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Forjando ciberdeportistas: "Me insultaban cuando perdía, pero ahora soy de hierro"
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Forjando ciberdeportistas: "Me insultaban cuando perdía, pero ahora soy de hierro"

Casa, charlas, cocinero, entreno y asistencia psicológica para sobrellevar las redes. Es el día a día de un jugador profesional de eSport en el club con más solera: Vodafone Giants Málaga

Foto: El equipo Vodafone Giants, durante uno de sus entrenamientos. (EC)
El equipo Vodafone Giants, durante uno de sus entrenamientos. (EC)

Los componentes del equipo —cinco titulares y dos suplentes— llegan a la sede del club sobre la una de la tarde. Debidamente uniformados, siguiendo las pautas marcadas, se bajan de una furgoneta serigrafiada con el escudo del Vodafone Giants y se adentran en un edificio de aire industrial de aproximadamente 1.000 metros cuadrados, cuya decoración destaca entre las otras naves del polígono San Luis de Málaga.

“No hay nada así en España. Es lo más parecido al concepto de este tipo de instalaciones que existe en Estados Unidos”, comenta el responsable de Comunicación mientras desgrana los distintos espacios. Y no le falta razón. A la entrada, la tienda con productos de ‘merchandising’ y la línea de moda, una de las divisiones de negocio más ambiciosa de la entidad; inmediatamente después, un comedor en el que un cocinero se preocupa de elaborar “una dieta equilibrada”. Porque, aunque huyen de la etiqueta 'deporte' —“esto es un entretenimiento, un espectáculo”—, aplican unos estándares de profesionalidad que exigen unos hábitos de vida saludables, un compromiso y una fortaleza mental que acaban desterrando la imagen del chico retrepado en un sofá rodeado de refrescos y ganchitos de queso que maldice a un contrario que está a miles de kilómetros de distancia.

Foto: (Foto: EFE)

Es la filosofía de trabajo de uno de los equipos de eSports más laureados del país. La esencia de un centro de alto rendimiento para jugadores de videojuegos que sobresale en un floreciente sector económico que mueve cifras mareantes de dinero y en el que confluyen las aspiraciones de adolescentes que sueñan con convertirse en estrellas, firmar suculentos contratos y vivir de su pasión. Jóvenes que también deben lidiar con representantes, la presión insana de las redes sociales y el sabor amargo de la derrota.

La planta superior del edificio acoge las oficinas del Vodafone Giants. Una especie de 'mirador' acristalado a través del que se observa una gran mesa en la que los empleados de los distintos departamentos se alinean frente a una computadora. A sus pies, una grada que el covid-19 obliga a mantener desalojada y ante la que se alza una gran pantalla en la que se retransmiten las partidas. A sus espaldas, un espacio diáfano en el que se proyectan iniciativas sobre las que aún se trabaja.

placeholder Sala donde se disputan las competiciones del Vodafone Giants. (EC)
Sala donde se disputan las competiciones del Vodafone Giants. (EC)

Los jugadores entran a las instalaciones acompañados por el mánager, Javier Domínguez, alias 'Xavis'. Es lo más parecido a Pepe Costa en el F.C. Barcelona. El enlace entre la dirección y el equipo. La persona encargada de facilitar la vida a unos chicos que, en la mayoría de los casos, se encuentran fuera de su país o su ciudad, pues proceden de Portugal, Bulgaria, Turquía o Reino Unido y distintas partes de España.

Xavis convive con ellos en la 'gaming house', los lleva y trae, controla que sigan las pautas marcadas por la entidad y atiende sus necesidades. Es su apoyo, el hombre de confianza. A quien acuden si tienen un problema. Los acompaña David Alonso, 'Lozark'. El director deportivo. Un joven de 29 años con amplia trayectoria en este mundo cuya función es la de detectar nuevos talentos y conseguir que fichen por el club. También suman en las labores de estrategia y últimamente echan un cable a los dos entrenadores: Alejandro Fernández-Valdés, 'Jandro', y Miguel Santos, 'FearlessS'.

El equipo cuenta con un mánager, un director deportivo y dos entrenadores

Todos acceden a una habitación con las paredes alicatadas con monitores en los que analizan partidas anteriores. La reunión es importante. Llevan una mala racha de resultados y hay que detectar debilidades y fortalezas, estudiar alternativas a distintas situaciones del juego y trazar la técnica que van a poner en marcha durante la práctica del día. “Tres, cuatro o cinco horas” de entreno en el que los jugadores van a enfrentarse con otro club para recuperar sensaciones. “Ofrecemos grandeza, ganar y, cuando eso no ocurre, es un drama”, expone José Díaz, CEO del equipo y cofundador, junto a Virginia Calvo, de Good Game Group, quien confiesa que cuando son derrotados “se me corta el estómago y me voy a la cama sin cenar”.

"Estoy muy bien pagado"

Los cinco titulares se acomodan en un sillón que recuerda al de un coche de competición, se colocan unos auriculares y fijan la mirada en el monitor. En el centro, Ismael Martínez, conocido como ‘Miniduke’. Un referente en ‘League of Legends’, con más de una década de experiencia en este videojuego y un campeonato nacional luciendo en su palmarés. Un chico de 23 años que aún recuerda cuando les dijo a sus padres que quería dejar de cursar el grado medio de Informática en el que se había matriculado para convertirse en profesional de los eSport y a los que convenció tras comprometerse a regresar a los libros si en un año no se ganaba la vida con ello.

placeholder Miniduke, durante una partida. (EC)
Miniduke, durante una partida. (EC)

Su primer ‘salario’ fue “un teclado de poco más de 20 euros” y ahora forma parte del que posiblemente sea el club más profesionalizado del país, con el que ha firmado un contrato por una temporada con unos emolumentos que nadie quiere revelar. “Estoy muy bien pagado”, se limita a responder.

Ismael se siente un privilegiado porque puede dedicarse a lo que le gusta, pero se reivindica cuando afirma que nadie le ha regalado nada y que lo conseguido es fruto de esfuerzo y talento. “Mucha gente lo intenta y muy pocos llegan a conseguirlo”, por eso “voy a exprimir mis años como jugador” y después tratará de volcar todo lo aprendido en nuevos retos. “Me veo en este sector, ya sea como jugador, entrenador o creador de contenidos”, apunta.

"He sido campeón, he perdido, he estado gordo y ahora delgado. Me he hecho fuerte"

A lo largo de su carrera ha probado las mieles de la victoria y la cara más dura de un mundo estrechamente vinculado a las redes sociales que puede llegar a ser cruel para un quinceañero. “Antes pesaba 100 kilos porque me alimentaba de comida basura y cuando perdía una partida había alguno que me llamaba feo y gordo. Pero ahora soy de hierro. He vivido de todo, he sido campeón, he caído derrotado, he estado obeso y ahora estoy delgado. Me resbala todo lo que me digan, me he hecho fuerte”, espeta a sus ‘haters’ con una seguridad exultante. Autoestima que no le nubla ante la realidad de que su futuro depende de las victorias que consiga.

'Miniduke' sostiene que “la entereza es un pilar fundamental” para mantenerse a flote en una competición de la que se acaban retirando “los que se han quemado” y que exige una implicación total, porque, “durante el tiempo que estás descansando, puede haber un niño en Ucrania que está entrenando y que va a intentar desbancarte en un futuro”.

Foto: Jordi Torras y Xavi Robles, al poco tiempo de crear Vizz Agency. (Cedida)

“Si no aguantas, no vas a ningún lado”, agrega el joven, que ha disputado partidas ante más de 300.000 ciberespectadores y que es uno de los principales reclamos de las cuentas en redes del equipo, con más de 28 millones de seguidores en todas las plataformas. Quizá sea este uno de los motivos por los que Alonso, cuando va a fichar a un nuevo talento, se fija en sus cualidades como jugador, pero también “en su personalidad”. Porque cualquier equipo, ya sea en una empresa o en una entidad deportiva, no deja de ser un conjunto de egos que hay que acoplar para que la maquinaria funcione con fluidez.

Ibai Llanos hay uno entre un millón”, comentan desde el club, por eso “hay que hacer pedagogía” entre los adolescentes que aspiren a ser jugadores profesionales de videojuegos para que canalicen la frustración que puede suponer no alcanzar la meta y para que tengan claro que las carreras no son eternas. “No suele durar más de seis o siete años”.

El equipo cuenta con un psicólogo para que los jugadores puedan soportar la presión

Para sobrellevar mejor esta presión en un ámbito en el que la presencia de representantes comienza a ser habitual, los miembros del Vodafone Giants cuentan con un psicólogo deportivo al que los jugadores pueden acudir siempre que lo precisen, señala Díaz, quien hace años observó un nicho de negocio floreciente en este sector.

Descifrando al veinteañero

Las cifras avalan su pálpito. Los eSport facturaron en España unos 27 millones de euros, según recoge el anuario de 2020 de la Asociación Española de Videojuegos (AEVI), que refleja un notable incremento de las personas ocupadas en esta actividad. Aunque la verdadera magnitud de este segmento se aprecia cuando se analizan los datos globales, con una previsión de ingresos para este ejercicio de 1.084 millones de euros. “Estamos hablando de que los videojuegos generaron en Estados Unidos el año pasado 160 billones de dólares, más que industrias como el cine y la música juntas”, destaca.

Los esfuerzos actualmente se centran en obtener ingresos a través de los seguidores para rebajar el peso predominante —95%— que tiene el patrocinio en las cuentas de la entidad, capaz de atraer a multinacionales como Nike, Chupa Chups, Red Bull, Hot Wheels o Nesquik. ¿Y qué lleva a estas grandes firmas a financiar equipos de eSport? Las dificultades para llegar a una generación de consumidores que les resulta “muy difícil descifrar”. Un público objetivo veinteañero que “no se sienta en el sofá junto a sus padres a ver la televisión, como hacíamos nosotros, sino que está en su habitación frente a una pantalla consumiendo entretenimiento en internet”.

El ejemplo claro, explica, fue el programa ‘Top Gamers Academy’ que emitió Neox. El ‘talent show’, que contaba con rostros conocidos como ElRubius, Willyrex y TheGrefg, arrojó mucho mejores datos de audiencia en plataformas como Twitch que en televisión, lo que pone de relieve los problemas de permeabilidad de las marcas en este estrato poblacional y su necesidad de explorar otras opciones más allá de las convencionales.

Los distintos canales en los que opera Vodafone Giants son capaces de generar 600 millones de impactos al año y eso es un excelente caballo de Troya para que las compañías promocionen sus productos. Pero, como explica el CEO del equipo, el objetivo es no ser tan dependientes del patrocinio e impulsar nuevas vías de financiación. Una de ellas es el principal pilar de los clubes deportivos tradicionales: “Los abonados”. Así que han iniciado una campaña de captación que también persigue fidelizar a los seguidores ofreciéndoles una serie de ventajas.

Un club pagó a otro un traspaso de un millón de euros para hacerse con un jugador

Pero en un contexto en el que un equipo ha pagado 1.000.000 de euros por el traspaso de un jugador, y en el que adquirir una plaza para el Campeonato de Europa de ‘League of Legends’ puede llegar a costar 25 millones de euros, hay quien se pregunta si se está formando una burbuja que ponga en riesgo el desarrollo del sector. José Díaz señala a este respecto que en internet “todo crece mucho más rápido” y advierte que “generar expectativas por encima de las posibilidades nunca es bueno”.

“La industria del cine, por ejemplo, tiene más de un siglo de historia. No debemos correr”, insiste, para recalcar que hay que apostar por proyectos en los que rija la seriedad y la profesionalidad para fortalecer una actividad lúdica cuyo recorrido puede ser increíble. Porque cambiarán los juegos, las consolas, los formatos, pero la industria se reinventará para seguir siendo prominente y satisfacer los deseos de todos los que quieran seguir divirtiéndose con videojuegos y eSports.

Foto: Ibai Llanos durante el campeonato mundial de 'League of Legends'. (EFE)

Good Game Group, la marca que engloba a todas las divisiones de la compañía, facturó 2,5 millones de euros en 2020 y espera alcanzar los 3,5 en 2021. En la actualidad, emplea a más de 130 personas, entre jugadores, técnicos y empleados; y Vodafone Giants cerró el pasado ejercicio la mayor ronda de inversión en este sector en España, tasada en tres millones de euros y liderada por el Grupo Sánchez Cózar.

Los componentes del equipo —cinco titulares y dos suplentes— llegan a la sede del club sobre la una de la tarde. Debidamente uniformados, siguiendo las pautas marcadas, se bajan de una furgoneta serigrafiada con el escudo del Vodafone Giants y se adentran en un edificio de aire industrial de aproximadamente 1.000 metros cuadrados, cuya decoración destaca entre las otras naves del polígono San Luis de Málaga.

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