El PP insiste en la 'vía PNV' para la Mesa del Congreso e ignora las exigencias de Vox

El PP está dispuesto a golpearse contra una pared hasta intentar que se rompa. En este caso, el muro es el PNV. Los de Andoni Ortuzar ya han rechazado hasta en dos ocasiones negociar con Alberto Núñez Feijóo para convertirle en presidente. Génova no cuenta con los cinco votos de los vascos para la investidura del candidato popular, pero insiste en la vía nacionalista para amarrar la presidencia del Congreso. "El PNV no ha dicho que no a negociar la Mesa", reiteran en las filas de los populares, que no se dan por vencidos y llamarán a la puerta de los peneuvistas en los próximos días para negociar el reparto de poder en la Cámara.

En el PP, insisten en separar la investidura de la negociación de la Mesa del Congreso y reiteran que la oferta de ceder al PNV uno de sus cuatro puestos en el órgano de gobierno parlamentario sigue en pie. El primer partido de la oposición entiende que se trata de una propuesta "muy razonable", ya que se trata de un puesto clave que podría decantar votaciones en la Cámara Baja, y no necesariamente en favor de los intereses del PP. Los de Feijóo confían en sus posibilidades, ya que Sánchez "tiene que repartir juego entre muchos partidos", y apuntan a que los jeltzales pueden quedarse sin nada por el "trato de favor" a Bildu. "Más les vale ser cabeza de ratón que cola de león", añaden otras fuentes populares. Pero las conversaciones de los socialistas y los nacionalistas también están abiertas.

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La secretaria general y jefa del grupo parlamentario popular, Cuca Gamarra, aseguró este miércoles en la sede nacional del partido que iniciaría conversaciones en los próximos días para afianzar y aumentar su mayoría de cara a la votación del 17 de agosto. En privado, dirigentes del PP apuntan a que los contactos con algunos grupos comenzaron hace días, aunque aún no han telefoneado al partido que Aitor Esteban pilota en el Congreso. Atraer al sí a los cinco diputados del PNV —la votación es secreta y en urna— permitiría a Feijóo sumar mayoría absoluta, romper la baraja de Sánchez y arrebatar a Junts la pieza que incline la balanza. Los populares aspiran al menos a que los de Ortuzar opten por la abstención. En ese caso, el PP podría retener aún la presidencia si los de Puigdemont optan también por abstenerse o por emitir votos nulos.

Esa presión a los peneuvistas, sin embargo, se le puede complicar a Feijóo por la entrada de Vox en la ecuación. Los de Santiago Abascal exigirán al PP mantener al menos su actual cuota de poder en la Mesa —hasta ahora, contaban con un representante, Ignacio Gil Lázaro, en la vicepresidencia cuarta de la institución—, pero los populares evitan darse por enterados del órdago de Vox y dan por asegurados sus votos sin contraprestaciones. Fuentes parlamentarias animan al partido ultraconservador a abandonar su "tozudez", y apuntan a que en una votación en que haya dos candidatos a la presidencia del Congreso —uno propuesto por el PP y otro con el amparo de "populistas" e "independentistas"—, Vox "tendrá que elegir el lado del que quiere estar".

Opinión

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El PP ha querido adelantarse a Sánchez e inició los contactos con distintas fuerzas ya en los días posteriores a las elecciones. Feijóo da por seguros 172 síes, tanto en la votación de la Mesa como en una eventual investidura, y en el partido creen que el candidato popular cuenta con ventaja frente a su homólogo socialista para recibir el encargo del Rey. De cara al próximo miércoles, en Génova dan por seguros los votos de Vox, UPN y Coalición Canaria, con cuya formación están atando los últimos flecos a cambio de su apoyo. En cualquier caso, lo que también prevén algunas voces populares es una votación in extremis, en la que "todo puede cambiar en el último momento".

La insistencia de los altos cargos populares con el PNV choca con el criterio de algunos sectores del partido que siempre han recelado del acercamiento que protagonizó Feijóo a los nacionalistas vascos desde que llegó a Génova. La vieja guardia de los populares no olvida la traición del PNV a Mariano Rajoy, e instan al actual presidente popular a andar con pies de plomo si quiere retomar el coqueteo con los de Ortuzar.

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Lo que tampoco ha decidido aún Feijóo son los nombres de los candidatos que propondrá para ocupar las presidencias del Congreso y del Senado. En el caso de la Cámara Alta, se especulaba con Pedro Rollán para el cargo —es vicesecretario en Génova y número uno en la lista de Madrid al Senado—, pero ha ganado enteros la idea de que el puesto lo ocupe una mujer. En el Congreso, se da por hecho que no repetirá Ana Pastor, y gana fuerza el nombre de Carmen Navarro, a la que Feijóo ya designó secretaria cuarta de la Mesa. En cualquier caso, las fuentes consultadas apuntan a que, como es habitual, los nombres que maneja el jefe de los populares "no los sabe ni el cuello de su camisa". Se prevé que los nombres propuestos se aprueben en una reunión del comité ejecutivo popular el próximo miércoles 16 de agosto, en la víspera de la constitución de las Cortes.