Es noticia
Díaz lanza su candidatura a la Moncloa sin Podemos y rechaza las "tutelas": "Yo no soy de nadie"
  1. España
Coronación de la líder de Sumar

Díaz lanza su candidatura a la Moncloa sin Podemos y rechaza las "tutelas": "Yo no soy de nadie"

Mónica García y Rita Maestre reprochan la ausencia de los morados. Díaz deja la puerta abierta a nuevas adhesiones, y bendice a los líderes de Más Madrid y Compromís, competidores de los morados en las elecciones del 28-M

Foto: Yolanda Díaz, en la presentación de Sumar. (EFE/Víctor Lerena)
Yolanda Díaz, en la presentación de Sumar. (EFE/Víctor Lerena)

Yolanda Díaz ha dado el pistoletazo de salida este domingo a su carrera a La Moncloa, dos años después de que Pablo Iglesias la designara como su sucesora. Lo ha hecho sacudiéndose las "tutelas", reivindicándose libre: "Las mujeres no somos de nadie, y yo, mujer, tampoco soy de nadie". "Estamos cansadas de ser tuteladas, ninguneadas", advertía. El elefante en la habitación, la ausencia de la cúpula de Podemos, enturbiaba la imagen de la reconciliación parcial de la izquierda en torno a la vicepresidenta segunda del Gobierno, que, sin embargo, ha estado arropada por una docena de partidos políticos.

Díaz evitó nombrar a los morados, pero les dejó varios recados: "No estamos aquí para enfrentarnos a otros", "para ocupar un espacio electoral", sino para "cambiar el país". Para hacer, dijo, política "con mayúsculas", "dialogar", "acordar", "unir voluntades, esperanzas y sueños". Este era el reto de la vicepresidenta segunda en su mitin ante 3.000 personas en el polideportivo Magariños de Madrid: vender épica, ilusión y unidad en la izquierda -sin el principal partido de la izquierda-, mientras reivindicaba que ha dado este paso porque cree que puede ser "útil". Tras 8 meses recorriendo territorios con su proceso de escucha, Díaz lo describía como "una gran reflexión colectiva" para "pulsar el país"."El futuro se llama Sumar, sois vosotros y vosotras", "vamos a estar a la altura", prometía.

Foto: Belarra y Montero, en el Congreso. (EFE/Mariscal)

Por un lado, se esforzaba por dejar la puerta abierta a nuevas incorporaciones a su plataforma, por llamar a ensanchar este espacio. Por otra, trufaba su discurso de enmiendas a los morados, incluso al hablar de los logros del Gobierno. Los morados son firmes aliados de ERC y EH Bildu, con quienes Díaz y los aliados de Sumar marcan distancias, y hoy la vicepresidenta les afeó su intento de hacer "descarrilar" la reforma laboral por "puro politiqueo". "Nos decían que la política era solo organización, ruido, que exigía ser "muy dura", "ruda", porque "España estaba dividida y teníamos que dividir más". "Desde Sumar hemos ido a contracorriente", porque "la política con mayúsculas es dialogar, dialogar y dialogar", abundó. Su promesa de "mirar a los ojos a los poderosos", además, rebatía a las voces moradas que tildan de "descafeinado" su proyecto.

Las líneas generales del programa ya eran conocidas, y Díaz se guardaba mucho de desvelar medidas concretas. Más allá de su reivindicación de la "corriente de energía a favor de nuestro país", de la "esperanza colectiva" como vehículo para las grandes transformaciones, la vicepresidenta defendía su apuesta por impulsar "la España de las mujeres" que es "imparable". Los detalles estaban bien cuidados: irrumpía en el polideportivo escoltada por Ada Colau (Los Comunes), Mónica García (Más Madrid) y otras dirigentes políticas, todas ellas mujeres, cruzando entre el público mientras tronaba música épica. Colau y García se unían a Rita Maestre, Íñigo Errejón (Más País), Alberto Garzón (IU) o Enrique Santiago (PCE), en las primeras filas del acto. La noticia no era el paso adelante de Díaz, más que esperado desde desde hace meses, sino la escenificación de esa reconciliación, del cierre de filas de las izquierdas durante la coronación de su nueva líder.

Foto: Díaz, a su entrada en el polideportivo Magariños. (EFE/Víctor Lerena)

La exdiputada del PSOE en la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, que abandonó el partido por sus diferencias a cuenta de la ley trans, fue la única política en tomar la palabra junto a ella sobre el escenario. Antonelli, telonera de Díaz junto a la escritora Gioconda Belli, una comerciante o una sindicalista, reivindicó los logros del colectivo LGTBI, sin mencionar a la ministra de Igualdad, Irene Montero, principal impulsora de la ley trans o la nueva ley del aborto. Podemos estaba representado por dirigentes territoriales y sus líderes en Navarra o Galicia; también había media docena de exsecretarios generales en los territorios, diputados autonómicos críticos, como el asturiano Daniel Ripa, pero no hubo adhesiones significativas a última hora. Montero, Ione Belarra y los primeros espadas morados, se quedaron fuera de la foto.

Díaz bendice a sus aliados de Compromís y Más Madrid a dos meses del 28-M

La docena de partidos alineados con Sumar se centraban en expresar su apoyo a Díaz. Rita Maestre, candidata de Más Madrid a la capital, era la más contundente con los morados: "Es un día de aportar y Sumar, no de condiciones ni nada malas caras", afirmó a su entrada. El sábado, tras la reunión del Consejo Ciudadano Estatal, máximo órgano de dirección de Podemos, copada en su mayoría por afines a las tesis de Belarra, se cohesionó ayer en torno a su portazo a Díaz. No estaban dispuestos a acudir "gratis", y advertían de que la impulsora de Sumar "ha hecho promesas por encima de sus posibilidades" a las formaciones que la han respaldado el domingo.

Díaz no escatimó en elogios a sus valedores, que en algunos casos compiten con Podemos en las elecciones autonómicas y municipales -salvo IU, que concurre junto a Podemos en la mayoría de las plazas-. "Eres un orgullo", dedicó a Ada Colau; "Gracias por enseñarnos a Sumar", premió a Maestre. "Gracias por convertir Valencia en una ciudad sostenible", bendijo a Joan Ribó, alcalde de la capital valenciana. A García le agradeció su trabajo por mostrar "lo que es la dignidad de la salud pública", y a Enrique Santiago, líder del PCE, le reconoció su "altura de miras".

Una de sus benciones, la dedicada a Alberto Garzón, contenía también otra carga de profundidad. "Gracias, Alberto, por tu labor en el Gobierno, pero sobre todo por tu enorme generosidad. Gracias por saber estar donde hay que estar". Garzón, los Comunes, Más Madrid, Más País o Compromís sí sabían "dónde hay que estar". Podemos no estaba.

Yolanda Díaz ha dado el pistoletazo de salida este domingo a su carrera a La Moncloa, dos años después de que Pablo Iglesias la designara como su sucesora. Lo ha hecho sacudiéndose las "tutelas", reivindicándose libre: "Las mujeres no somos de nadie, y yo, mujer, tampoco soy de nadie". "Estamos cansadas de ser tuteladas, ninguneadas", advertía. El elefante en la habitación, la ausencia de la cúpula de Podemos, enturbiaba la imagen de la reconciliación parcial de la izquierda en torno a la vicepresidenta segunda del Gobierno, que, sin embargo, ha estado arropada por una docena de partidos políticos.

Yolanda Díaz Unidas Podemos Ada Colau