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Todos culpan a Yolanda, pero los comunes solo fueron la excusa última de Aragonès
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Elecciones el 12 de mayo

Todos culpan a Yolanda, pero los comunes solo fueron la excusa última de Aragonès

En ERC y el ala socialista del Gobierno señalan a la vicepresidenta segunda por la decisión de los comunes de tumbar el presupuesto catalán. Su mala relación con los republicanos y el verso suelto que es Colau inciden en el conflicto

Foto: Yolanda Díaz, junto con Aina Vidal, la jefa de los comunes en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)
Yolanda Díaz, junto con Aina Vidal, la jefa de los comunes en el Congreso. (Europa Press/Eduardo Parra)
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El adelanto electoral en Cataluña se cocinó entre el Parlament y el Palau de la Generalitat, pero hay quien apunta al Ministerio de Trabajo como el lugar donde le añadieron el ingrediente clave. "Podría haber apretado más", dijo el miércoles María Jesús Montero, vicepresidenta primera y número dos del PSOE. Se refería a su compañera de escaño en el banco azul, Yolanda Díaz, que dejó hacer a los comunes para que tumbaran el presupuesto de Pere Aragonès. Y el president decidió presionar el botón y poner las urnas el 12 de mayo. No es que la ministra de Trabajo y líder de Sumar sea la responsable del movimiento que ha revuelto el tablero político, pero muchos la miran a ella por el papel que ha jugado en este nuevo reto para quienes habitan en la Moncloa.

La frase de Montero es muy elocuente y no es la primera vez que se escucha algo similar de un miembro del Gobierno. Cuando Podemos salió de la coalición y restó cinco escaños a la mayoría, ya hubo quien, en el ala socialista del gabinete, se quejó de la falta de cintura de Díaz. Su negativa a darle un puesto a Irene Montero en las listas y que luego entrase en el nuevo Ejecutivo le dio la puntilla a los morados. Después llegó el trauma de la primera derrota parlamentaria, que vino desde los morados al rechazar el decreto para reformar el subsidio del desempleo. Y ahora afronta el bloqueo de las cuentas catalanas, alimentado por una mala relación con ERC que se remonta a la votación en contra de la reforma laboral.

"Yolanda Díaz no debe estar muy satisfecha", dijo este jueves Oriol Junqueras desde el Congreso, donde asistió a la probación de la ley de amnistía. Pero mucho más duro fue Pere Aragonès, que deslizó que tiene "un problema de gestión de su espacio". El president, que desveló que el martes llamó a la ministra de Trabajo para intentar salvar sus cuentas, puso el foco en las consecuencias que "de rebote" tiene su adelanto electoral; es decir, la renuncia de Pedro Sánchez a sacar adelante los presupuestos generales del Estado para 2024 y ha puesto a trabajar a Montero para los de 2025.

Con estos mimbres, Yolanda Díaz no parece precisamente alimentar las teorías de Pedro Sánchez sobre la longevidad de la legislatura. "Hay Gobierno para rato", dijo el presidente hace unos días, en su viaje oficial a Brasil y Chile. No es la primera vez que el jefe del Ejecutivo tiene que mirar a su izquierda para explicarse de dónde vienen las piedras en el camino. El rechazo de En Comú Podem a los presupuestos de la Generalitat dio a Pere Aragonès la excusa perfecta para convocar los comicios el próximo 12 de mayo. Es cierto que la estrategia favorece, sobre el papel, al dirigente republicano, con el PSC lleno de dudas por el efecto de la amnistía y Puigdemont fuera de juego. Pero queda claro que Díaz no ha sido capaz —o no ha querido— presionar a una de las formaciones integradas en Sumar para evitar añadir más incertidumbre a una legislatura que va de sobresalto en sobresalto.

Foto: Yolanda Díaz con Ada Colau en un acto. (EFE/Andreu Dalmau)

Los comunes, encabezados por Jéssica Albiach en el Parlament, mantuvieron su rechazo a las cuentas regionales por su negativa a impulsar el complejo Hard Rock, una suerte de macroproyecto de ocio en Tarragona. El argumento de la formación de izquierdas es que se trata de un proyecto poco sostenible en materia de consumo de agua en medio de una sequía histórica en Cataluña. El plan contaba con el apoyo de ERC, pero también de los socialistas catalanes, que habían alcanzado un acuerdo presupuestario con los republicanos, pero el modelo era un error para los comunes. Y en eso hay acuerdo con Yolanda Díaz, que también considera que esta iniciativa va contra su "modelo de país".

Sumar tiene en los comunes a uno de sus principales pilares, ya que Yolanda Díaz se apoyó en la formación de Ada Colau para armar su coalición. Su viraje de Podemos a Sumar, fue clave en el ascenso del proyecto político de la vicepresidenta y ministra de Trabajo. Pero eso no significa que Díaz tenga control sobre todas las facciones que componen Sumar, como deja claro el proceso de expansión orgánica en el que está embarcada la política gallega. Las reservas de Más Madrid, Compromís e IU en la articulación territorial del proyecto político de la gallega dan cuenta de las tensiones que hay entre la cúpula y los partidos que forman la coalición. Según publica La Vanguardia, Díaz ha firmado en los últimos días con los comunes un pacto que les concede autonomía, más allá de que el posicionamiento público de líder de Sumar respecto al proyecto Hard Rock encaja con los realizados por sus aliados catalanes.

Foto: El expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, durante un acto político en Francia. (Europa Press/Glòria Sánchez)

Los focos están orientados hacia Yolanda Díaz desde el pasado diciembre, cuando Podemos se fue de Sumar porque, aseguraron los morados, la vicepresidenta no les daba margen de maniobra y preferían hacer política desde el grupo Mixto. La salida del partido de Ione Belarra restó cinco escaños a la exigua mayoría del Gobierno de coalición, obligado a negociar con un partido más cada norma, ya que la compleja aritmética que salió del 23-J obliga a Pedro Sánchez a pactar con todos sus socios de investidura toda su agenda legislativa. En ese contexto, la falta de entendimiento de Díaz con sus exsocios provocó la primera derrota parlamentaria del Ejecutivo cuando, el pasado 10 de enero, el decreto del subsidio de desempleo acabó tumbado por el rechazo de Podemos, sumado al de PP, Junts, Vox y Unión del Pueblo Navarro.

"Habrá que negociar con el mixto"

Ya entonces el mensaje que salía del ala socialista del Gobierno oscilaba entre el enfado y la resignación. "Habrá que negociar con el mixto", admitía un miembro del gabinete antes de esa derrota en la votación de los decretos. En el Ejecutivo vaticinaban que Podemos no votaría de forma habitual con PP y Vox por su orientación política, pero reconocían que la incapacidad de Díaz para aplacar a sus antiguos aliados era un problema añadido. Ahora ha ocurrido algo similar con los comunes, ya que su ruptura con el Govern de Pere Aragonès aleja las posibilidades de que ERC apoye los presupuestos generales del Estado que María Jesús Montero tiene ya ultimados. Otro obstáculo en el camino de Sánchez en su intento por tener una legislatura de cuatro años. Sobre todo si se tiene en cuenta que las elecciones catalanas se celebrarán antes de la entrada en vigor de la ley de amnistía y la actitud de Junts en el Congreso será todavía más impredecible que hasta ahora.

Hay otro ingrediente a tener en cuenta, ya que en Cataluña hay quien ve una suerte de venganza de los comunes con el PSC después de esta decisión. Hace solo 5 días, el alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, rechazó dar entrada a Colau en el Gobierno local, lo que provocó el rechazo de los comunes a las cuentas municipales. La aritmética en el consistorio barcelonés replica la que se ha registrado este miércoles en el Parlament, ya que los socialistas llegaron a un acuerdo con ERC para aprobar las cuentas que Colau rechaza, aunque el pleno para sacar adelante los presupuestos de Barcelona está previsto el 22 de marzo y todavía podría reconducirse el desacuerdo.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. (EFE/Quique García) Opinión
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La incertidumbre que genera este adelanto inesperado también afecta al futuro electoral de los partidos que forman parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez. En las elecciones generales del pasado 23 de julio, el PSC fue primera fuerza, con 19 escaños, pero Sumar se aupó hasta el segundo puesto, con casi 500.000 votos y 7 diputados. En Cataluña, como ocurrió en Galicia, existe un importante voto dual. Y es cierto que la última edición del sondeo del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), el CIS catalán, mejoró los resultados de los comunes al calor de la investidura de Sánchez. Pero no está claro cómo puede afectar a la formación de Ada Colau el adelanto, que ha pillado a las formaciones catalanas en fuerza de juego.

El adelanto electoral en Cataluña se cocinó entre el Parlament y el Palau de la Generalitat, pero hay quien apunta al Ministerio de Trabajo como el lugar donde le añadieron el ingrediente clave. "Podría haber apretado más", dijo el miércoles María Jesús Montero, vicepresidenta primera y número dos del PSOE. Se refería a su compañera de escaño en el banco azul, Yolanda Díaz, que dejó hacer a los comunes para que tumbaran el presupuesto de Pere Aragonès. Y el president decidió presionar el botón y poner las urnas el 12 de mayo. No es que la ministra de Trabajo y líder de Sumar sea la responsable del movimiento que ha revuelto el tablero político, pero muchos la miran a ella por el papel que ha jugado en este nuevo reto para quienes habitan en la Moncloa.

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