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La guerra de la PAC desvela la debilidad del PSOE y la soledad del Gobierno en Andalucía
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PROTESTAS EN El CAMPO ANDALUZ

La guerra de la PAC desvela la debilidad del PSOE y la soledad del Gobierno en Andalucía

El campo andaluz lleva meses incendiado, sin que nadie haya hablado con las organizaciones agrarias, hasta que el ministro Planas ha tomado la interlocución directa

Foto: El ministro de Agricultura, Luis Planas. (EFE)
El ministro de Agricultura, Luis Planas. (EFE)

El campo andaluz vuelve a estar en pie de guerra. Todas las organizaciones agrarias al unísono, lo que ya es raro, rechazan la propuesta del Ministerio de Agricultura de Luis Planas para la convergencia y la futura Política Agraria Común (PAC). Andalucía, la comunidad en la que el hoy ministro fue consejero del ramo, en 2012 y 2013, es la que se opone con mayor beligerancia a las propuestas del Gobierno de la nación. Otras comunidades del PP como Galicia sí están negociando.

El pasado jueves, Planas se reunió con las organizaciones agrarias. Era un encuentro muy esperado. En octubre, hace seis meses, le enviaron una carta donde le pedían abrir una negociación para abordar la futura PAC y el decreto de convergencia, con el que el Gobierno quiere equiparar a todos los preceptores de ayudas directas y eliminar desequilibrios, según explican.

Las consecuencias de este cambio “brusco” son demoledoras para Andalucía, de acuerdo con los números que ofrecen las organizaciones agrarias y que matiza, mucho, el ministerio. “Esta convergencia brusca para los años 2021 y 2022 es tremendamente dañina para Andalucía. En concreto, de los 232.000 agricultores y ganaderos andaluces que reciben ayudas de la PAC en la actualidad, 80.000 perderán, al menos, un 10% en dos años. Además, la mitad de ellos, unos 40.000, sufrirán mermas de entre el 20% y el 50%”, apuntan los representantes del agro andaluz.

"De los 232.000 agricultores y ganaderos andaluces que reciben ayudas de la PAC, 80.000 perderán, al menos, un 10% en dos años"

En esta guerra de cifras, el ministerio insiste en que actualmente el 20% de preceptores cobra el 73% de los fondos que llegan de la Unión Europea. Este decreto, que impone “un cambio brusco y sin transición”, según denuncian las organizaciones agrarias, este mismo año 2021, es ahora mismo el asunto que mantiene las espadas más en alto. El Gobierno insiste en que se pisa el acelerador porque se debió hacer hace mucho tiempo. Esta es la batalla en estos momentos.

Para hablar de todo esto, Planas se sentó, por fin, con las organizaciones agrarias, con interlocutores que conoce bien de su etapa en la Consejería de Agricultura, y reclamó una contraoferta para abrir una negociación. La respuesta de las organizaciones del campo andaluz fue tibia. Según informaron en un comunicado conjunto Asaja, COAG y Cooperativas Agroalimentarias, las movilizaciones se mantienen sin cambio. Los tractores saldrán a las calles de las ciudades andaluzas en un calendario de protestas que, de momento, sigue en vigor.

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De ese comunicado, fue llamativa la ausencia de la Unión de Pequeños Agricultores, UPA Andalucía, que hasta la fecha se había mantenido en el bloque común de las organizaciones agrarias. Planas había asistido esa misma mañana al congreso de la UPA que eligió nuevo secretario general. Se trata de quien había ostentado esa representación en Jaén, Cristóbal Cano, que el pasado octubre renunció como concejal socialista en el Ayuntamiento de Alcalá la Real. Cano es un hombre próximo al secretario general del PSOE de Jaén y presidente de la Diputación, Paco Reyes, el dirigente provincial de más peso en Andalucía y en el que el partido desde Madrid se está apoyando en mayor medida para propiciar el relevo de Susana Díaz al frente de la ejecutiva regional.

Este conflicto de la PAC, que afecta de lleno al olivar jiennense, es uno de los motivos de peso para que la agrupación socialista de Jaén haya solicitado que se precipiten las primarias para elegir candidato del PSOE a la Junta de Andalucía. Insisten en que el deterioro es enorme en las filas socialistas. En la provincia de Jaén, además, se han sucedido movilizaciones sin precedentes de la ciudadanía en contra del "ninguneo" del Gobierno de Pedro Sánchez, desencadenadas por la adjudicación de la base logística del Ejército de Tierra a Córdoba.

Los pequeños agricultores

No son detalles menores. UPA Jaén es la única que hasta la fecha se había descolgado del frente monolítico que todas las organizaciones agrarias mantenían frente al Gobierno de la nación en sus políticas agrarias y de la PAC. Tuvo que rectificar y se sumó al frente común. En ese bloque se mantiene. Aunque en esa nota conjunta tras la reunión del jueves con el ministro no firmó. Desde el ministerio, entienden que es un gesto. Al día siguiente, el viernes, UPA difundió otro comunicado para dejar claro que secundará todas las movilizaciones convocadas. Esta semana en Sevilla y a finales de mes en Jaén.

Eso sí, UPA Andalucía señaló que “no va a ser partícipe en la difusión de datos falsos y escenarios irreales o profecías apocalípticas que los que estuvimos en la reunión con el ministro sabemos que no son ciertas”. Es el principal logro que se llevó el ministro Planas en su cartera de vuelta a Madrid. El ministerio achaca a la Consejería andaluza de Agricultura, en manos de la almeriense Carmen Crespo, la difusión de "unos cuadros ‘fake", insisten en el gabinete de Planas, con proyecciones numéricas sobre lo que supone no tanto la PAC, sino el decreto de convergencia. En realidad, en el Gobierno de la nación están convencidos de que todo esto no es más que un frente político, una pata más de la confrontación orquestada por el Gobierno de PP y Cs.

Las organizaciones agrarias lo niegan radicalmente. Señalan que Crespo no tiene ni ascendencia ni predicamento suficiente sobre estas asociaciones para dirigirlas al unísono y sin fisuras en una estrategia que, de momento, es de firme rechazo a las políticas del ministerio. “La Junta ha visto la oportunidad y va de nuestra mano. No hay más. Aquí la voz cantante la lleva el campo andaluz, no la Consejería de Agricultura”, apuntan estas mismas fuentes.

Derribar muros

Aunque las organizaciones agrarias se mantengan firmes en sus protestas, sí que se ha derribado un muro. Todos los representantes del agro andaluz agradecen en privado el gesto de Planas y su disposición a abrir el diálogo. De la misiva que enviaron en octubre, recibieron otra de vuelta que no solo incendió los ánimos, sino que indignó por lo que consideran “prepotencia” del ministro, que siendo andaluz —él siempre dice que es cordobés nacido en la Comunidad Valenciana—, les replicó indicándoles que canalizaran sus peticiones a través de sus representantes nacionales. “Ahora la actitud es otra. Vemos otro escenario para el diálogo”, señala otro portavoz de una de esas organizaciones.

Durante estos meses, el incendio en el campo andaluz ha ido a más. Si el PSOE estaba deteriorado en Andalucía y en caída libre en provincias que siempre han sido feudos socialistas como Jaén, la falta de interlocución con el ministerio no hizo más que avivar las llamas y consolidar el frente agrario común contra el decreto de convergencia. Si se trata de redistribuir con más solidaridad, ¿por qué los pequeños agricultores están en las protestas?, deslizan las organizaciones agrarias, que recuerdan que UPA habla de una “convergencia ciega”, del “daño” a pequeños y medianos agricultores que se han embarcado en proyectos de reconversión tecnológica, y reclaman “discriminación positiva” para las explotaciones familiares.

Más allá de la letra pequeña y de los aspectos técnicos, sobre los que por primera vez en estos meses se abre un horizonte de esperanza de que se llegue a un acuerdo, aún lejano, eso sí, el momento PAC desvela la ausencia de interlocutores en Andalucía que defiendan o introduzcan las posiciones del Gobierno. El ministro Planas ha estado “muy solo”, admiten las organizaciones agrarias. Ni la Delegación del Gobierno en Andalucía ni el PSOE andaluz han hecho ese trabajo previo de campo para calmar los ánimos en las organizaciones y abonar la posibilidad de un diálogo con el ministro.

El momento PAC desvela la ausencia de interlocutores en Andalucía que defiendan o introduzcan las posiciones del Gobierno

Planas no tiene ninguna relación con la actual secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, ante quien se plantó en las primarias por las que sucedió a José Antonio Griñán al frente del partido. En su última visita a Sevilla, es llamativo que se reunió con el alcalde, Juan Espadas, pero no se vio con nadie de la ejecutiva de Díaz, mucho menos con la actual dirigente andaluza. Otra prueba palpable de la desconexión del PSOE-A es que si preguntas a las organizaciones agrarias por quién es en estos momentos el interlocutor para estos temas, el portavoz de agricultura, una materia clave en Andalucía desde el punto de vista económico y social, ni siquiera atinan a dar un nombre en firme.

El ministro Planas piensa, explican desde su gabinete, hacer todo lo posible para llegar a un acuerdo. Para él sería un desgarro alcanzar un pacto con todas las comunidades autónomas excepto con la suya, Andalucía, donde está el 34% de los perceptores de ayudas PAC y que aporta el 37% del valor añadido bruto (VAB) agrario a la economía de España, dando empleo a más del 8% de la población ocupada andaluza (más del doble que la media nacional). La negociación de la futura PAC, contra pronóstico, amarró 47.724 millones de euros en el próximo periodo para España, de los que alrededor de 1.800 vendrán a Andalucía, por lo que no hay recorte. Eso sí, se baraja que cada explotación pueda recibir un máximo de 100.000 euros y en el reparto se abandonarán las referencias históricas para reequilibrar las ayudas y premiar una agricultura más verde y sostenible, aunque estos aspectos aún no están cerrados y hay margen de negociación.

El campo andaluz vuelve a estar en pie de guerra. Todas las organizaciones agrarias al unísono, lo que ya es raro, rechazan la propuesta del Ministerio de Agricultura de Luis Planas para la convergencia y la futura Política Agraria Común (PAC). Andalucía, la comunidad en la que el hoy ministro fue consejero del ramo, en 2012 y 2013, es la que se opone con mayor beligerancia a las propuestas del Gobierno de la nación. Otras comunidades del PP como Galicia sí están negociando.

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