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Arrimadas planta cara a Génova en Granada y Cs se tambalea en el Parlamento andaluz
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Runrún de adelanto electoral

Arrimadas planta cara a Génova en Granada y Cs se tambalea en el Parlamento andaluz

El alcalde de Cs, Luis Salvador, registra su renuncia, pero no acepta "el chantaje" del PP, que abandonó el Gobierno con dos tránsfugas de Cs. El PSOE llegará al poder si no hay reconciliación

Foto: La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE)
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE)
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Ciudadanos ha dicho basta y responde en Granada, por orden de Inés Arrimadas, con un mensaje muy claro a Fran Hervías, exdirigente de Albert Rivera incrustado en la sala de máquinas de Génova para desestabilizar al partido naranja. Arrimadas le acusa de ser el muñidor de la operación de acoso y derribo contra Cs en las instituciones con el único objetivo, dicen, de meter más inestabilidad en un partido que exhibe claros signos de descomposición interna. O vuelven a dar el apoyo a Cs en la alcaldía o dejarán que gobierne la lista más votada, la del PSOE. El partido naranja dice que está “harto” de lo que se cocina “en los despachos de Génova”.

No se sabe el alcance que tendrá este puñetazo en la mesa de la dirección de Cs frente al PP en el pacto de gobierno en Andalucía. Pero, por primera vez, el ruido de sables llegó ayer al Parlamento andaluz y revolvió al grupo naranja, disconforme en una parte con la estrategia de Arrimadas. Lo que está claro es que Cs marca perfil propio frente al PP en Andalucía y que no es un hecho aislado, sino el inicio de una posición propia que irá aumentando y buscando diferenciarse de los populares conforme se acerquen las elecciones, confirman desde el partido. Cada vez se agita más la posibilidad de que las autonómicas se adelanten a la próxima primavera. Cs ya está tomando posiciones ante la ruptura con el PP y unas andaluzas que serán clave tras desaparecer en Madrid.

Foto: Inés Arrimadas y Juan Marín. (EFE)

También hay lecturas internas sobre lo que está ocurriendo en las filas del PP en Andalucía. Frente a la cascada de pronunciamientos de Cs a favor de su alcalde en Granada fue llamativo el silencio sepulcral del PP andaluz. No hubo ni un solo comunicado o pronunciamiento público al respecto. No es ningún secreto que fue Génova, con la dirección de Hervías, los que iniciaron la operación de Granada de la mano del PP granadino, asegurando que hubo un pacto sellado con un apretón de manos, sin documentos escritos, que acordó en el último momento que Luis Salvador sería alcalde por dos años y después daría paso a un alcalde del PP. Hay quien dentro del PP andaluz cree que Génova aprieta en los ayuntamientos para forzar un adelanto electoral en Andalucía que el presidente Juan Manuel Moreno aún no ve nada claro. Se zarandea además el pacto de estabilidad y no agresión que volvieron a sellar PP y Cs en Andalucía tras la moción de Murcia y que fijaba que no habría desembarco de cargos naranjas en las filas populares para preservar la estabilidad en la Junta.

Foto: El alcalde de Granada, Luis Salvador. (EFE)

23 días después de que los ocho ediles del PP en el Ayuntamiento de Granada abandonaran el equipo de gobierno y dos de los cuatro ediles de Cs se sumaran a la operación de derribo del alcalde, Luis Salvador, yéndose también a la oposición, el partido naranja se planta. Salvador ha resistido tres semanas con un solo edil a su lado de los 27 que tiene el ayuntamiento. La situación ya era insostenible. El miércoles se intentó de nuevo recuperar el pacto con el PP. Emulando la parábola del hijo pródigo, Cs abrió de nuevo las puertas del Gobierno a los populares siempre que Salvador continuara como alcalde. El PP se negó. Quiere la alcaldía.

En una decisión salomónica, Cs desde Madrid ha advertido de que se planta. Salvador registró su renuncia como alcalde. Se verá este viernes en el pleno. La semana próxima se celebrará otra sesión municipal que abordará la investidura de un nuevo regidor. PP, los dos tránsfugas de Cs y los dos ediles de Vox suman 12 ediles. Enfrente, PSOE y Adelante suman 13. Luis Salvador y el edil de Cs que permaneció en el partido dejan claro que votarán a sus propias siglas, cogerán su propia papeleta. En la práctica y si no hay un acuerdo antes, en esta situación de bloqueo la ley es clara: se inviste alcalde al candidato de la lista más votada.

Grave cruce de reproches

Por tanto, el pulso entre PP y Cs acabará con Francisco Cuenca de vuelta a la alcaldía. El PSOE ostentará el bastón de mando porque ganó las elecciones municipales tras saltar por los aires el pacto entre Cs, PP y Vox que dio el ayuntamiento a un partido con solo cuatro concejales. Una cesión que respondía al reparto de poder y cambalache de sillones entre PP y Cs en Murcia o Málaga.

Foto: El expresidente del PP granadino, Sebastián Pérez. (EFE)

Inmediatamente, tanto PP como Cs salieron en tromba a acusarse de ser los culpables de que “un imputado” socialista vaya a ser alcalde. Cuenca está imputado a la espera del previsible archivo de su causa judicial, después de que la Fiscalía pidiera el sobreseimiento. El exalcalde socialista fue procesado en 2019 en una pieza de los cursos de formación en Sevilla, por su etapa como delegado de Economía de la Junta en Granada. El Sindicato Andaluz de Funcionarios lo denunció por presunta usurpación de funciones de los empleados públicos, por derivar el control y la inspección de los cursos de formación a empresas privadas. El Ministerio Público ya ha pedido el sobreseimiento.

Jaén, también fallida

Por primera vez en las últimas semanas de sobresaltos en Cs Andalucía, con fugas de ediles de Cs en Granada, Jaén o ayuntamientos de menor tamaño como Mijas (Málaga) o Bormujos (Sevilla), la inestabilidad en las filas naranjas llegó al Parlamento andaluz. El grupo parlamentario de Cs, 21 diputados, ha estado durante mucho tiempo inmerso en pugnas internas entre los partidarios de Juan Marín y de Fran Hervías, que apadrinó a la consejera de Igualdad, Rocío Ruiz, como candidata rival al vicepresidente andaluz. Tras el salto de Hervías al PP se impuso el silencio y el cierre de filas con Arrimadas. Con Granada se abrieron grietas.

Foto: Julio Millán, junto a María Cantos, en una rueda de prensa. (Ayuntamiento de Jaén)

El diputado de Cs por Granada en el Parlamento andaluz, Raúl Fernández, escribió en sus redes sociales que “le daría mucha pena” que su partido permitiese que la alcaldía cayera en manos de una persona imputada y de Podemos. Insistió además en decir no al PSOE de los indultos y Pedro Sánchez. El mensaje, compartido y marcado como favorito por numerosos cargos de Cs, también fue respaldado por otros diputados andaluces como Fran Carrillo, en su día socio de Fran Hervías en su empresa de comunicación, o el diputado malagueño Javier Pareja. Fuentes del grupo parlamentario de Cs admitieron a este periódico que hubo mucho ruido interno por la orden que llegó desde Madrid de no responder al “chantaje” del PP aunque fuera a costa de que el PSOE se hiciera con la alcaldía.

Públicamente, tanto Juan Marín desde Andalucía como Edmundo Bal desde Madrid salieron a apoyar a Luis Salvador y a respaldar su actuación y su ultimátum al PP. También pesos pesados de la nueva ejecutiva de Arrimadas, como Dani Pérez, secretario de Comunicación, se sumaron a lamentar que la estrategia de Génova entregue Granada al sanchismo. En el PP, más allá de Granada o de algunos diputados más alineados con la dirección nacional, se guardó silencio.

Si el socialista Cuenca llega otra vez a la alcaldía de Granada, el PSOE tendría el poder municipal en cuatro de las ocho capitales andaluzas. En Huelva, con mayoría absoluta, y en Jaén, Sevilla y Granada gracias, de forma indirecta o directa, a Cs y con pactos con la izquierda de Podemos. El PP gobierna Málaga, Almería y Córdoba de la mano de Cs también.

Ciudadanos ha dicho basta y responde en Granada, por orden de Inés Arrimadas, con un mensaje muy claro a Fran Hervías, exdirigente de Albert Rivera incrustado en la sala de máquinas de Génova para desestabilizar al partido naranja. Arrimadas le acusa de ser el muñidor de la operación de acoso y derribo contra Cs en las instituciones con el único objetivo, dicen, de meter más inestabilidad en un partido que exhibe claros signos de descomposición interna. O vuelven a dar el apoyo a Cs en la alcaldía o dejarán que gobierne la lista más votada, la del PSOE. El partido naranja dice que está “harto” de lo que se cocina “en los despachos de Génova”.

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