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Altos cargos del PP alertan del riesgo de elevar el tono: "Copiar a Vox no nos funciona"
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La pugna en la derecha

Altos cargos del PP alertan del riesgo de elevar el tono: "Copiar a Vox no nos funciona"

La propuesta de ilegalizar a Junts o ERC desconcierta al partido. Génova se apoya en que desde las elecciones generales hay una transferencia del 16% de los votos de Abascal, según sondeos internos

Foto: El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado. (Europa Press/Eduardo Parra)
El portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado. (Europa Press/Eduardo Parra)
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La dirección del PP ha empezado el curso político con polémica. La propuesta de disolver los partidos que promuevan referéndum de independencia, que Génova incluyó en la enmienda a la ley de amnistía, ha generado "importantes dudas" en algunos sectores. Tanto el fondo como las formas que utilizó el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, descolocaron a altos cargos que lamentan que una medida de tal calado "no se explicase bien". Hay consenso en la necesidad de un "rearme constitucional" frente al desafío soberanista, pero no se comparte que se hable de "ilegalización". "Nuestra Constitución no es militante. No permite perseguir ideas, como por ejemplo ocurre en Alemania con los nazis", explica un barón, que remite a la Ley de Partidos como marco para perseguir a las formaciones que se muevan al margen de nuestra Carta Magna. "Copiar a Vox nunca nos ha funcionado", apostilla otro veterano de la etapa de Mariano Rajoy.

El debate en el PP vuelve al punto de partida. El propio Rajoy y su sucesor, Pablo Casado, se enfrentaron al mismo problema que hoy Alberto Núñez Feijóo: cómo captar votantes de Vox sin renunciar al electorado de centro. Superada la amenaza de Ciudadanos, el reto pasa por absorber a los de Santiago Abascal. Génova sabe que no desaparecerán, pero trabaja para que mengüen. Los análisis demoscópicos que manejan en el equipo de Feijóo, donde miden al milímetro las tripas del CIS, reflejan que hay partido. Desde las elecciones del 23 de julio, se ha producido un trasvase de voto desde Vox del 16%. El dato es revelador, ya que es infrecuente que en tan corto espacio de tiempo una formación entregue tal cantidad de electores a otra.

"Muchos votantes de Vox se han dado cuenta de que o votan al PP o no lograrán echar a Sánchez", argumenta un presidente autonómico que pone el acento en que, más allá de ideologías, en este momento hay españoles "muy indignados" con los acuerdos de investidura que ha hecho el presidente del Gobierno. "En contra de la amnistía están en la izquierda y en la derecha", insiste. Feijóo explotará este "nicho" de "antisanchistas" en las futuras campañas electorales.

La inminente cita en Galicia el 18 de febrero tendrá una fuerte clave nacional. El candidato del PP, Alfonso Rueda, ya lo ha adelantado en su entrevista con El Confidencial: "Mi gran rival en las urnas no es el BNG ni el PSdeG, es Pedro Sánchez".

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. (Reuters/Susana Vera)

De la agresividad de Abascal contra Feijóo, también esperan sacar rédito los populares. Consideran que ha empezado a calar que el mejor aliado de Sánchez es el líder de Vox. Colocan como ejemplo la polémica de la piñata de Ferraz que, en opinión del PP, ha logrado "desviar" la atención de las cesiones a Bildu y a Carles Puigdemont. Dirigentes populares recuerdan que a Casado le "penalizó" la dureza en lo personal con Abascal en el discurso de la moción de censura. "Al votante de derechas no le gusta que falten el respeto a Feijóo", apuntan fuentes populares, que reconocen que su líder "no soporta a los de Vox".

El sector moderado del PP alerta de que si se "mimetizan" con el discurso de Vox puede repetirse la "desbandada" de votantes de centro que hubo en las generales. El traspaso de electores del PSOE que reflejaban las encuestas no se dio en las urnas, tras los pactos en las autonomías con la ultraderecha. "En Cataluña y el País Vasco, nos irá muy mal si hablamos de ilegalizar partidos", advierte un exfontanero popular con muchas citas electorales a su espalda. Pese a que el PP mejoró sus resultados en Cataluña en las últimas parlamentarias, el PSC fue quien capitalizó la mayor parte del voto constitucionalista, dando a Sánchez opciones para mantenerse en la Moncloa. Abascal cerró la campaña con su "155 permanente" y lastró, según los análisis posteriores, las opciones de la derecha al movilizar al electorado de izquierda en territorios con voto nacionalista.

Al sector moderado del PP le preocupa que mimetizarse con Vox les aleje del centro

La relación con Junts es otro de los temas calientes para Feijóo. El encuentro en agosto del portavoz del PP en el Ayuntamiento de Barcelona, Daniel Sirera, con representantes del partido de Puigdemont, que desveló La Vanguardia, ha generado malestar interno en el PP. "Si ha habido reuniones, se debieron contar en su momento y con naturalidad", defienden fuentes populares, que aventuran que "saldrá alguna más", en relación a los contactos de Esteban González Pons o Elías Bendodo, que siempre han negado desde el PP.

En verano, Puigdemont hizo llegar a Feijóo por personas interpuestas sus exigencias para sentarse a negociar una posible abstención para la investidura. Como publicó este medio, el prófugo planteó condiciones inasumibles, entre las que estaba reconocer la legitimidad del referéndum del 1 de octubre. "Junts intoxicará lo que quiera porque no fuimos transparentes", insisten. Entre los populares, crece el desconcierto: "Feijóo da una de cal y otra de arena".

La dirección del PP ha empezado el curso político con polémica. La propuesta de disolver los partidos que promuevan referéndum de independencia, que Génova incluyó en la enmienda a la ley de amnistía, ha generado "importantes dudas" en algunos sectores. Tanto el fondo como las formas que utilizó el portavoz parlamentario, Miguel Tellado, descolocaron a altos cargos que lamentan que una medida de tal calado "no se explicase bien". Hay consenso en la necesidad de un "rearme constitucional" frente al desafío soberanista, pero no se comparte que se hable de "ilegalización". "Nuestra Constitución no es militante. No permite perseguir ideas, como por ejemplo ocurre en Alemania con los nazis", explica un barón, que remite a la Ley de Partidos como marco para perseguir a las formaciones que se muevan al margen de nuestra Carta Magna. "Copiar a Vox nunca nos ha funcionado", apostilla otro veterano de la etapa de Mariano Rajoy.

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