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Iglesias alienta su "grupo propio" dentro de Sumar para boicotear a Sánchez y Díaz
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Iglesias alienta su "grupo propio" dentro de Sumar para boicotear a Sánchez y Díaz

La aritmética parlamentaria hace que los cinco diputados de Podemos sean tan decisivos como los del PNV. Los morados pondrán precio a sus síes y exigirán al menos un ministro

Foto: Pablo Iglesias. (EFE/Cati Cladera)
Pablo Iglesias. (EFE/Cati Cladera)
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Aquel ya histórico “no dormiría por la noche” de Pedro Sánchez cuando se le preguntó por una coalición con Podemos está más vigente que nunca desde su literalidad. El desgobierno que han dibujado las urnas ha devuelto a Pablo Iglesias al centro del tablero político. Sus cinco diputados de hoy serán tan determinantes como lo fueron los 35 que llegó a tener dentro de Unidas Podemos en 2019, si se atiende a los mensajes que el exlíder morado ha lanzado pocas horas después del 23-J.

Iglesias ya ha advertido a Yolanda Díaz de que sus parlamentarios tendrán “autonomía”, tanto para negociar la investidura como en la aprobación de iniciativas para el Congreso. Nunca hubo tregua con la líder de Sumar, pero ahora se han vuelto a afilar los cuchillos. La exigencia de primarias abiertas si no se logra reeditar la coalición con el PSOE es solo un paso más en un plan perfectamente trazado desde Galapagar. Fuentes moradas confirman que Iglesias está “cómodo” en la situación actual y recuerdan que sus cinco parlamentarios tienen el mismo valor que los siete del partido de Carles Puigdemont o los cinco del PNV para “bloquear”.

Foto: El exlíder de Podemos Pablo Iglesias. (EFE/Kai Forsterling)

En el PSOE, asumen que Iglesias volverá a ser un elemento “distorsionador”. En principio, descartan que fuerce una repetición electoral, valiéndose de que la previsible investidura de Sánchez estaría cogida con alfileres. El no de 2019 por el reparto de ministerios, que acabó en la vuelta a las urnas, ha supuesto una caída continuada de los morados en las siguientes citas electorales hasta acabar diluidos en Sumar. Sí se da por descontado que podrá un precio muy alto a sus síes y que “enredará” con ERC y Bildu.

Sánchez conoce bien a Iglesias y nunca ha escondido que su salida del Gobierno le supuso un “alivio”. Su relación está rota y el presidente sabe que desde entonces el que fuera su mano derecha ha estado trabajando desde fuera para dinamitar la coalición. Si el último año eran tres partidos en el Gobierno, la intención de Iglesias es que ese modelo se repita tanto en el grupo parlamentario como en el Consejo de Ministros. Podemos aspira a tener un ministro, bajo la amenaza de romper la disciplina de voto en el Congreso.

Foto: Ernest Urtasun, Yolanda Díaz e Ione Belarra. (EFE/ Kiko Huesca)

Si la coalición ha sido un avispero en la pasada legislatura, prolongar la cohabitación Sánchez-Díaz-Iglesias se antoja un “desgobierno” que al equipo del presidente no se le escapa. Sánchez se dará tiempo para digerir las alianzas de un Gobierno que será de “equilibrio constante”, admiten fuentes socialistas, que saben que los 153 diputados de hoy son “tres izquierdas”. Si el PSOE logra tejer una mayoría de investidura, parirá el Ejecutivo más inestable de la democracia por la aritmética parlamentaria a la que se verá sometido. La matrioska de partidos que es Sumar dibuja un grupo con intereses encontrados en algunas materias, al margen de Podemos. Los independientes, incluida Yolanda Díaz, aportan 10; Podemos, los comunes e Izquierda Unida, cinco cada uno; Más País y Compromís, dos, y CHA y Més, uno cada uno.

“Estará expuesto al roce con cualquier diputado”, admiten fuentes socialistas, que aventuran que Iglesias dará “más dolores de cabeza” que Puigdemont. No perdona que Díaz dejase fuera de las listas a Irene Montero ni que Sánchez enmendase durante la campaña a la ministra de Igualdad y su ley del solo sí es sí. Con los resultados en caliente, fue Ione Belarra la que abrió fuego. “La estrategia de renunciar al feminismo e invisibilizar a Podemos no ha funcionado electoralmente”, declaró la secretaria general de los morados apenas 10 minutos después de que el portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, saliera en rueda de prensa a valorar los resultados. El exlíder ha aprovechado cada intervención de las últimas horas para recordar que Sumar no ha mejorado el peor dato de Unidas Podemos y ha bajado siete escaños, al pasar de 38 a 31. Ha añadido que mucha gente no ha entendido el “veto unilateral” y “tremendamente injusto” a Montero.

Montero también se ha autorreivindicado, al señalar que los españoles han respaldado a la coalición en las urnas con un “Gobierno de coalición. Mayoría Plurinacional. Feminismo”. En Podemos, no descartan que se someta a la militancia quién debería sentarse en el Consejo de Ministros representando a la cuota morada. Aquí se abre una ventana de oportunidad para la ministra de Igualdad.

Mientras, Díaz está dispuesta a marcar su territorio. En un claro mensaje a Iglesias, ha evidenciado que Sumar obtuvo tres millones de votos el 23-J mientras que Unidas Podemos se quedó en un millón de sufragios tras las autonómicas y municipales. En una entrevista en La Sexta, ha recalcado que Sumar ha venido para “quedarse” y “tendrá vida política propia”. La batalla de egos está servida.

Aquel ya histórico “no dormiría por la noche” de Pedro Sánchez cuando se le preguntó por una coalición con Podemos está más vigente que nunca desde su literalidad. El desgobierno que han dibujado las urnas ha devuelto a Pablo Iglesias al centro del tablero político. Sus cinco diputados de hoy serán tan determinantes como lo fueron los 35 que llegó a tener dentro de Unidas Podemos en 2019, si se atiende a los mensajes que el exlíder morado ha lanzado pocas horas después del 23-J.

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