absoluta de Felipe González llega deslucido por la polémica sobre la presencia de Alfonso Guerra. De fondo, una desconexión entre la dirección y los referentes que hicieron del PSOE un partido hegemónico

Foto: Pedro Sánchez y Felipe González, en la inauguración de la exposición en Ferraz sobre la victoria del sevillano en 1982. (EFE)
Pedro Sánchez y Felipe González, en la inauguración de la exposición en Ferraz sobre la victoria del sevillano en 1982. (EFE)

El cartel que José Ramón Sánchez —padre del cineasta Daniel Sánchez Arévalo— diseñó para el PSOE de 1977 ha cambiado a los operarios y los agricultores por José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez. Pero en el fondo han desaparecido también los barcos, las chimeneas fabriles echando humo y los grandes edificios para dejar paso a un mar y un cielo impolutos. Solo el sol y Felipe González se mantienen en una imagen icónica que, en su evolución, da pistas del viaje de los socialistas en estos "40 años de progreso". Y a pesar de la armonía que desprende el dibujo, el trayecto de cuatro décadas ha provocado una desconexión entre los dirigentes que hoy llevan el timón de la formación y los que quieren reivindicar en el mitin que se celebra en Sevilla este sábado para celebrar, precisamente, esa histórica victoria de González.

Los roces entre el equipo de Pedro Sánchez y sus antecesores no son nuevos. La relación del presidente del Gobierno con el político sevillano ha pasado por momentos de ruptura. Solo hay que recordar que González se posicionó con Susana Díaz en las primarias fratricidas de mayo de 2017. El ahora secretario general del PSOE se impuso a la andaluza en aquella pugna y no se reconcilió públicamente con el expresidente hasta hace unos meses, en el 40º Congreso del partido, celebrado en Valencia.

Foto: El exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra, en una foto de este año. (EFE/Pedro Hoyos)

Desde entonces, se han dejado ver juntos en más ocasiones, como en la inauguración de la exposición sobre la victoria de 1982 en la sede de Ferraz. Allí estuvieron también Joaquín Almunia y José Luis Rodríguez Zapatero y participaron en un corrillo. No estuvo Alfonso Guerra, la mano derecha de González, secretario de Organización del PSOE desde 1976 y, después, vicesecretario general y vicepresidente del Gobierno, una vez que los socialistas ganaron los comicios de 1982 con una mayoría absoluta de 202 escaños, una cantidad que no se ha vuelto a repetir después.

"Pasamos de la clandestinidad al Gobierno de la nación y hubo dos protagonistas fundamentales". La frase es de José Rodríguez de la Borbolla, expresidente de la Junta de Andalucía y líder del PSOE andaluz entre 1977 y 1988. Con lo de dos protagonistas, se refiere a González y Guerra, con quien mantuvo una pugna que acabó con Borbolla fuera del poder ante el enorme control que tenía el vicepresidente dentro del PSOE. "Si uno quiere atenerse a la realidad, hay gente con la que hay que contar", apunta el político sevillano, que este lunes presentó su libro de memorias acompañado de Guerra en el Paraninfo de la Universidad de Sevilla.

En Ferraz, explican que no se ha invitado a ningún exdirigente al mitin, ya que se trata de un acto "abierto" a los militantes y la ciudadanía

Rodríguez de la Borbolla atribuye a Guerra el mérito de convertir el PSOE en un partido con 200.000 militantes en 1979, desde los 4.000 o 5.000 que, asegura, tenía en 1976. Y defiende las bondades de que los partidos cuenten con el asesoramiento de figuras con experiencia. "Desde la democracia ateniense a los indios americanos, los líderes se dejaban asesorar por los consejos de ancianos", ilustra el expresidente andaluz, cuestionado sobre la polémica generada porque la dirección federal del partido no invitase a Alfonso Guerra al mitin que se celebrará este sábado en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Fibes, en Sevilla.

Desde Ferraz, explican que no se ha cursado invitación a Guerra ni a ningún otro exdirigente porque se trata de un acto "abierto a la militancia". Tras la polémica, ha sido el PSOE andaluz quien ha detallado que se enviará la invitación al exvicepresidente del Gobierno junto al resto de militantes que fueron en la lista socialista por Sevilla en las elecciones de 1982. En el PSOE de Sevilla añaden, además, que el viernes pasado se envió invitación a todos los secretarios generales del partido. En ese cupo está también Susana Díaz, que ha confirmado su presencia en el mitin de Fibes.

Foto: Foto de archivo, la expresidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz y  el expresidente del Gobierno Alfonso Guerra. (EFE/Julio Muñoz)

"Nadie se ha sentido ofendido, salvo Alfonso", explica una fuente socialista, que asegura que está "invitadísimo" y tendrá un lugar de honor en caso de que finalmente vaya. El histórico exdirigente, en Canal Sur, se mostró reacio a acudir después de la polémica, a pesar de que la invitación formal le acabó llegando.

El problema del jarrón chino

El mensaje de Ferraz es conciliador, defiende una normalidad entre los actuales dirigentes y los líderes históricos. Pero los socialistas no son los únicos que tienen problemas con su herencia. Santiago Carrillo acabó alejado del núcleo duro del PCE por su cercanía a posturas más cercanas al PSOE y en el PP fue complicada la transición de José María Aznar con Mariano Rajoy por la voluntad de influir que mantuvo el primero. Fue el propio Felipe González quien acuñó aquello del jarrón chino en referencia a los expresidentes y lo aparatosos que pueden ser para sus sucesores.

Pero la figura del sevillano es especialmente complicada para la actual dirección socialista. Sobre todo si se tiene en cuenta que hay dirigentes del PP que dedican buenas palabras al expresidente. Y no lo hacen sin motivo. Juanma Moreno, presidente de la Junta andaluza, ha sido muy elogioso con González y estuvo a punto de participar en un acto del exlíder del PSOE en el marco de esta conmemoración de su victoria de 1982. La idea era una mesa redonda con el sevillano y los presidentes socialistas Javier Lambán y Emiliano García-Page. Una oportuna ausencia del aragonés favoreció una reorganización del evento que dejó a Moreno fuera de él.

Foto: Susana Díaz, en la comisión de investigación de la Faffe. (EFE/José Manuel Vidal)

"Si hasta en el PP reivindican a Felipe", apunta un exdirigente del PSOE, que exime a Sánchez y culpa a parte de su equipo de Ferraz de la decisión de no invitar a Guerra. "La transición está de moda", continua esta fuente, que cree que la situación ha cambiado respecto a hace una década, cuando Podemos impugnó la herencia de la transición. Este antiguo cargo del PSOE alerta contra las consecuencias negativas de gestionar mal la herencia de González, ya que, afirma, son los mayores de 50 los que más valoran el legado del sevillano y sus gobiernos. "Y es ahí donde está la mayor bolsa de votantes", recuerda, con el PSOE por detrás del PP en las encuestas y en busca de una remontada.

El cartel que José Ramón Sánchez —padre del cineasta Daniel Sánchez Arévalo— diseñó para el PSOE de 1977 ha cambiado a los operarios y los agricultores por José Luis Rodríguez Zapatero y Pedro Sánchez. Pero en el fondo han desaparecido también los barcos, las chimeneas fabriles echando humo y los grandes edificios para dejar paso a un mar y un cielo impolutos. Solo el sol y Felipe González se mantienen en una imagen icónica que, en su evolución, da pistas del viaje de los socialistas en estos "40 años de progreso". Y a pesar de la armonía que desprende el dibujo, el trayecto de cuatro décadas ha provocado una desconexión entre los dirigentes que hoy llevan el timón de la formación y los que quieren reivindicar en el mitin que se celebra en Sevilla este sábado para celebrar, precisamente, esa histórica victoria de González.

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