Los socialistas alineados con González y Guerra: 1 de cada 5 quiere repetición electoral

Hay quien sí escucha a Alfonso Guerra y Felipe González entre el electorado socialista. O más bien a Jordi Sevilla, el exministro de José Luis Rodríguez Zapatero que defendió la repetición electoral antes que asumir las exigencias de Junts per Cataluña (JxCAT). El barómetro del CIS elaborado tras las elecciones del pasado 23 de julio tiene una pregunta que es clave en el actual contexto, con las negociaciones para la investidura de Pedro Sánchez avanzando de forma soterrada mientras que espera el turno de Alberto Núñez Feijóo. Tiene que ver con la satisfacción de los electores con el resultado del 23-J y desvela que uno de cada cinco votantes del PSOE prefiere, en este momento, acudir de nuevo a las urnas.

Este dato no es baladí si se tiene en cuenta que hay una suerte de estrategia de los veteranos del partido del puño y la rosa para evitar las cesiones a los independentistas. Esta es la única vía que contemplan hoy en Ferraz para hacer presidente a Pedro Sánchez, pero esta vieja guardia es reacia. Su discurso encaja con esa voluntad del 20,9%% de los votantes del PSOE, aunque hay que tener en cuenta que hay otras opciones dentro del electorado socialista. El 40,4% tampoco está contento con la aritmética que salió del 23-J, pero cree que no se pueden repetir las elecciones. Y hay un 29,6% que considera que la mayoría que salió de las urnas es la óptima.

En Sumar (33%), ERC (30,7%) o Bildu están más satisfechos que en el PSOE, pero quien más favorable es al tablero político que salió de las urnas hace casi dos meses es el electorado de Junts per Catalunya. El 45,5% de los votantes del partido de Carles Puigdemont celebran el resultado del 23-J. Y sólo un 10,7% aboga por la repetición electoral. Un dato que seguro maneja el expresident catalán en estas negociaciones cuando tiene que sentarse con los representantes del PSOE y optar por una vía más posibilista u otra más radical. De fondo, la incógnita sobre a quién beneficia más romper la cuerda en caso de que se vuelvan a abrir las urnas. Ante esa incertidumbre, lo que ya se puede afirmar es dónde estuvo la resistencia de Pedro Sánchez hace justo dos meses. Y la respuesta del CIS está en las mujeres y en las capas más jóvenes y más mayores de la sociedad.

TE PUEDE INTERESAR

Sánchez alienta una ley de amnistía a la espera de que Puigdemont renuncie a otro 1-O

Iván Gil

Una de cada cuatro mujeres votó al PSOE y una de cada cinco votó al PP en las pasadas elecciones generales. En realidad los socialistas incluso convencieron a alguna más. Al 27,7%, según el barómetro postelectoral del CIS. Los populares se quedaron en el 20,8%, según el sondeo elaborado por el organismo que dirige José Félix Tezanos. Y en esa disparidad está una de las explicaciones a la resistencia de los socialistas, que dieron la vuelta a las encuestas que sólo contemplaban una mayoría de PP y Vox y que hubiera dejado a Pedro Sánchez sin opciones de intentar una investidura. Dos meses después de aquella noche, ese parece el camino más probable dados los número que salieron del 23-J, que hacen casi imposible que Alberto Núñez Feijóo salga airoso del debate que se celebrará en el Congreso entre los días 26 y 27 de septiembre.

El voto del PSOE está históricamente feminizado. Esto quiere decir que los socialistas tienen mejores números entre ellas que entre ellos. Y el 23-J no fue una excepción. Ese 27,7% entre las mujeres se quedó en un 23,1% entre los hombres. Son 4,6 puntos de desvío, casi el mismo que tiene Vox, pero en el sentido contrario. El éxito del partido de Santiago Abascal se explica por su resultado entre el sector masculino, donde logran el 9,1% de los apoyos, frente al 4,4% de votos que consiguen entre las mujeres. Es una brecha de 4,7 puntos porcentuales que persiste desde el inicio de su andadura

TE PUEDE INTERESAR

La teoría de la 'barandilla' o por qué las mujeres votan más al PSOE de Pedro Sánchez

Esteban Hernández Gráficos: Unidad de Datos

A Podemos le ocurría algo similar, aunque con una brecha más limitada. Ese era precisamente uno de los retos de Yolanda Díaz en el surgimiento de Sumar. La coalición magenta tenía el reto de equiparar los apoyos entre hombres y mujeres y, según el CIS, lo ha logrado. El barómetro, realizado a partir de 10.000 entrevistas, arroja un 13,6% exacto tanto para hombres como para mujeres entre quienes dicen haber votado a Díaz en el 23-J. El PP también tiene un reparto más equilibrado, levemente favorable a los hombres, con un 21,6% para ellos y el citado 20,8% entre ellas.

El otro pilar de la resistencia del PSOE hay que buscarlo en los dos extremos de los grupos de edad. Los más jóvenes y los más mayores. Los socialistas se trabajaron a conciencia el voto millennial y centennial en su estrategia de redes de la campaña del 23-J. Aquí hay que encajar la entrevista de Sánchez en el podcast de La Pija y la Quinqui, la actuación del grupo Menta en el cierre de campaña en Getafe o la resignificación de Perro Sanxe, que pasó de insulto a lema, con chapas a la venta en la tienda de recuerdos del PSOE.

Los socialistas fueron los más votados entre los tres primeros grupos de edad que registra el CIS. Casi uno de cada cuatro jóvenes de 18 a 24 años (23,7%) votó a Sánchez, pero hay que tener en cuenta que en esta cohorte el PP fue tercera fuerza (14,4%) por detrás de Sumar (16,9%). En los dos siguientes grupos, de 25 a 34 años y de 35 a 44 años, los socialistas siguen en primer puesto con el 21,9% y el 21,5% de los apoyos.

El PP fue la tercera fuerza entre los votantes de 18 a 34 años y empata con Sumar en el segundo lugar entre los electores de 35 a 44 años

El PSOE recupera la primera fuerza, y de forma muy marcada, entre los 65 y los 74 años, con uno de cada tres votantes (32,7%) y entre los mayores de 75, donde convencen al 27,2%. El PP es primera fuerza en dos cohortes muy numerosas, la de 45 a 54 años y la de 55 a 64 años, pero tiene una brecha importante entre los 65 y 74, donde sólo logran un 20,9% y son reseñables sus números en la segunda y la tercera cohorte. Entre 25 y 34 años son también tercera fuerza por detrás de Sumar y entre 35 y 44 empatan con los de Díaz en el 19,7% de los apoyos.

Esos datos, ese buen funcionamiento entre determinadas capas sociales, explica que el trasvase de votos del PSOE al PP se redujese al 7%, aunque había encuestas previas que elevaban ese dato a cifras de dos dígitos. El 7% de quienes votaron a Sánchez en noviembre de 2019 son, más o menos 475.000 votantes que se fugaron al PP. Esa pérdida se ha compensado con la llegada de votos del resto de partidos, entre los que destacan más de 100.000 de las distintas confluencias que ahora han estado en Sumar. O también con su éxito entre los nuevos votantes. El PSOE convenció a casi uno de cada cuatro jóvenes que han cumplido los 18 años desde los últimos comicios. Concretamente al 23,2%.

Tampoco se puede obviar el éxito logrado por el PSC en Cataluña, ya que el 18,5% de los votantes de ERC se pasaron al partido del puño y la rosa en el 23-J, lo que explica el dato de los socialistas catalanes y el batacazo del independentismo. No es desdeñable el dato de votantes del PNV (10,1%) y del BNG (11,2%) que optaron por apoyar al PSOE, que ganó las elecciones en el País Vasco por primera vez desde la época de José Luis Rodríguez Zapatero.