Ábalos de día, Ábalos de noche: crónica del 10 de enero, el punto de inflexión del caso Koldo

Si el caso Koldo fuese una película, el guion de la trama correspondiente al 10 de enero de 2024 empezaría así: Exterior. Inmediaciones del Senado. Día. José Luis Ábalos, exministro de Transportes y ex secretario de organización del PSOE, atiende a una reportera de El Intermedio. Desempeña el papel de diputado ejemplar. Critica a los grupos de la oposición que van a votar en contra de tres asuntos clave para el Gobierno de Pedro Sánchez: el decreto ómnibus, la prórroga de las medidas contra la inflación y la reforma del subsidio de desempleo. Segunda escena: Interior. Reservado de la marisquería La Chalana. Noche. Ábalos se reúne con el que fuera su chófer, escolta y asesor, Koldo García Izaguirre.

Pero el caso Koldo no es una película, y estas dos escenas son reales. La primera se puede ver en un mensaje que Ábalos tuiteó aquel día, la segunda se puede extraer de las escuchas de los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil encargados de investigar a la red. El caso Koldo es una supuesta trama de corrupción, que se lucró gracias a la consecución de una serie de contratos con el Ministerio de Transportes y otras instituciones gobernadas por el PSOE (53 millones en adjudicaciones) en los peores momentos de la pandemia y que tiene en el chico para todo de Ábalos a uno de sus presuntos cabecillas. Koldo habría intermediado para que los empresarios Víctor de Aldama y Juan Carlos Cueto se llevasen los contratos y estos habrían recompensado sus servicios con mordidas.

El 10 de enero no fue un día cualquiera, supone un punto de inflexión en la investigación que cerca al exministro. Las conversaciones intervenidas han hecho concluir al juez Ismael Moreno, titular del Juzgado Central de Instrucción Número 2 de la Audiencia Nacional y encargado de la instrucción, que Ábalos actuó como "intermediario" para evitar que prosperase una reclamación interpuesta por el Ejecutivo de Baleares contra Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL, la mercantil de la trama, por el suministro de mascarillas defectuosas. Pero, antes de entrar en el detalle de lo que sucedió aquel miércoles, el esbozo de las dos escenas condensa un caso que impacta en la espina dorsal del PSOE y del entramado institucional del país.

Sánchez premió la fidelidad de Ábalos, uno de los pocos que siempre se mantuvo a su lado en las guerras orgánicas por el control del partido, con el cargo de secretario de organización del PSOE (2017-2021) y de ministro de Transportes (2018-2021). Así, Ábalos no solo se convirtió en la persona que manejaba y ponía orden en las federaciones socialistas a lo largo y ancho de España, también se hizo con una cartera (el antiguo Ministerio de Fomento) que tiene un presupuesto de 21.273 millones de euros (2023), que al año adjudica inversiones millonarias ya sea a través de Adif, Aena o Puertos del Estado y que tiene capacidad de premiar o castigar (también a lo largo y ancho del país) a alcaldes, diputados o presidentes autonómicos (véase la bronca que Koldo mantuvo con el primer edil de León) con el simple gesto de priorizar un proyecto sobre otro.

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Pero la persona que consiguió tener en sus manos tanto poder fue cesada por Sánchez el 10 de julio de 2021 sin mediar explicación y restituida, también para sorpresa de muchos, el pasado verano, cuando el hombre que había caído en desgracia pasó a ocupar el segundo puesto en la lista del PSOE por la provincia de Valencia al Congreso. Tras el 23-J, el flamante diputado volvió a sumar a sus responsabilidades la presidencia de la Comisión de Interior de la Cámara Baja, hasta que, esta semana, el PSOE le exigió la entrega del acta y Ábalos, para desesperación de su partido, lo que hizo fue pasarse al Grupo Mixto y mantener así el sueldo y el aforamiento.

Y de lo que ha trascendido, las derivadas del caso Koldo conducen también al Ministerio del Interior y a los gobiernos autonómicos de Canarias y Baleares, las otras administraciones que contrataron con la trama y gobernadas en la primavera de 2020 por Ángel Víctor Torres y Francina Armengol, hoy ministro de Política Territorial y presidenta del Congreso (segunda institución del país), respectivamente. Las pesquisas, además, arrojan que, en el momento en el que la trama se hizo con los contratos, uno de los empresarios señalados, Víctor de Aldama, trabajaba también para Globalia, el holding propietario de Air Europa, que acabó recibiendo 615 millones de euros de fondos públicos para evitar la quiebra. Aldama y el consejero delegado de Globalia, Javier Hidalgo, se reunieron varias veces en 2020 con Begoña Gómez, mujer del presidente Sánchez, para presentarle oportunidades de negocio y tratar de conseguir su respaldo, y una firma del holding promocionó la carrera de esta.

El fatídico 10 de enero

El 10 de enero fue un día de vértigo para el Gobierno de Sánchez. El pleno del Congreso, que se celebró en el Senado por obras en la Cámara Baja, debía convalidar el decreto ómnibus, la prórroga de las medidas contra la inflación y la reforma del subsidio de desempleo. La jornada fue una locura, los siete diputados de Junts no estaban dispuestos a respaldar al Ejecutivo, pero en el último minuto perdonaron la legislatura al presidente. Se abstuvieron a cambio de la transferencia de las competencias de inmigración. Las dos primeras propuestas salieron adelante, la última no prosperó porque Podemos votó en contra. La jornada evidenció la extrema debilidad del Ejecutivo, a merced del humor de Carles Puigdemont. "Vamos al precipicio", apuntó un diputado de Sumar a El Confidencial.

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Al calor del debate parlamentario, Ábalos atendió a El Intermedio. "Lo que yo no acabo de entender muy bien es que gran parte del hemiciclo se abstenga de esos problemas de los ciudadanos por una cuestión de priorizar su enfrentamiento al Gobierno", criticó el exministro, en el papel de diputado ejemplar, garante de los intereses de la ciudadanía. Él mismo colgó el vídeo en X (antes Twitter) a las 23.08 del 10 de enero. Poco antes, y tras la sesión en el Senado, había estado con Koldo en La Chalana. La Guardia Civil sitúa el encuentro entre las 21.15 y las 22.20.

La maratón de citas que ese día tuvo Koldo empezó a las 8.35. A esa hora, según se recoge en un informe elaborado por los agentes de la UCO que forma parte del sumario del caso y al que ha tenido acceso El Confidencial, llegó a la Estación de Chamartín. A lo largo de la jornada mantuvo diversas reuniones, la mayoría en La Chalana, donde conversó con José Luis Rodríguez, el subteniente de la Guardia Civil implicado en la trama; con terceros, y con Ábalos. La marisquería parece la base de operaciones del exportero de discotecas que llegó a tener, aupado por el exministro, un asiento en el Consejo de Administración de Renfe Mercancías.

Juan Carlos Cueto, uno de los empresarios implicados en la trama y al que los investigadores señalan como uno de los presuntos cabecillas, esperaba con ansia ese día. Llevaba desde antes de navidades muy nervioso, según se desprende de la intervención de las conversaciones, gracias a los pinchazos telefónicos y a la colocación de dispositivos de grabación en el restaurante. Se enfrentaba a la reclamación millonaria del Gobierno de Baleares por el envío de mascarillas defectuosas. Este es uno de los contratos bajo investigación. Fue suscrito en mayo de 2020 por un importe de 3,7 millones euros, pero gran parte del material recibido nunca se pudo utilizar por su mala calidad. Armengol no exigió a Soluciones de Gestión y Apoyo a Empresas SL el reintegro de 2,6 millones hasta tres años después. Lo hizo el 6 de julio de 2023, el último día que estuvo al frente del Ejecutivo de Baleares, y después de que la Fiscalía ya hubiese abierto una investigación.

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El 10 de enero, el plazo para ejecutar la reclamación estaba a punto de expirar (18 de enero), pero el Ejecutivo de Baleares, ahora gobernado por la popular Marga Prohens, todavía tenía margen para exigir los 2,6 millones. Eso es lo que preocupaba a Cueto que, según trasladó a varios de los implicados, no tenía dinero para hacer frente a la reclamación.

—Cueto: Entonces, hablamos por teléfono y me dices… Oye, va todo bien, va a haber algo, no va a haber nada… porque nosotros ya estamos con la escopeta cargada.

—Koldo: Sí, ya sé… Por eso, porque es día 8… Día 9, perdón.

—C: Y acojonados con el tema.

—K: No, no… Yo más… Yo ya te diré.

—C: Vale, pues mañana hablamos, venga, un abracito.

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Esta es una de las conversaciones que figuran en el sumario. Forma parte de una llamada telefónica entre Cueto y el Koldo el 9 de enero. Un día después, según había contado a su interlocutor, el exasesor tenía una cita en la sede del PP, en Génova, para supuestamente intermediar para frenar la reclamación, pero el encuentro nunca se produjo. Según la investigación, no era el único hilo del que Koldo había transmitido que podía tirar para conseguir paralizar el proceso.

—Mujer: Es una inversión...

—Koldo: Vale, déjame hablar con José.

—M: Por eso, que sí, que sí, que sí.

—K: … Que cuando termine del Congreso viene a tomar un vino conmigo… Se lo digo.

—M: Bueno, cuándo me lo ibas a presentar, para ver alguna oportunidad.

—K: Quédate por la tarde, y te lo presento.

Esta otra conversación corresponde a uno de esos encuentros que Koldo celebró en la marisquería aquel día. Su interlocutora no está identificada, pero fue a la que trasladó que esa misma noche había quedado con Ábalos. Es la prueba de que la reunión entre ambos, capturada por la ya famosa foto en la que se ve al exministro fumando un cigarrillo junto a Koldo a la entrada del restaurante, no fue casual, como ha defendido Ábalos, sino que estaba programada. Y es a raíz de esa cita, y de varias conversaciones intervenidas, que el juez Ismael Moreno considera acreditado que Ábalos habría hecho de "intermediario" en favor de la trama para frenar la reclamación de Baleares.

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El momento "tiene un especial interés para los hechos investigados", sostiene el magistrado en uno de los autos, porque conecta con una de las conversaciones telefónicas que Koldo había mantenido la víspera con Cueto. "Cueto le pedía que, antes de que se fuese de viaje a Perú el día 11 de enero de 2024, le dijese algo a un tercero", explica. "De hecho, Koldo le informaba a Cueto de que una de las cosas a tratar con una de las personas que se reunirá al día siguiente —cuando se reúne con Ábalos— era esa, se entiende que se refería a las gestiones realizadas con la Administración balear para solucionar la reclamación de 2,6 millones de euros realizada a Soluciones de Gestión".

La UCO no incluye en su informe la transcripción de la reunión entre Ábalos y Koldo en el reservado de La Chalana. Solo el Tribunal Supremo puede investigar al exministro y, por tanto, autorizar que se intervengan sus conversaciones, pero el 10 de enero supuso un punto de inflexión en el caso. Lo que aparentemente iba a ser un día para el olvido para Sánchez y el PSOE, por el esperpento de la votación en el Senado y la amenaza constante de Junts de hacer descarrilar la legislatura, ha mutado en una pesadilla que apunta a un presunto caso de corrupción fraguado en los peores momentos de la pandemia.