El PP abre una rendija a la renovación del CGPJ tras el toque de atención de Europa

El PP ha dado en las últimas horas un pequeño paso que pone algo menos difícil reanudar las conversaciones para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). El partido de Alberto Núñez Feijóo ha rebajado las exigencias de los últimos meses. El pasado mes de mayo, Génova endureció sus condiciones por la desconfianza larvada del Ejecutivo y aseguró que "sin una ley en el BOE" no habría desbloqueo. Ahora, la dirección popular vuelve a virar levemente el timón para abrir una rendija de esperanza y exige que el cambio legal para escoger a los integrantes del CGPJ se haga de forma simultánea. Un cambio aún sutil, pero significativo.

Ese ligero viraje se produce solo unas horas después de que el comisario de Justicia, Didier Reynders, colocara el fin de la situación de interinidad del Consejo como una prioridad. Reclamó renovar con "urgencia" e iniciar "inmediatamente después" el proceso de reforma del sistema de elección. Lo hizo acompañado por el ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes. La advertencia lanzada en este escenario, de indudable peso simbólico, opacó las señales de rechazo de Europa a la ley de amnistía y amargó el dulce al PP.

Fue el propio Feijóo quien realizó el anuncio. En una entrevista concedida a la Cadena COPE, indicó que está dispuesto a correr el riesgo de que el PSOE les "engañe" y pactar de forma "simultánea" la renovación y una reforma de la ley del CGPJ para que 12 de los 20 miembros sean elegidos por jueces y magistrados. "Hagamos la ley y renovemos el Consejo de forma simultánea. Firmemos un pacto, presentemos a la sociedad y tramitemos la ley. Esto es lo que pretendemos", dijo. Poco después aclaró que busca una iniciativa registrada por los dos grupos y con la firma de ambos.

Al margen de las palabras del presidente, respaldadas después por otros representantes del partido, hay señales añadidas. A pesar de los reproches y de advertir de que se empezaría con "mal pie" si se le confía —de nuevo— la tarea, los populares no vetan que sea Bolaños el interlocutor en esas supuestas negociaciones. También exigen que sea el Ejecutivo quien dé los pasos necesarios y tome la iniciativa. El PP espera una llamada de Sánchez a Feijóo que sirva como pistoletazo de salida.

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Según aseguran fuentes jurídicas, en la decisión han pesado distintos factores. En cosa de unos días, los populares han perdido el marco con el que trabajaban desde que el pasado verano los resultados electorales fueran insuficientes para permitirles llegar al Gobierno. Desde septiembre, contaban con que el Ejecutivo tomara también con el CGPJ una vía que enfadara a Europa y se decidiera por recortar las mayorías y elegir un Consejo con presencia testimonial de conservadores y apabullante mayoría progresista. No ha sido así y esa constatación ha dejado al PP descolocado en cuanto a argumentos.

Pérdida de legitimidad

Los de Feijóo también acusan el desgaste que supone negarse a la renovación y ser así cómplices de un incumplimiento del mandato constitucional que ya se prolonga cinco años. Esta postura no casa bien con su rechazo a la ley de amnistía por ser, precisamente, inconstitucional. Resta peso a su denuncia y proporciona al Gobierno munición para atacarles o responder a cualquiera de sus acusaciones públicas con el comodín del Consejo.

Hay otra circunstancia añadida que alienta el pacto: el Constitucional. El PP no olvida que tiene aún pendiente la designación a propuesta del Senado de un magistrado para el tribunal de garantías en sustitución de Alfredo Montoya, que renunció por motivos de salud. Tampoco el cómputo creciente de plazas vacantes en el Supremo, los TSJ y las audiencias, que alcanza ya a 85 puestos. En las últimas horas, Feijóo anticipó que la Cámara Alta impulsará la elección del sustituto de Montoya haya o no haya acuerdo global con el PSOE.

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Estos tímidos pasos han sido recibidos con frialdad desde el Gobierno. Amparada en las palabras de Reynders, la Moncloa ha vuelto a insistir en el orden de los factores que ya se aceptó por ambas partes en el último intento fallido de renovación: primero renovar y después sentarse a negociar la reforma del método de elección. "Nuestra posición es la de la Unión Europea, primero la renovación y, posteriormente, se podrá dialogar, pero es improrrogable", avisó la portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros.