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El no de Sánchez a la financiación pone a Díaz y a la ministra contra las cuerdas
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El no de Sánchez a la financiación pone a Díaz y a la ministra contra las cuerdas

La titular de Hacienda exigió la reforma urgente del modelo y unió a toda la oposición frente a Rajoy. El bloqueo desconcierta a Ximo Puig, rompe su discurso y lo debilita frente a Compromís

Foto: La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)
La presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz. (EFE)

Un terremoto político sacudió este martes Andalucía cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cerró en el Senado todas las puertas a una reforma de la financiación autonómica esta legislatura y abrió la negociación bilateral con los presidentes autonómicos. Justo todo lo contrario que exige el Gobierno andaluz. El mensaje, que este miércoles ha reiterado sin matices en el Congreso, fue un auténtico jarro de agua fría para el gabiente de Susana Díaz, que había convertido esa reivindicación en su principal motor político en tiempo de Mariano Rajoy y que ahora se queda a los pies de los caballos. La oposición salió rauda a erosionar a la presidenta andaluza. En la Comunidad Valenciana, donde este asunto movilizó a miles de valencianos en la calle el pasado noviembre, también se ha dejado sentir el tsunami político, hasta el punto de que el socialista Ximo Puig tuvo que reafirmarse este miércoles en lo que ha sido uno de los ejes de su discurso reivindicativo.

Susana Díaz defendió, en declaraciones a los medios este miércoles, que Andalucía está "mal financiada" y reclamó "4.000 millones para educación, sanidad y dependencia". Recordó que hay un mandato del Parlamento andaluz que la vincula "antes y siempre", dejando claro que confrontará con Sánchez si no cambia de posición. En su reunión con el presidente, prevista a finales de junio, insistirá en una reforma del modelo de financiación como la vía "más transparente y justa". La guerra con el Gobierno llega antes de lo previsto.

Concesiones a Cataluña: gana el PSC

Sánchez quiso rebajar expectativas y dejar claro desde ya que no habrá reforma del modelo de financiación autonómica, explican desde el Gobierno. En Andalucía, los socialistas no pueden comprender ese mensaje, que además choca frontalmente con lo que ha mantenido la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, cuando era consejera. Entonces, negociación bilateral o a la carta eran cuestiones proscritas. Detrás estaba siempre el fantasma del desafío soberanista catalán y el temor a una España a dos velocidades, con la quiebra norte-sur. Fuentes del Gobierno de la nación admiten que habrá gestos con Cataluña y concesiones a los catalanes en materia de financiación pero, añaden, “también con los valencianos o los andaluces”.

Foto: Pedro Sánchez, durante su primera sesión de control en el Congreso, este 20 de junio. (EFE)

El juego de las mayorías es el que es. Con solo 84 diputados socialistas, hay poco margen para cerrar un asunto tan complicado, la mayoría absoluta del PP en el Senado lo hace aún más difícil, pero el mensaje de Sánchez desconcertó porque no deja vías abiertas. Pospone la reforma del modelo y abre puertas a la negociación bilateral con las comunidades, con lo que de fondo dispara el temor a que haya gestos con Cataluña en detrimento de otras comunidades.

placeholder Pedro Sánchez y Ximo Puig. (EFE)
Pedro Sánchez y Ximo Puig. (EFE)

Desde la Generalitat valenciana, donde el anuncio de Sánchez generó desconcierto, no se entiende que el nuevo presidente haya despejado a la próxima legislatura una reforma sobre la que están elaborados todos los documentos técnicos. Tanto la comisión de expertos propuestos por Gobierno y autonomías como el comité técnico permanente del Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF) han dado los pasos previos establecidos. Solo quedaba el último de ellos antes de llevar el nuevo modelo al horno del Congreso de los Diputados: que el Gobierno enviase una propuesta al CPFF, donde tiene mayoría, algo que Mariano Rajoy y su ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, esquivaron hacer. "Todo lo que Sánchez dice que hay que hacer y que no da tiempo a hacer en realidad ya está hecho", señalaban fuentes del Consell que Puig comparte con Compromís.

Ximo Puig dice que no renuncia

"Los y las valencianas no vamos a renunciar a lo que es justo: un cambio del sistema de financiación para garantizar la igualdad entre españoles. Es positivo que se apliquen, de forma transitoria, mejoras urgentes, pero necesitamos soluciones definitivas", difundió el propio Ximo Puig a través de su cuenta de Twitter. La renuncia de Sánchez lo deja en una situación complicada frente a sus socios valencianistas, que no darán tregua en la exigencia de más fondos. El propio portavoz de Compromís en el Congreso, Joan Baldoví, era quien exigía al presidente que moviera ficha para renovar un sistema caducado desde 2014. "Lo que vale para Montoro vale también para Montero", abundaba la vicepresidenta valenciana, Mónica Oltra.

Pero Puig también queda en evidencia frente a la oposición del PP, con la que el 'president' ha sido muy crítico por la pasividad del anterior Ejecutivo de Rajoy. Del mismo modo, el bloqueo abre una brecha con la patronal local, la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), que este mismo miércoles lanzó una comunicación oficial recordando que la Comunidad Valenciana es la autonomía peor financiada desde hace años. "Cambia el Gobierno y nos encontramos con la misma falta de sensibilidad", asestó el presidente de la CEV, Salvador Navarro.

La autonomía se juega seguir dependiendo del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y tener las cuentas intervenidas como consecuencia de la infrafinanciación. En la práctica, supondrá elevar también el endeudamiento de la Generalitat como consecuencia de los préstamos del FLA. La estimación hasta el final de la legislatura es de entre 800 y 1.000 millones de euros adicionales de deuda motivada por el retraso en la llegada de nuevos fondos. El barón valenciano confía en que la solución transitoria que plantea Sánchez alivie algo las arcas autonómicas, pero en su entorno se da por hecho que esto no será más que un parche.

Por su parte, el PP andaluz fue rápido. Dijo Juanma Moreno que quedaba claro que el PSOE era “rehén de sus hipotecas con nacionalistas e independentistas catalanes”. El mensaje es un cañón contra Díaz, hasta el punto de que se asumió en sus filas casi inmediatamente que si ese iba a ser el camino de Sánchez, lo mejor era adelantar las elecciones andaluzas, que tocan en marzo, para evitar el desgaste. Podemos e IU hablaron de “atropello” y “traición”. Ciudadanos también tuvo su oportunidad de vengarse con un tema con el que el PSOE le ha lanzado fuertes envites. El líder andaluz, Juan Marín, aseguró que "el señor Sánchez y el PSOE han dejado a Andalucía en la cuneta con la financiación. Susana Díaz se ha quedado huérfana”. "Lo que está detrás de las manifestaciones de Sánchez es un sistema arbitrario de reparto. Me echo a temblar cuando habla de acuerdos bilaterales”, agregó.

Andalucía se enfrentará a Sánchez

El consejero de Economía y Hacienda, Antonio Ramírez de Arellano, trató desde el primer minuto de dejar claro que el Gobierno andaluz no iba a cejar en sus reivindicaciones. En una entrevista en Ondaluz, dejó claro que seguían reclamando la reforma urgente del sistema de financiación y consideró que en dos años si hay voluntad política hay margen, y daría lugar a llegar a un acuerdo. Además, se mostró firme frente a la bilateralidad, contra la que su antecesora, María Jesús Montero, actual ministra, siempre ha cargado duramente, y exigió “transparencia” y “nitidez” en las negociaciones y que todas las comunidades se sienten a la misma mesa.

Susana Díaz, tras volver a dedicarse de lleno a Andalucía cuando perdió las primarias del PSOE frente a Pedro Sánchez, hizo de la reforma de la financiación autonómica el 'leitmotiv' de su Gobierno. Dio instrucciones a la entonces consejera de Hacienda para que elaborara un documento con las líneas maestras de lo que pide la comunidad andaluza, entre otros asuntos una mejora en el modelo con 16.000 millones adicionales, 4.000 para Andalucía. Ese documento fue ratificado en el Parlamento y asumido por todos los partidos políticos excepto Ciudadanos. El PP andaluz se sumó en el último minuto, aunque el Gobierno autonómico no contaba con este compañero de viaje. Ahora, esa reivindicación casi unánime del Parlamento autonómico que Susana Díaz planeó contra Mariano Rajoy se vuelve en su contra como un bumerán.

Foto: La nueva ministra de Hacienda, María Jesús Montero, dialoga con el exvicepresidente de la Generalitat Oriol Junqueras. (EFE)

En su primera conversación telefónica una vez que Pedro Sánchez fue investido presidente, Díaz dejó claro que su única gran reivindicación era un gesto firme con la financiación autonómica. La elección de Montero, la artífice de la reforma desde Andalucía, como ministra se entendió como tal. Se equivocaron. Ayer había voces en el Gobierno andaluz que aseguraban que la ministra no conocía previamente el anuncio que el presidente hizo en el Senado y admitían que era "de gravedad suficiente como para dimitir". En mitad del tsunami político, Susana Díaz suspendió una entrevista anunciada esta mañana en la COPE con Carlos Herrera alegando una “indisposición”.

Desde el Ministerio de Hacienda, aseguraron que tras la ronda de Sánchez con los presidentes autonómicos, donde se recogerán las reivindicaciones de cada comunidad de forma bilateral, habrá una reunión del foro multilateral y será en el CPFF donde se resuelva la financiación.

Un terremoto político sacudió este martes Andalucía cuando el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cerró en el Senado todas las puertas a una reforma de la financiación autonómica esta legislatura y abrió la negociación bilateral con los presidentes autonómicos. Justo todo lo contrario que exige el Gobierno andaluz. El mensaje, que este miércoles ha reiterado sin matices en el Congreso, fue un auténtico jarro de agua fría para el gabiente de Susana Díaz, que había convertido esa reivindicación en su principal motor político en tiempo de Mariano Rajoy y que ahora se queda a los pies de los caballos. La oposición salió rauda a erosionar a la presidenta andaluza. En la Comunidad Valenciana, donde este asunto movilizó a miles de valencianos en la calle el pasado noviembre, también se ha dejado sentir el tsunami político, hasta el punto de que el socialista Ximo Puig tuvo que reafirmarse este miércoles en lo que ha sido uno de los ejes de su discurso reivindicativo.

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