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González rompe filas con Sánchez y denuncia la "autoamnistía" y los "muros ficticios" con el PP
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Homenaje a la Carta Magna

González rompe filas con Sánchez y denuncia la "autoamnistía" y los "muros ficticios" con el PP

El expresidente defiende que la independencia del poder judicial está "seria y gravemente amenazada" delante de los jueces Llarena y Marchena, que encabezaron el proceso judicial contra el independentismo

Foto: Felipe González, a su llegada al acto de homenaje a la Constitución, en el CaixaForum de Madrid. (EFE/Kiko Huesca)
Felipe González, a su llegada al acto de homenaje a la Constitución, en el CaixaForum de Madrid. (EFE/Kiko Huesca)
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Felipe González ha puesto más tierra de por medio (si cabe) con la actual dirección del PSOE que encabeza Pedro Sánchez. El expresidente del Gobierno ha enmendado algunas de las decisiones más relevantes del Ejecutivo de coalición, con la ley de amnistía en el foco, pero también el uso de decretos ómnibus que incluyen medidas dispares con la excusa de la "emergencia". "Yo no me he movido del partido", ha dicho el veterano exmandatario socialista, que ha asegurado que sigue en el mismo punto que el PSOE "el 23 de julio y el 24 también", ha dicho, en referencia al viraje que Sánchez decretó respecto a la citada ley de amnistía.

"Me dicen que estoy en la misma posición de la derecha", ha admitido el político sevillano en un acto celebrado en el CaixaForum y organizado por la Fundación Gregorio Peces-Barba con motivo del 45 aniversario de la Constitución. En conversación con el exdirigente del PSOE Eduardo Madina, González ha repasado las últimas décadas, pero sin perder de vista la actualidad. Y lo ha hecho con los principales jueces del procés en el auditorio, como son Manuel Marchena y Pablo Llarena, pero también con el expresidente del Supremo Carlos Lesmes. En este contexto, ha hecho una defensa férrea del poder judicial, cuya independencia está "grave y seriamente amenazada" por los "ataques a las autoridades judiciales".

Por la relevancia del auditorio y la cantidad de políticas avaladas por el actual PSOE que González ha enmendado, el mensaje que lanza el expresidente es claro, cuando hace poco más de un año compartió escenario con Pedro Sánchez en el 40 aniversario de la gran victoria socialista de 1982. Desde entonces, la distancia entre González y Sánchez no ha hecho más que crecer con la ley de amnistía como el principal motivo. El expresidente ha hecho una defensa a ultranza de la Constitución, pero también de la necesidad de reformarla en profundidad. Y para ello ha defendido insistentemente una alianza entre PSOE y PP que parece imposible por la creación de "muros y divisiones ficticias".

Como suele ocurrir desde que comenzó el debate sobre una posible amnistía, el acto protagonizado por González congregó a numerosos ministros de sus gobiernos y veteranos del PSOE críticos con Sánchez, como el expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra. También estaba en el CaixaForum Francina Armengol, presidenta del Congreso, alineada con la actual dirección socialista, que ha escuchado el rechazo absoluto de González al perdón general a los implicados en el procés. Sobre esta iniciativa, ha rememorado posiciones ya conocidas, como la necesidad de que se celebre una consulta en todo el país sobre la conveniencia de la norma. "Ha cambiado mi partido: ¿yo estoy obligado a cambiar?", se ha preguntado el histórico líder del PSOE en una afirmación que ha recibido el apoyo de algunos miembros del público.

Foto: La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras (EFE/Fernando Villar)

"Es una autoamnistía, hecha por los amnistiados. Es un poco rara y difícil de aceptar", ha dicho el expresidente del Gobierno, que también ha rechazado que el texto que se está tramitando en el Congreso tenga encaje en la Constitución, como defiende el PSOE. No es casualidad que las enmiendas que han registrado los socialistas y sus socios este martes vayan precisamente encaminadas a garantizar que la norma pueda ser recurrida con éxito ante el Constitucional. "Se ha perdido el respeto a la división de poderes y la salud constitucional está amenazada", ha sentenciado el expresidente.

La práctica de aprobar decretos ómnibus como el que el Congreso validó el pasado 10 de enero también ha recibido la censura de Felipe González, que ha admitido que lo pasó "muy mal" siguiendo el pleno. "Me rebelaré contra todos los ómnibus que mantengan el país en estado de emergencia", ha abundado en una crítica que comparte el PP, pero también los socios de Pedro Sánchez. Pero no solo la práctica legislativa es un problema para el veterano socialista, sino también los cambios de última hora introducidos por el PSOE para poder sacarlos adelante con el apoyo de Junts. "La mayoría no puede ceder a los condicionamientos y chantajes de la minoría", ha criticado González.

Foto: La vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EP/Alejandro Martínez Vélez)

Y es ese y no otro el principal diagnóstico que el expresidente del Gobierno hace de las elecciones del pasado 23 de julio. Para el jefe del Ejecutivo, la lectura del 23-J parte de que la ciudadanía instó a PP y PSOE a llegar a alianzas. "No en todo", ha matizado, pero sí en grandes reformas de la Constitución, más allá de la que se tramita desde este martes en el Congreso. González ha hablado de políticas de vivienda y de reforma territorial para hacer del Senado una verdadera cámara federal. "No es más difícil ponerse de acuerdo hoy [que hace 45 años], pero les falta inteligencia o voluntad", ha dicho el exmandatario, que ha vuelto a defender la necesidad de renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la ley que lo regula.

"PP y PSOE están condenados a entenderse", ha dicho González antes de apelar a consensos como el de los Pactos de la Moncloa y aludir a las "trincheras" que separaban los partidos durante el proceso constituyente. Y ha recordado que fue el PSOE quien cedió uno de los sillones que le correspondían en la elaboración de la Carta Magna a la minoría catalanista que representó entonces Miquel Roca. La democracia cristiana catalanista que hoy está (en teoría) representada por el partido de Carles Puigdemont.

Felipe González ha puesto más tierra de por medio (si cabe) con la actual dirección del PSOE que encabeza Pedro Sánchez. El expresidente del Gobierno ha enmendado algunas de las decisiones más relevantes del Ejecutivo de coalición, con la ley de amnistía en el foco, pero también el uso de decretos ómnibus que incluyen medidas dispares con la excusa de la "emergencia". "Yo no me he movido del partido", ha dicho el veterano exmandatario socialista, que ha asegurado que sigue en el mismo punto que el PSOE "el 23 de julio y el 24 también", ha dicho, en referencia al viraje que Sánchez decretó respecto a la citada ley de amnistía.

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