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González pide ante Sánchez "sumar a todos" para superar "el momento más complejo"
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CONMEMORACIÓN DE 40 AÑOS DE DEMOCRACIA

González pide ante Sánchez "sumar a todos" para superar "el momento más complejo"

Con motivo de los actos de celebración del 40 aniversario de la llegada de González al Gobierno, el PSOE no solo reivindica su legado, sino también su cohesión interna

Foto: Felipe González interviene en la inauguración de la exposición sobre su victoria electoral en 1982, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. (PSOE)
Felipe González interviene en la inauguración de la exposición sobre su victoria electoral en 1982, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. (PSOE)

Pedro Sánchez y Felipe González han vuelto a escenificar la reconciliación interna que ya proyectaron en el último congreso del PSOE, el denominado cónclave de la unidad. Con motivo de los actos de celebración del 40 aniversario de la llegada de González al Gobierno, inaugurados este lunes en Ferraz con una exposición conmemorativa a la que, además de Sánchez y González, también acudieron José Luis Rodríguez Zapatero y Joaquín Almunia —todos los ex secretarios generales vivos del partido—, el PSOE no solo reivindica su legado, sino también su cohesión interna. La foto ha sido el principal mensaje, reforzado por las intervenciones tanto de la vicesecretaria general, María Jesús Montero, como del propio Sánchez, quienes trataron así de unir la línea de puntos entre las conquistas sociales impulsadas en la etapa de González con el actual proyecto socialista en el Ejecutivo. "Nos reconocemos en el legado de la mejor España", concluyó el jefe del Ejecutivo.

El expresidente González reconoció a Sánchez que le ha tocado gestionar en un momento que definió como "extraordinariamente difícil", constatando que "lo único previsible para los próximos meses es lo imprevisible" y que "la única certeza es que no hay certezas que se puedan afirmar". Pese a estar en "el momento más complejo que nos ha tocado vivir", tras la pandemia y la actual situación derivada de la invasión rusa de Ucrania, González reclamó la necesidad de ofrecer certidumbres. Los políticos, aseveró, deben proveer certidumbres aunque no las tengan.

Foto: Feijóo durante el homenaje del PP a Miguel Ángel Blanco. (EFE/Javier Zorrilla)

Franqueado por Sánchez, el histórico dirigente socialista defendió que "hacerte cargo del estado de ánimo de la gente, de los ciudadanos para los que gobiernas", es imprescindible para recorrer la última milla en política, "que es la más importante". Si las encuestas coinciden en alejar al Ejecutivo de la mayoría necesaria para revalidarse en la Moncloa, el expresidente del Gobierno explicó que, en democracia, "la verdad es lo que los ciudadanos creen que es verdad", lo que finalmente "se traduce en decisiones de voto que nos llevan o nos alejan del poder".

A las puertas de esa última milla en política, coincidiendo con el nuevo ciclo electoral, González exhortó la necesidad de "estar cerca" de la ciudadanía y añadió que, "para sacar a España adelante", debe desplegarse "un proyecto que sume a todos y comprometa a todos". Un mensaje que reforzó destacando que de su victoria electoral hace ahora 40 años, aun con una abrumadora mayoría de 202 diputados, que hubiese una movilización más allá de la frontera de estos votantes. "Para comprometerse con el futuro del país, para hacer un trabajo bien hecho y colaborar", explicó, dejando también un recado a la oposición y reivindicando el espíritu pactista que precedió a su primer Gobierno y que tuvo sus momentos culmen en los Pactos de la Moncloa.

Con un tono más en clave electoralista, el presidente del Gobierno recogió el guante para asegurar que, pese a las incertidumbres, "sí hay una certeza", la de que el PSOE "va a gobernar, donde tenga el honor de liderar las instituciones, nunca olvidando sus valores, sus principios y aquellas causas que justificaron 140 años atrás la fundación" del PSOE. De ahí que añadiese que la ciudadanía puede confiar en las siglas socialistas y que "sabe que puede contar con nosotros" en los actuales momentos de dificultad. Junto a la bandera de la defensa de los intereses de los trabajadores, Sánchez reivindicó como propias la del feminismo, asociándola al mandato de Zapatero, y añadió también la del ecologismo en los últimos tiempos "para incorporarlo a nuestra causa".

Si el congreso de Valencia fue el de la unidad, a las puertas del nuevo ciclo electoral el PSOE refuerza su cohesión interna, no solo enterrando las discrepancias que hubo entre González y Sánchez, sino tratando de atar el legado del primero al proyecto del segundo. En el cónclave de hace un año, González dio su bendición al proyecto de Sánchez y le ofreció su "lealtad" con un proyecto, dijo, "que encabecé durante 23 años, y 13 y medio como presidente del Gobierno, y ahora encabezas tú, Pedro, ¡adelante!". Antes de rematar así su intervención, se ofreció a colaborar: "Yo no interfiero, estoy disponible. Ni siquiera pretendo que se tengan en cuenta mi opinión. Solo de buena fe opino si me preguntan".

Desde entonces, González mantiene una interlocución "fluida" con Ferraz pese a las diferencias que siempre le han distanciado del actual secretario general del PSOE. La relación entre ambos se rompió tras la fractura del PSOE por el "no es no" que entonó el ahora presidente a la investidura de Mariano Rajoy y que acabó por descabezarlo de la secretaria general el 1 de octubre de 2016 en un fratricida comité federal. Solo dos días antes, González había tildado a Sánchez de mentiroso porque le habría prometido que el PSOE se iba a abstener para permitir gobernar a los populares. Unas acusaciones que precipitaron la crisis interna. La ruptura se convirtió así en una enemistad que se profundizó durante el pulso de Sánchez para recuperar la secretaría general. El expresidente apoyó a Susana Díaz como la mayoría de los referentes del partido.

Cuando Sánchez accedió a la presidencia del Ejecutivo a través de la moción de censura contra Mariano Rajoy, hubo un intento de acercamiento y el líder de los socialistas mantuvo una conversación con González tras meses de incomunicación. No cuajó la reconciliación y las discrepancias volvieron a sonar con fuerza al inicio de esta legislatura, cuando Sánchez se abrió a acuerdos de investidura con los independentistas. De las discrepancias por los acuerdos de investidura con los independentistas, González pasó a sentirse "huérfano de representación" política por un PSOE que no lo acaba de representar y por cuyas decisiones hasta sentía "inquietud". Luego vinieron los reproches por los indultos a los presos del 'procés', aunque quizá sin el ensañamiento que algunos críticos con la medida esperaban. Ahora todo ha cambiado, el acto compartido hoy en Ferraz es solo el arranque de una serie de celebraciones que culminará con un mitin el próximo 29 de octubre en Sevilla en el que coincidirán González y Sánchez.

Pedro Sánchez y Felipe González han vuelto a escenificar la reconciliación interna que ya proyectaron en el último congreso del PSOE, el denominado cónclave de la unidad. Con motivo de los actos de celebración del 40 aniversario de la llegada de González al Gobierno, inaugurados este lunes en Ferraz con una exposición conmemorativa a la que, además de Sánchez y González, también acudieron José Luis Rodríguez Zapatero y Joaquín Almunia —todos los ex secretarios generales vivos del partido—, el PSOE no solo reivindica su legado, sino también su cohesión interna. La foto ha sido el principal mensaje, reforzado por las intervenciones tanto de la vicesecretaria general, María Jesús Montero, como del propio Sánchez, quienes trataron así de unir la línea de puntos entre las conquistas sociales impulsadas en la etapa de González con el actual proyecto socialista en el Ejecutivo. "Nos reconocemos en el legado de la mejor España", concluyó el jefe del Ejecutivo.

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