El PP rehúye a Vox en ocho grandes capitales y opta por gobernar en solitario

Las negociaciones entre el PP y Vox en los territorios avanzan a dos velocidades distintas. Mientras en algunas plazas el ambiente es de sintonía total y han alumbrado coaliciones de gobierno sin mayor problema, en otras la máxima que se han marcado a fuego los populares es eludir de los pactos con la ultraderecha, aunque ello implique gobernar en minoría durante toda una legislatura o agitar el fantasma de repetición electoral. La estrategia es muy distinta en función de la circunscripción. Más allá de la Comunidad Valenciana, las dos fuerzas de la derecha han firmado acuerdos en capitales como Valladolid o Toledo, pero los de Alberto Núñez Feijóo rehúyen a sus potenciales socios en otras grandes ciudades, como Valencia, Sevilla, Zaragoza, Huesca o Castellón. En algunos casos, no aceptarán ni un acuerdo programático. O el partido de Santiago Abascal les apoya gratis este sábado, o forzarán gobiernos en minoría.

La mayoría de las coaliciones que se han firmado en el ámbito municipal cuentan con un denominador común: son plazas en las que el PSOE ganó las elecciones, y, por tanto, el entendimiento de la derecha es clave para arrebatar a los socialistas el bastón de mando. Hay excepciones ya consumadas, como es el caso de Arganda del Rey, donde fue el PP el que ganó las elecciones, aunque hará hueco a Vox para gobernar juntos. Pero no será la fórmula que predomine en aquellas capitales donde la lista más votada fue la de los populares. Los alcaldables podrán ser investidos sin mayoría absoluta este 17 de junio si no hay una suma alternativa que respalde a otro candidato.

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Como publicó El Confidencial, la veda la abrió María José Catalá, que mantendrá a raya a sus potenciales socios para compensar el trato que su compañero Carlos Mazón ha firmado a nivel autonómico, y que se ha saldado con una vicepresidencia y dos carteras de gobierno para los de Abascal. El PP ganó las elecciones en Valencia el pasado 28 de mayo, pero se quedó a cuatro escaños de la mayoría absoluta, los mismos que Vox logró arañar. Aun así, Catalá está convencida de que ser la lista más votada es "suficiente" para alcanzar la alcaldía, e irá a la investidura del sábado sin un pacto con la ultraderecha.

Es la misma fórmula que pretenden ensayar también Luis Barcala en Alicante y Begoña Carrasco en Castellón. El caso del candidato alicantino es el más claro, puesto que solo quedó a un concejal de la mayoría absoluta, mientras Carrasco necesita tres ediles para superar esta barrera. La dirigente popular ya pidió públicamente la abstención de Vox este sábado, y los de Abascal estudian votar a favor de su investidura para intentar forzar un acuerdo a posteriori con el PP. En principio, ninguna de las tres provincias valencianas se ha contagiado del gran pacto de coalición en la Generalitat.

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En Sevilla, tal es la convicción del PP de gobernar en solitario, que José Luis Sanz tiene ya decididas las delegaciones y concejalías de su futuro Ejecutivo, en el que no ha incluido a Vox. El PSOE no logró conservar el bastión de la capital andaluza, y perdió todas las capitales, salvo Jaén. Sanz se impuso en Sevilla con 14 concejales, a dos de la absoluta, mientras que la candidatura de la formación ultraconservadora, liderada por Cristina Peláez, se hizo con tres ediles. Las dos fuerzas de la derecha han mantenido contactos en los últimos días, aunque sin éxito. Y es la misma fórmula que se aplicará casi con toda seguridad en Huelva, donde los populares se impusieron también como la lista más votada. En Andalucía, han cerrado un acuerdo de gobierno en Níjar (Almería) y avanzan en Linares (Jaén).

En Zaragoza y Huesca, tampoco hay dudas para el PP de que Vox no tendrá influencia alguna en decisiones ejecutivas. Tanto Natalia Chueca como Lorena Orduna se quedaron a un solo edil de la mayoría absoluta el 28-M, por lo que la capacidad de maniobra de los de Abascal es muy limitada. A nivel autonómico, el popular Jorge Azcón mantiene también una distancia prudencial y podría contar con el comodín de Teruel Existe para, al menos, limitar la capacidad de influencia de los ultras en su futuro Ejecutivo autonómico.

El acuerdo apunta al naufragio también en Cáceres. Las conversaciones saltaron por los aires este jueves por la negativa del candidato del PP, Rafael Mateos, que apuesta también por un Gobierno en minoría antes de compartir Ejecutivo con el partido situado a su derecha y acudirá a la sesión constitutiva de este sábado sin acuerdo. Los populares cuentan con 11 ediles electos en la capital cacereña, y necesitarían dos más —justo los que tiene Vox— para la absoluta.

En las próximas horas, podría aumentar el número de capitales de provincia para ensayar gobiernos en minoría para no depender de su socio natural. Es el caso de Ciudad Real y Albacete, donde los dos partidos siguen negociando de cara a la sesión del sábado. En los dos casos, el PP ganó las elecciones. Y en los dos casos, solo necesita dos votos de Vox. Este miércoles, la dirección regional de los populares rechazó la oferta de Emiliano García-Page para repartirse el poder en seis de los grandes ayuntamientos en liza —incluyendo Albacete y Ciudad Real— y levantar así un cordón a Vox, por lo que podría haber pacto en la derecha en las próximas horas. En Castilla-La Mancha, los dos partidos han cerrado ya acuerdos de coalición para evitar que gobierne el PSOE: Toledo y Guadalajara.

Las cartas tampoco están aún encima de la mesa en Palma de Mallorca, donde el popular Jaime Martínez se quedó a cuatro ediles de la mayoría absoluta. El acuerdo sigue siendo una incógnita, a pesar de que ya se han cerrado pactos en ayuntamientos como Calvià o Alcúdia, aunque en este municipio también fue el PP la lista más votada y podría haber forzado un Gobierno en solitario. En Baleares, Marga Prohens sigue tensando la cuerda con los de Abascal e insiste en que gobernará en solitario.