Es noticia
El Gobierno retrasa hasta octubre las comisiones del Congreso y oculta su debilidad
  1. España
La composición de comisiones, en octubre

El Gobierno retrasa hasta octubre las comisiones del Congreso y oculta su debilidad

PSOE y Sumar, con mayoría en la Mesa, prevén que las comisiones no empiecen a trabajar antes del próximo mes, también las comprometidas con los independentistas. Con la distribución actual, los dos bloques estarían casi igualados

Foto: Pedro Sánchez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Pedro Sánchez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Los partidos del Gobierno de coalición en funciones querían poner en marcha el Congreso de los Diputados antes de la investidura de Alberto Núñez Feijóo, y lo han hecho con su reforma del reglamento para poder utilizar las lenguas cooficiales. Sin embargo, fuentes parlamentarias aseguran que han levantado el pie del acelerador en lo que se refiere a la constitución de las 40 comisiones permanentes (entre legislativas, no legislativas y mixtas) que operan en la Cámara Baja. Por un lado, aseguran que lo hacen porque todos los focos están puestos en los trabajos para permitir que los diputados puedan usar el catalán, el euskera y el gallego en el pleno de investidura de Feijóo, en apenas dos semanas. Por otro, reconocen que, si no se modifican las reglas de juego, la fragilidad del bloque que quiere consolidar Pedro Sánchez será especialmente evidente en las comisiones, donde se la jugarán a un voto de diferencia.

En lo que toca a las lenguas, los cambios requieren de importantes esfuerzos logísticos y mantienen en tensión a muchos de los habitantes del palacio de la carrera de San Jerónimo, desde los cargos públicos a las taquígrafas, que no saben si tendrán que trabajar con pinganillo, registrando una traducción de lo que se esté diciendo en el hemiciclo. Más allá de estos trabajos, como asumen los dos partidos de la coalición, la constitución de las comisiones mostrará la debilidad parlamentaria de un bloque al que una sola ausencia podría arrebatarle la mayoría, incluso en comisiones en las que se voten leyes de calado. Es la Mesa quien, tras escuchar a la Junta de Portavoces, establece el número de miembros que tendrán casi todas las comisiones (entre ellas, las 23 con competencias legislativas), y este número se ha fijado en 37 diputados en la mayoría de las últimas legislaturas. En su mano está modificarlo, aunque hasta la fecha no ha abordado esta materia.

Foto: Pedro Sánchez y Francina Armengol. (EFE/Chema Moya)

Fuentes jurídicas del Congreso explican que, entre los grupos, lo habitual es conceder un representante "por cada 10 miembros del grupo parlamentario". De mantenerse los 37 miembros, y de cumplirse esta costumbre, el PP tendría un total de 14 representantes por comisión (entre la Mesa, los portavoces titulares y portavoces adjuntos, vocales y adscritos), por sus 137 escaños. Con los tres de Vox, sumaría 17, y dos de los tres integrantes del grupo mixto, que tendrán que pactar quién ostentará su único puesto en cada comisión, ya se han desmarcado del bloque de la mayoría que hizo presidenta de la Cámara a Francina Argmengol (el diputado de UPN y la de Coalición Canaria).

Esto supone que el bloque que Pedro Sánchez aspira a controlar (12 parlamentarios PSOE, tres Sumar y uno ERC, Junts, Bildu y PNV) sumaría 19 diputados. Los del mixto deben repartirse, por lo que en la mayoría de comisiones el bloque de Sánchez solo tendría un único diputado más que el liderado por el PP, siempre según los precedentes en cuanto al reparto. Una única ausencia podría decantar la balanza en contra del Ejecutivo en funciones y sus aliados, y los dos partidos de la coalición lo saben. En la XIV Legislatura, PSOE y Unidas Podemos designaban a 17 de los 37 miembros de cada comisión, y PP y Vox apenas a 14. El apoyo de ERC y Bildu ya garantizaba a Sánchez los resultados en las votaciones.

Foto: Pedro Sánchez y Yolanda Díaz. (EFE/Chema Moya)

El caso de la reforma laboral, aprobada por un voto erróneo del exdiputado del PP Alberto Casero, sigue en la memoria en una Cámara en la que un solo voto puede cambiarlo todo. Lo habitual, como recuerda uno de los grupos, es que ante las votaciones de mayor enjundia, los partidos fuercen que sus diputados estén en Madrid con un día de margen, para evitar que el retraso de un tren o la cancelación de un avión puedan alterar el equilibrio de fuerzas.

En este caso, dado que el grupo mixto cuenta con dos diputados que ya han comprometido su voto a la investidura de Feijóo, y uno (Néstor Rego, del BNG) que lo ha hecho en sentido contrario, y que tienen que repartirse su único asiento como grupo de forma proporcional, en dos de cada tres comisiones la mayoría de PSOE y Sumar será de un solo voto. Salvo que decidan cambiarlo tirando de su mayoría en el órgano de Gobierno de la Cámara Baja.

Foto: Sesión constitutiva de las Cortes Generales de la XV Legislatura. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Es la Mesa quien debe decidir cuántos diputados habrá por comisión, y tiene en su mano modificar estos criterios, pero este escenario evidencia la fragilidad de una mayoría que solo se da en el Congreso, ya que el PP cuenta con mayoría absoluta en el Senado. El bloque de Sánchez siempre tendría la opción de sustituir a un diputado o, en caso de empate en dos votaciones en comisión, podrían ponderar los escaños de los que cada bloque disponga en el pleno (artículo 88 del reglamento).

Y, aunque no está reglado, lo habitual es que las comisiones se constituyan a la vez, en bloque, y esto incluiría a las dos comisiones de investigación exigidas por los partidos independentistas a cambio de sus votos a Armengol. Hasta el momento, ni siquiera han oficializado su petición de crearlas. Las comisiones suponen los principales órganos de trabajo en las dos Cámaras del Parlamento, y por ellas debe pasar casi la totalidad de iniciativas.

Foto: Pedro Sánchez y Francina Armengol. (EFE/Chema Moya)

Así ocurriría con la reforma del reglamento para usar las lenguas cooficiales, la primera norma que recibirá el aval del pleno, si no fuera porque se tramitará por la vía directa y en lectura única. Ni siquiera tendrá que pasar por la Comisión de Reglamento, también por constituir. En el PSOE, celebran que aún no estén formalmente creadas, ya que hoy no serían productivas, y que todas las miradas estén puestas en las lenguas cooficiales y en la investidura. Los pluses que se embolsan los diputados que las integran tampoco se abonarán este mes, lo que supone que el Congreso no gastará cientos de miles de euros en pagarles por un trabajo que hoy, todavía, no pueden realizar.

En la pasada legislatura, cuando las Cortes se constituyeron al arranque de diciembre de 2019, los criterios para repartir las comisiones no se cerraron hasta finales de enero, y la conformación oficial llegó dos meses después de la reapertura de las Cámaras. Sin embargo, enero es un mes inhábil en el calendario de sesiones, y solo acoge sesiones extraordinarias, como ocurre con agosto. La idea de los dos grupos que aspiran a forzar esta mayoría, de hecho, era que la Cámara echase a andar cuanto antes, y en lo que toca a las comisiones, al menos, han decidido bajar el pistón.

Los partidos del Gobierno de coalición en funciones querían poner en marcha el Congreso de los Diputados antes de la investidura de Alberto Núñez Feijóo, y lo han hecho con su reforma del reglamento para poder utilizar las lenguas cooficiales. Sin embargo, fuentes parlamentarias aseguran que han levantado el pie del acelerador en lo que se refiere a la constitución de las 40 comisiones permanentes (entre legislativas, no legislativas y mixtas) que operan en la Cámara Baja. Por un lado, aseguran que lo hacen porque todos los focos están puestos en los trabajos para permitir que los diputados puedan usar el catalán, el euskera y el gallego en el pleno de investidura de Feijóo, en apenas dos semanas. Por otro, reconocen que, si no se modifican las reglas de juego, la fragilidad del bloque que quiere consolidar Pedro Sánchez será especialmente evidente en las comisiones, donde se la jugarán a un voto de diferencia.

Pedro Sánchez Alberto Núñez Feijóo Congreso de los Diputados
El redactor recomienda