PP y Vox mantendrán la presión social sobre Sánchez en contra de la amnistía

PP y Vox tuvieron este domingo una oportunidad de oro para comprobar cómo ha calado en la opinión pública el hecho de que Sánchez haya confirmado por fin el que era un secreto a voces: habrá amnistía "por el interés de España"... y como moneda de cambio con el independentismo para tratar de conservar la Moncloa. Fue, quizá, la gota que colmó el vaso para cientos de miles de personas, que salieron a la calle para mostrar su rechazo a la medida de gracia. En Málaga, donde Alberto Núñez Feijóo ha continuado su gira de protestas "por la igualdad", el PP reunió a 20.000 personas. En Madrid, Santiago Abascal logró enjuagar la mala racha interna y colgó el cartel de completo en la plaza de Colón. Durante varias horas, y según datos de la Delegación del Gobierno, unas 100.000 personas corearon "¡Sánchez, traidor!", mientras el cielo se inundaba de miles de banderas nacionales.

Las dos grandes fuerzas de la derecha pugnan desde hace tiempo por capitalizar el descontento social, aunque con el objetivo común de demostrar que el perdón que planea el Gobierno en funciones a los encausados por el procés no cuenta con el beneplácito de la calle. Tanto en PP como en Vox asumen que es cuestión de semanas, incluso de días, que la medida de gracia sea una realidad y advierten de que mantendrán la calle activada antes, durante y después de que se tramite la norma. El bloque conservador se prepara para tensionar la investidura de Sánchez, que deberá celebrarse antes del 27 de noviembre si este quiere evitar una repetición electoral.

Alberto Núñez Feijóo ha programado en las últimas semanas una gira con actos similares al que celebró el pasado 24 de septiembre en Madrid por diferentes puntos del territorio nacional. El próximo domingo, el líder popular se trasladará a Valencia para exigir de nuevo ante miles de fieles la necesidad de volver a las urnas, aunque Génova no descarta nuevas convocatorias. "A esta izquierda constitucionalista ya no la conoce ni la madre que la parió", clamó Feijóo ante miles de personas que rebosaron la plaza de la Constitución y la calle Larios de Málaga.

Lo que tampoco contemplan en el PP es unir fuerzas con Vox ni planear acciones conjuntas para frenar el "desafío" de Sánchez a "la democracia" y el "Estado de derecho". Pese a estar invitada, no hubo ningún representante de la dirección popular en el acto que este domingo abarrotó la plaza de Colón de Madrid, a excepción de algunos miembros de la vieja guardia popular, como Esperanza Aguirre o Jaime Mayor Oreja. La Fundación Denaes, satélite de Vox, fue la encargada de organizar un evento en que se quiso dar voz a la sociedad civil con la adhesión de decenas de organizaciones. Y su presidente, Iván Vélez, no dudó en afear a Feijóo su ausencia, con el consiguiente pitido por parte de miles de asistentes. "Nosotros somos mucho más contundentes, porque nos mueve el bien común", censuró.

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El líder popular ha tratado de mantener el equilibrio entre su calendario de actos contra la amnistía y el separatismo y su discurso templado con el nacionalismo catalán, una estrategia con la que Génova busca ensanchar su electorado en País Vasco y Cataluña. La pasada semana, Feijóo defendió en Barcelona la necesidad de normalizar las relaciones con partidos como ERC o Junts "desde la discrepancia", y manifestó su "respeto" personal a la figura de Carles Puigdemont por su "sinceridad" en la negociación con Sánchez.

Vox dobla las cifras de Feijóo

Santiago Abascal tardó en reaccionar cuando los tambores de una posible amnistía comenzaron a sonar. Por primera vez, el PP se adelantó a Vox y le arrebató una de sus grandes bazas de oposición: la de agitar la calle contra el Gobierno. Alentado, en parte, por José María Aznar, que hizo un llamamiento a la movilización ciudadana a mediados de septiembre, Feijóo convocó a los suyos en Madrid a finales de septiembre, antes incluso de que se celebrase su debate de investidura, para medir el descontento de la calle contra la intención de Sánchez de pactar con Junts y promover la "impunidad" del procés. No le fue mal. Génova hablaba de "récord absoluto" tras reunir en la avenida Felipe II de Madrid a 60.000 personas, según los datos del partido, y 40.000, según Delegación de Gobierno.

Pero Vox ha liquidado esa marca. A pesar de que el partido no atraviesa por su mejor momento —el número de bajas por las desavenencias con la dirección no deja de crecer—, y de que el cielo de Madrid amenazaba lluvia, la convocatoria de este domingo en Colón ha reunido a 100.000 personas contra la amnistía, más del doble de la cifra que logró Feijóo hace unas semanas. Por primera vez, la cifra oficial facilitada por Vox y la de la Delegación del Gobierno ha coincidido. Aunque en la protesta había muchos huecos a lo largo de la plaza, una marea rojigualda se extendía por numerosas calles aledañas. El partido ultraconservador ha hecho un esfuerzo fletando decenas de autobuses procedentes de diversos puntos de España. "Seguimos en plena forma", celebraban fuentes de la cúpula del partido.

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Abascal quiso reducir su protagonismo en el acto y dejar el mitin en manos de su fundación satélite para animar a la participación. De hecho, la intervención del líder de Vox no estaba prevista, sino que la idea era dejar paso a los representantes de las distintas organizaciones que se adhirieron al encuentro, como Pie en Pared, S'ha Acabat o Solidaridad. Pero, finalmente, Abascal subió a la tribuna de oradores para advertir a Sánchez de que, si consuma la despenalización del procés y el "autogolpe" desde la Moncloa, "tendrá consecuencias" tanto a nivel jurídico como social. Vox, impulsado por el abrazo de la calle en su plaza fetiche, tampoco descarta nuevas acciones en las próximas semanas.