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Podemos desafía a Yolanda Díaz y no entierra el hacha de guerra: "No nos ha roto"
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La izquierda se parte en tres

Podemos desafía a Yolanda Díaz y no entierra el hacha de guerra: "No nos ha roto"

Los aliados de Sumar celebran el lanzamiento de Díaz como candidata y su emancipación de los morados. Podemos estalla tras sus halagos a Más Madrid y Compromís, con los que compiten en las elecciones, y la acusan de hacer campaña en su contra

Foto: Yolanda Díaz, en el lanzamiento de su candidatura. (EFE/Víctor Lerena)
Yolanda Díaz, en el lanzamiento de su candidatura. (EFE/Víctor Lerena)

La unión de la izquierda más allá del PSOE sin el principal partido de la izquierda. Podemos estalla ante la emancipación política y electoral de Yolanda Díaz, que este domingo rompió sus ataduras con los morados, y empezó a esbozar algunas líneas de su proyecto. Más que el cómo, replican, Díaz esbozó el con quién: esto es, con una docena de partidos, algunos de ellos competidores directos de Podemos este 28-M. Y con los morados fuera de foco. La división en el grupo parlamentario, pero también en la coalición que ya gobierna con el PSOE, se hacía evidente.

Además de consolidar la ruptura de la izquierda en tres bloques, la vicepresidenta segunda agradeció con halagos la presencia de Ada Colau (los comunes), Alberto Garzón (IU), Mónica García y Rita Maestre (Más Madrid) o Joan Ribó (Compromís). IU concurre con Podemos en la mayor parte de municipios y autonomías, pero los dos últimos son competidores directos de Podemos, además de rivales marcados por la animadversión mutua. Díaz introdujo llamadas a la unidad en su discurso, pero también dejó claro que vuela libre: "No soy de nadie".

Foto: Yolanda Díaz, en la presentación de Sumar. (EFE/Víctor Lerena)


Las palabras de la flamante candidata, aplaudidas por sus aliados, irritaron al partido morado. Evitaron el choque directo, anticipan que no van a "hacer sangre", pero dejaron en manos de Juan Carlos Monedero, cofundador y director de su think tank, la crítica sobre lo que interpretan como el pistoletazo de salida de la campaña. "Es ministra de Unidas Podemos y hoy ha hecho campaña por partidos que compiten contra Unidas Podemos. Eso es ruido. Estruendoso", censuró. Nadie hizo alusión directa a los morados en el acto diseñado para ilusionar a la izquierda, pero varios aliados de Díaz reconocieron que los mensajes constituían un torpedo dirigido a su línea de flotación. Podemos había quedado retratado, según su diagnóstico.

Fuentes de los morados trataban de invertir este esquema, y negaban la mayor. Ni la rebelión a la interna fue a más, como anticipaban desde el entorno de Díaz, ni la líder de Sumar ha "roto" su organización. "Pensaban que se iba a romper la organización", "ha ido gente que ya estaba fuera", abundan desde Podemos. Al menos seis ex secretarios generales territoriales estuvieron presentes, pero Podemos leyó que eran los que "ya estaban fuera". Ni estuvo el líder de Podemos en Galicia, Borja San Ramón, que sí se reunió con los aliados de Díaz a posteriori, ni la rebelión interna desbordó lo esperado. Según su lectura, habían salvado los muebles.

Foto: Belarra y Montero, en el Congreso. (EFE/Mariscal)

Las dos partes se mostraban cohesionadas a la interna; en el caso de Podemos, la dirección está compuesta por afines a la cúpula, y en el caso de Díaz, por férreos aliados de la vicepresidenta. Y, aunque nadie mencionase a Podemos en todo el acto, los aliados de Sumar afirmaban que habrían desplegado una suerte de alfombra roja si la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, o cualquier otra dirigente de primer nivel hubieran decidido dar un volantazo y personarse en el acto. No ocurrió, y lo interpretaron como un fallo de cálculo de Podemos. Los morados, por su parte, afirmaron que Sumar no había generado el tsunami que esperaba —reunió a más de 3.000 personas en el polideportivo, casi 2.800 en el patio del recinto—.

Díaz vendió la reconciliación de la izquierda —la foto de Errejón y Garzón fue especialmente comentada en Podemos—, mientras los morados criticaban los llamamientos de IU en las últimas jornadas, en particular del líder del PCE, Enrique Santiago, a "romper" su organización. Los dos bandos presumían de logros, con Podemos destacando la "presencia internacional" cuando Belarra fue elegida secretaria general, y los aliados de Sumar vendiendo la construcción de un nuevo liderazgo en la izquierda.

Foto: Yolanda Díaz presenta el proyecto Sumar en Las Palmas de Gran Canaria. (EFE/Ángel Medina G.)

En Podemos, aseguraban que no toca hacer "ruido ni sangre", pese a acusar a Díaz de haber pactado con "figuras construidas mediáticamente", o pese a señalar al PSOE y a Pedro Sánchez como responsables de insuflar oxígeno a la vicepresidenta, a costa de restárselo a los morados. De fondo, afirmaban, latía la lectura de que la impulsora de Sumar ha construido la "unidad" sobre "la desaparición de Podemos". "Si Podemos no está muerto, saldrá otro Errejón", abundaban, recordando que el líder de Más País consiguió dos escaños en las últimas elecciones generales.

El rumbo marcado por Díaz, acentuaban, abocaba a la izquierda a acabar en "callejones sin salida". Oficialmente, las dos partes abogan aún por entenderse, y formalmente creen que hay tiempo antes del 28-M y de las generales. Fuera de cámara, los aliados de la vicepresidenta leen la actuación de Podemos en las últimas semanas como un intento por desvirtuarla, y por eso defendían el discurso de Díaz, especialmente en lo que tocaba a su rechazo a ser tutelada, su "no soy de nadie". Siempre fuera de foco, los morados venían a afirmar que Díaz está "juntando pedazos", que este domingo "no empezaba nada", porque el cambio político empezó "en 2014 o durante el 15-M". Y que el alineamiento con el PSOE solo conducirá a la izquierda a posiciones de irrelevancia.

Foto: Alberto Garzón, Yolanda Díaz y Ada Colau. (EFE/Toni Albir)

Las dos partes saben que cualquier salto, a estas alturas, lo ejecutarán sin red. Ambas reconocen la previsible debacle electoral si concurren por separado a las generales. Y las dos insisten en que el pacto, pese a lo vivido, es posible. En Sumar, hay quienes afirman hoy que no quieren contar con los morados, porque entienden que no suman; en Podemos, hay quienes reconocen que, para este viaje, no hacían falta tantas alforjas. Que airearan detalles sobre las negociaciones con Díaz, en las últimas jornadas, no fue casual. Y, en paralelo, hay quienes afirman que Díaz ha abierto un camino nunca antes explorado por la izquierda a la izquierda del partido socialista. Otra cosa es cómo sitúe la izquierda a las puertas de la campaña electoral.

La unión de la izquierda más allá del PSOE sin el principal partido de la izquierda. Podemos estalla ante la emancipación política y electoral de Yolanda Díaz, que este domingo rompió sus ataduras con los morados, y empezó a esbozar algunas líneas de su proyecto. Más que el cómo, replican, Díaz esbozó el con quién: esto es, con una docena de partidos, algunos de ellos competidores directos de Podemos este 28-M. Y con los morados fuera de foco. La división en el grupo parlamentario, pero también en la coalición que ya gobierna con el PSOE, se hacía evidente.

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