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Quién es quién en el culebrón de Granada: los protagonistas más allá del Ayuntamiento
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UN PACTO DESDE MADRID

Quién es quién en el culebrón de Granada: los protagonistas más allá del Ayuntamiento

Detrás de esta historia hay un culebrón político poco edificante, pactos de despacho lejos de la Alhambra, cambalache de sillones, fugas, traiciones y puñaladas traperas

Foto: El concejal del Ayuntamiento de Granada, Sebastián Pérez. (EFE)
El concejal del Ayuntamiento de Granada, Sebastián Pérez. (EFE)

El epicentro político del terremoto es el ayuntamiento de Granada, donde Cs y PP se disputan a cara de perro el poder municipal, pero los temblores se han dejado sentir en despachos de Madrid y Sevilla, a muchos kilómetros de distancia de la ciudad de la Alhambra. El acuerdo para hacerse con alcaldía tuvo en su día muchos protagonistas que ahora están también teniendo mucho que ver con el desenlace. Las cúpulas nacionales de Cs y PP participaron en la operación y las direcciones andaluzas de esos mismos partidos, socios en la Junta de Andalucía, han sufrido también las consecuencias.

En el último capítulo, el alcalde de Granada, Luis Salvador, aseguró, tras reunirse en Madrid con la cúpula nacional de su partido este viernes, que tiene el apoyo de Inés Arrimadas y su equipo para continuar en la alcaldía. Eso pese al aviso ya claro del PP de que abandonará el gobierno municipal y lo dejará solo y en minoría absoluta. O la amenaza de quién fue candidato del PP y ahora es concejal no adscrito, Sebastián Pérez, de que dará la alcaldía al PSOE en una moción de censura si Salvador no se marcha. Nada parece hacer cambiar de opinión al actual alcalde, que en las últimas horas parecía que cedería en su salida, pero vuelve de Madrid firme en su propósito de llegar como regidor a las próximas municipales. Detrás de esta historia hay un culebrón político poco edificante, pactos de despacho lejos de Granada, cambalache de sillones, fugas, traiciones y puñaladas traperas.

Foto: La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas. (EFE)

El papel de Hervías

La amenaza real sobre la alcaldía de Granada se agudizó hace algo más de un par de meses, cuando Fran Hervías saltó al PP. Muchos sabían que el exsecretario de organización de Cs había manejado muchos hilos en Andalucía y su incorporación en Génova con despacho junto al secretario general del PP, Teodoro García Egea, era toda una declaración de intenciones. Hervías, apenas un mes después de irse de Cs, destapó el plan en una entrevista en 'Ideal'. Asumió que, como el PP venía defendiendo desde hacía tiempo, Cs había pactado un mandato con la fórmula 2+2 y alternancia en la alcaldía. Hervías en esa misma entrevista dejó perlas como esta "el 80% de los que ahora ocupan un puesto en Ciudadanos están ahí gracias a mí" a la vez que acusó a Luis Salvador de haberlo traicionado y haberlo usado para sus objetivos personales. La declaración de venganza estaba hecha.

Fue Hervías y García Egea quienes habían cerrado por arriba el reparto de poder tras las últimas municipales. En aquel momento a los periodistas se les explicó que había un juego de equilibrios y que Cs, con solo 4 de los 27 concejales, se quedaba Granada a cambio de que el PP tuviera el poder en la Diputación de Málaga. Un juego de sillones que ahora se ha tornado peligroso.

Foto: Reunión de Inés Arrimadas y Juan Marín. (EFE)
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Hervías fue un todopoderoso fontanero del aparato de Cs que en Andalucía mandaba incluso más que en el resto de España. Su enemistad con Juan Marín, actual líder del partido en Andalucía, era manifiesta desde hacía años. Los de Hervías dicen que Marín está tan molesto con esa operación de fichaje del PP porque a él le hubiera gustado fichar antes por ese partido que su enemigo interno.

Hervías apoyó a Luis Salvador para que se enfrentara en 2018 en las primarias frente a Marín. Su candidatura estaba ya en marcha cuando otro acuerdo por arriba desmontó esta operación. Albert Rivera impuso el acuerdo desde Madrid y Cs convocó unas primarias exprés y por sorpresa tras convencer a Salvador, el principal referente de los críticos, de que diera un paso atrás. Este hizo pública su retirada asegurando que no era momento de ahondar en la imagen de división de dentro del partido. A cambio, se garantizó el control de la lista al Parlamento andaluz por Granada y después se sabría qué más cosas. Desde entonces comenzó a volar solo, a despegarse de Hervías y a arrimarse a Marín.

Un grupo municipal roto

Que Hervías tenía hilo con algunos cargos de Cs en el Ayuntamiento granadino se vio claro cuando uno de los concejales, Manuel Olivares, se sumó con entusiasmo a sus declaraciones del pacto del 2+2, dejando por mentiroso al alcalde y asumiendo que Salvador debía irse y dar paso al PP. Sebastián Pérez, que creía que iba a ser candidato a partir de este mes de junio, siempre ha defendido que tuvo un acuerdo verbal con el alcalde de esa alternancia y que lo sellaron con un apretón de manos. Han trascendido audios que señalan que la alternancia estuvo en la negociación. Sin embargo, el portavoz del PP dio la enhorabuena a Salvador en el pleno de investidura como un alcalde de Cs para cuatro años.

Olivares no es el único de los cuatro ediles de Cs que se asume que seguirá la estrategia de los populares para presionar a Salvador

Olivares no es el único de los cuatro ediles de Cs en ese Ayuntamiento que se asume que seguirá la estrategia de los populares para presionar a Salvador y que se vaya. Todos los ediles del PP (seis más el tránsfuga, siete) y dos de los cuatro de Cs, también la de Cultura, estarían dispuestos a abandonar el gobierno municipal para asfixiar a Salvador, que sería un alcalde con solo un concejal, sin capacidad siquiera para convocar un pleno. Un caso inédito en España que no se sabe cómo se resolvería, pero que es el escenario que le han puesto sobre la mesa al alcalde para que asuma que tiene que irse. Los más veteranos recuerdan la gestora que tuvo que imponerse en el ayuntamiento de Marbella tras el estallido de la corrupción de Jesús Gil.

Tensiones entre Bendodo y Génova

La situación de Granada también ha tenido repercusiones internas en el Partido Popular. Es conocido el pulso que Génova y la dirección andaluza libraron por el PP de Sevilla, los roces abiertos en otros congresos provinciales finalmente reconducidos y las tensiones entre Teodoro García Egea y Elías Bendodo, oficialmente consejero de Presidencia y presidente del PP de Málaga, pero en la práctica el hombre fuerte de Juan Manuel Moreno en el PP andaluz. Cuando todas las fricciones por el poder provincial estaban reconduciendo, seguía latiendo el temor de los populares andaluces de que la estrategia diseñada en Génova con Fran Hervías terminara por dañar la alianza con Cs en la Junta.

Foto: El presidente andaluz, Juanma Moreno, del PP, y el vicepresidente, Juan Marín. (EFE)

Por eso, PP y Cs en San Telmo, sede del Gobierno andaluz, sellaron y presentaron un nuevo acuerdo de estabilidad que precisamente boicoteaba la estrategia de la dirección nacional de una OPA hostil al partido de Inés Arrimadas. Ese acuerdo frenó en Andalucía el desembarco de cargos de Cs en las filas del PP. Mantuvo igualmente bloqueados los movimientos en el ayuntamiento de Granada. La dirección andaluza de Moreno mandó parar en varias ocasiones mientras Génova apretaba. Todo cambió en el momento en el que Sebastián Pérez, expresidente del PP granadino, pegó el campanazo, se dio de baja en el partido, se convirtió en edil no adscrito y prometió que o se iba Salvador o entregaría la alcaldía al PSOE. Un movimiento que algunos creen que está pactado con el PP. Ese órdago hizo al PP andaluz cambiar de posición. Por primera vez, apoyó que el partido en Granada empezara a hacer gestiones para hacerse con la alcaldía. Los planes de Génova habían triunfado. Ambas direcciones dicen que el PP de Granada actúa con autonomía. No es cierto. Está bendecido por las dos direcciones. No se descarta que Salvador tenga una salida en la Junta de Andalucía, lo que supondría doblar el brazo doblemente a Bendodo, consejero de Presidencia, que siempre ha negado esa posibilidad.

Dinamita para las relaciones

El terremoto granadino no solo ha tenido repercusiones en los despachos del Gobierno andaluz, donde Elías Bendodo guarda un sepulcral silencio y Juan Marín evita en público mostrar su indignación por lo que está ocurriendo. También ha tenido consecuencias internamente en Cs. Arrimadas ha cerrado filas con Marín y también con Salvador. Lo ha hecho en relación con Granada, pero que también se ha leído en clave de las próximas primarias que deberán decidir quién será el candidato naranja en unas elecciones andaluzas. Perder la alcaldía de Granada, la más importante que tiene ahora mismo Cs, sería un revés tan importante que quienes antes estaban en barcos distintos dentro del partido se suman ahora a remar en el mismo bote. Cs no puede permitirse ahora más guerras internas. Los que se queden deben cerrar filas.

placeholder El consejero de la Presidencia y portavoz del Ejecutivo andaluz, Elías Bendodo. (EFE)
El consejero de la Presidencia y portavoz del Ejecutivo andaluz, Elías Bendodo. (EFE)

También está por ver cómo afecta Granada en las relaciones de las direcciones nacionales de PP y Cs. Tal y como avanzó este periódico, Arrimadas y Pablo Casado celebraron un almuerzo en Madrid días atrás para acercar posiciones y comenzar un deshielo que parecía imposible desde la moción de censura de Murcia. Desde ambos partidos aseguran que el ayuntamiento de Granada no puede hacer saltar todo de nuevo por los aires. Es tal el convencimiento que parecería que tienen ya algo pactado aunque los protagonistas, o los actores granadinos, lo niegan. El lunes, el alcalde se reúne de nuevo con el PP de Granada. No se sabe si para el capítulo final o para seguir alargando una trama que parece tener un final inevitable: el fin de Cs en la alcaldía de la ciudad nazarí. Lo que se desconoce es si el próximo alcalde será del PP o del PSOE.

El epicentro político del terremoto es el ayuntamiento de Granada, donde Cs y PP se disputan a cara de perro el poder municipal, pero los temblores se han dejado sentir en despachos de Madrid y Sevilla, a muchos kilómetros de distancia de la ciudad de la Alhambra. El acuerdo para hacerse con alcaldía tuvo en su día muchos protagonistas que ahora están también teniendo mucho que ver con el desenlace. Las cúpulas nacionales de Cs y PP participaron en la operación y las direcciones andaluzas de esos mismos partidos, socios en la Junta de Andalucía, han sufrido también las consecuencias.

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