El PSOE coloca a Iceta y Bolaños entre los favoritos para presidir el Congreso

Negociación en dos fases. Esta es la consigna que mantienen los emisarios de Pedro Sánchez, que desde el 23-J llevan tejiendo una red de negociaciones con nacionalistas e independentistas. Los elegidos han sido el ministro de Presidencia en funciones, Félix Bolaños, y el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. Lograr los 176 diputados que den una mayoría a Pedro Sánchez para su investidura es un camino difícil y por ello los socialistas por el momento se están centrando en lo inmediato: la constitución de la Mesa del Congreso el próximo día 17.

Aquí también se trabaja en paralelo. Hay que buscar un candidato a presidir la Cámara Baja después de que Meritxell Batet anunciase que no quiere repetir en el cargo y contentar con gestos a los futuros socios de Sumar, ERC, PNV, Bildu y Junts. Sánchez tendrá la última palabra sobre el elegido, pero en el partido ha surgido con fuerza el nombre de Miquel Iceta para convertirse en la tercera autoridad del Estado por detrás del Rey y del presidente del Gobierno. En el PSOE consideran al ministro de Cultura como el "líder natural" de esta "mayoría plurinacional".

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Iceta ya fue propuesto por Sánchez para presidir el Senado en 2019 y los independentistas catalanes vetaron su nombramiento. En estos momentos no tendría por qué reproducirse esa negativa por parte de ERC o Junts dado que fue el histórico del PSC quien primero enarboló la bandera de los indultos a los líderes del procés. Su carácter dialogante y el peso que ha supuesto en el buen resultado electoral Cataluña le otorgan galones para el cargo. Además de recibir el visto bueno de los futuros aliados, el candidato a presidir la Cámara baja tendrá que tener un perfil más o menos mediático en función de los puestos que acaben controlando los socialistas, entre dos y tres, según hagan el reparto. El bloque de izquierdas quiere cinco de los nueve puestos de la Mesa.

Quién también está en las quinielas y cuenta con cuórum de todos los grupos es el propio Bolaños, que desde la pasada legislatura ha hecho de enlace con los miembros del Frankenstein. En los últimos días, se ha dejado querer la expresidenta de Baleares, Francina Armengol. Su condición de mujer y su defensa de los nacionalismos sirven de credenciales, aunque fuentes socialistas aseguran que no está entre el "núcleo duro" de confianza de Sánchez. En una legislatura que se perfila como inestable, si finalmente el socialista logra los "síes" necesarios, necesita un "auténtico soldado", como lo era Batet.

De las cesiones a los nacionalistas e independentistas catalanes ha trascendido que ERC y Junts exigirán tener grupo propio pese a no cumplir con los requisitos que exige el reglamento de la Cámara que establece que se necesitan 15 diputados o en caso de no alcanzar esta cifra, un partido puede formar grupo con un mínimo de cinco diputados siempre y cuando posea un 15 por ciento de votos en la circunscripción donde se haya presentado o un 5 por ciento en el conjunto de todo el Estado. La última palabra la tiene la Mesa, de ahí que sea decisivo que el PSOE la controle para que los independentistas catalanes logren sus exigencias.

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ERC, PNV y Bildu no pugnarán por tener representantes en el máximo órgano del Congreso porque aseguran que no es su Parlamento. Los de Carles Puigdemont aún no han desvelado sus cartas y no descartan, según ha podido saber este medio, exigir un puesto a última hora para presionar. Esto complicaría el escenario, ya que ERC, que por ahora solo ha solicitado presidir dos comisiones, podría sentirse ninguneada al ver a Junts como un interlocutor más severo con Moncloa.

Es previsible que la futura Mesa tenga que decidir si tramita una ley de amnistía como contraprestación a los soberanistas. Fuentes socialistas han descartado hasta este momento esta opción, pero ya hay algunas voces que asumen que para que Puigdemont no bloquee se tendrá que colocar en el tablero. Aquí hay quienes incluso en el PSOE le ven encaje en la Constitución. En la pasada legislatura los letrados del Congreso rechazaron por "inconstitucional" la admisión a trámite por parte de la Mesa de la ley de amnistía que registraron los independentistas catalanes para beneficiar a todos los procesados y condenados por el referéndum del 1 de octubre.

Los letrados consideraron que la amnistía entraría en una "contradicción palmaria y evidente" con lo establecido en el artículo 62 de la Carta Magna, que impide autorizar indultos generales. Con el informe, el PSOE votó en contra de su tramitación junto al PP y Vox. En un futuro, los socialistas podrían tener que enmendarse así mismos para que Sánchez retenga la Moncloa.