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El Congreso permitió a Tito Berni comprar y llevarse su 'tablet' a pesar de las sospechas de corrupción
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Escándalo del caso Mediador

El Congreso permitió a Tito Berni comprar y llevarse su 'tablet' a pesar de las sospechas de corrupción

En la Cámara Baja, explican que se actuó como con cualquier otro diputado. El exparlamentario adquirió su móvil y su iPad tras ser forzado a dimitir por el PSOE. El teléfono lo tiene la jueza, pero nadie aclara el paradero de la 'tablet'

Foto: Juan Bernardo Fuentes Curbelo (i), con una de sus visitas en el Congreso de los Diputados.
Juan Bernardo Fuentes Curbelo (i), con una de sus visitas en el Congreso de los Diputados.

Juan Bernardo Fuentes Curbelo fue forzado a entregar su acta de diputado el 14 de febrero, cuando la sombra de la corrupción se cernía sobre él. El grupo parlamentario socialista clausuró su despacho en el Congreso de los Diputados para facilitar la previsible investigación, aunque ni la Cámara Baja ni el PSOE evitaron entonces que comprara y se llevara sus dispositivos electrónicos. La jueza instructora requirió este material este mismo lunes, pero lo cierto es que, salvo el ordenador de sobremesa, ninguno de los terminales obra ya en poder de la institución. Tito Berni fue obligado a dimitir por los indicios que una semana después desembocarían en su detención y su posterior puesta en libertad con cargos, pero tuvo en sus manos durante días el iPhone que después entregó a la magistrada. Hoy nadie sabe aclarar dónde está el iPad que ya es de su propiedad.

Fuentes de la Cámara Baja manifiestan su incredulidad ante esta situación, ya que entienden que estos días podría haber eliminado cualquier información que pudiera incriminarlo. "En un caso así, no estás comprando el dispositivo, estás comprando las pruebas", abundan. No obstante, según explican fuentes parlamentarias a este diario, tampoco habrían podido disuadirlo de llevarse los dispositivos, al ser una opción al alcance de cualquiera de los parlamentarios. El exdiputado socialista decidió quedarse con la tablet y el teléfono que sus señorías tienen a su disposición. Su abogado ha declinado atender las llamadas de este medio. El martes, en la rueda de prensa posterior a la Junta de Portavoces, el portavoz socialista, Patxi López, afirmó que su grupo no sabía hasta ahora que Fuentes Curbelo se había quedado con sus dispositivos electrónicos, y afirmó que estudiarán si es conveniente modificar la norma que le permitió hacerlo: "Le daremos una vuelta", afirmó.

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El esquema por el que los diputados pueden quedarse con los dispositivos es un acuerdo entre la Mesa y la Secretaría General del Congreso. Fuentes parlamentarias explican que, al acceder a su acta, los diputados reciben un teléfono y una tablet cada uno, y es en ese momento cuando se les entrega también una tabla de amortización, de la que luego se extrae el importe a cobrar por cada uno de los terminales a los diputados, en función de los años de servicio de estos dispositivos.

Fuentes oficiales del Congreso de los Diputados confirman que el exdiputado, conocido por la trama como Tito Berni, decidió quedarse con ambos terminales. "La Cámara no puede retener nada, si no hay nada que obligue a la Cámara a retener algo", detallan. En el momento en que adquirió estos dispositivos, aún faltaba una semana para que fuera detenido. "Es una actuación normal que se hace como con cualquier otro diputado", añaden. Le obligaron a entregar el acta por las sospechas de corrupción que se cernían sobre él, pero hasta varios días después estos hechos apenas eran conocidos por un núcleo reducido dentro de la dirección del grupo socialista.

Foto: Juan Bernardo Fuentes Curbelo (i) en el Congreso de los Diputados.

Desde el PSOE, se quitan la responsabilidad de esta decisión del exparlamentario. "El grupo, desde el momento en que firma su renuncia, no se ocupa de las relaciones del diputado con la Cámara. Es él quien, a título personal, habla con los departamentos del Congreso y entrega o compra los dispositivos", zanjan. Minutos u horas después de verse forzado a dimitir por la sombra de la corrupción, Fuentes Curbelo pudo hacerse con estos terminales, de nuevo, sin que saltara ninguna alarma. No sonó ninguna, apuntan fuentes del Palacio de las Cortes, porque las herramientas de fiscalización del Congreso sobre los diputados son muy escasas.

Fuentes del grupo socialista sugirieron el viernes a El Confidencial que la tablet de Fuentes Curbelo podría estar en uno de sus cajones, en el despacho que utilizó durante más de tres años, y que lleva 20 días cerrado a cal y canto, a la espera de que lo que contiene pueda ser incorporado a la causa. En el auto de la magistrada del pasado viernes al que ha tenido acceso íntegro este diario, se indica que "se solicitó a la Comisaría Especial de la Policía Nacional del Congreso de los Diputados información sobre los efectos que pudieran existir en el despacho que hubiere tenido asignado el investigado". La respuesta fue que "en el mencionado despacho se encuentra diversa documentación y efectos personales, así como un ordenador de sobremesa propiedad del Congreso, todo ello para uso del exdiputado".

La magistrada insiste en tener acceso a esa documentación, que considera de utilidad para conocer la operativa de la trama y si tenía más colaboradores. A última hora de este lunes, la presidenta Batet remitió un oficio, dirigido a la comisaría y a la Secretaría General del Congreso, acordando que se dé cumplimiento a la mayor brevedad posible a lo solicitado por el órgano judicial, y comunicó asimismo a la magistrada el acuerdo adoptado. En el auto en el que decretó su permanencia en libertad provisional, al no pedir prisión la Fiscalía, la magistrada ya advirtió del riesgo de que destruyera pruebas. De ese aviso, han pasado ya dos semanas.

Juan Bernardo Fuentes Curbelo fue forzado a entregar su acta de diputado el 14 de febrero, cuando la sombra de la corrupción se cernía sobre él. El grupo parlamentario socialista clausuró su despacho en el Congreso de los Diputados para facilitar la previsible investigación, aunque ni la Cámara Baja ni el PSOE evitaron entonces que comprara y se llevara sus dispositivos electrónicos. La jueza instructora requirió este material este mismo lunes, pero lo cierto es que, salvo el ordenador de sobremesa, ninguno de los terminales obra ya en poder de la institución. Tito Berni fue obligado a dimitir por los indicios que una semana después desembocarían en su detención y su posterior puesta en libertad con cargos, pero tuvo en sus manos durante días el iPhone que después entregó a la magistrada. Hoy nadie sabe aclarar dónde está el iPad que ya es de su propiedad.

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