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Vox fía su suerte al giro europeo y cree que tendrá "entre un 15% y un 25% de voto"
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LA GUERRA EN LA DERECHA

Vox fía su suerte al giro europeo y cree que tendrá "entre un 15% y un 25% de voto"

Más allá de la moción de censura, hay cambios en el orden internacional que benefician a Vox. El vínculo de EEUU con Polonia y el giro de Europa hacia el este pueden ser decisivos para la suerte de los de Abascal

Foto: Abascal registra la moción de censura. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
Abascal registra la moción de censura. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
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La política, hoy más que nunca, se mueve entre la inmediatez y las corrientes de fondo, entre los resultados a corto plazo y las tendencias de futuro, entre lo nacional y lo internacional. Vox es un buen ejemplo de esa doble dirección. Los próximos meses pueden ser complicados para la formación de Santiago Abascal, dado que tendrá que concurrir a unas elecciones municipales y autonómicas que le son poco favorables, dada su escasa presencia territorial. Sin embargo, el medio plazo le puede ser muy propicio. Así lo ven desde la dirección del partido: “El año que viene, y el siguiente, en España y en Europa, nuestro discurso va a estar muy presente. El respaldo electoral oscilará entre el 15% y el 25%, y en algunos países bastante más. Esto es lo que no ha entendido el PP de nosotros, ni tampoco la mayoría de la política española”.

En lo inmediato, los pronósticos para los de Abascal no son buenos. La mayor parte de los expertos consideran la moción de censura una mala idea, al igual que el candidato elegido. Sin embargo, la iniciativa está por celebrarse y los efectos reales solo podrán constatarse entonces. Máxime cuando contiene mucho de trampa: casi todos los partidos tienen poco que ganar y mucho que perder. Lo importante es no cometer errores y es fácil que alguna formación acabe tropezando.

La partida de ajedrez

Hay que subrayar que la moción forma parte del combate en la derecha por recoger el voto antisanchista. La idea de fondo es que el presidente está desgastado y tanto Vox como PP quieren canalizar la animadversión latente. En esa pelea, los próximos acontecimientos parecen beneficiar a los populares. Las elecciones municipales y autonómicas deben suponer un espaldarazo a sus aspiraciones, ya que cuentan con una implantación territorial bastante más sólida que los de Abascal y con mucho más poder local. Lo previsible es que Feijóo saliera de las urnas de mayo reforzado frente a Vox y quizá frente a Sánchez.

Vox ha tratado de zafarse del marco que le había fijado el Partido Popular e intenta tomar la iniciativa con la moción de censura

Si eso ocurre, los de Abascal quedarían arrinconados: no serían más que el partido pequeño que puede complementar al grande. Feijóo ha planteado las próximas elecciones como la suma de 8.000 plebiscitos contra el presidente, un planteamiento con el que pretende hacer visible que es la única alternativa a Sánchez, y que además no tiene por qué ser necesario el respaldo de Vox en su investidura. La formación ha tratado de zafarse de ese marco y de tomar la iniciativa con la moción: se trata de ganar espacio, de hacerse visible y ser oído en un entorno adverso. Sabremos dentro de un tiempo quién gana más con esta partida de ajedrez.

Foto: El líder de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Juan Carlos Hidalgo) Opinión
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Sin embargo, lo inmediato no es siempre lo decisivo. Si bien este año electoral se presenta arduo para los de Abascal, la confianza en el futuro no les falta: los vientos exteriores le son mucho más favorables. La época concede un apoyo sólido a sus ideas, y desde lugares inesperados. Los cambios en Europa son uno de ellos.

Las contradicciones occidentales

Es un hecho que Europa está girando hacia el este. El peso internacional de Polonia ha quedado ratificado por el presidente de los EEUU, que visitó Kiev y Varsovia e ignoró a Bruselas y Berlín. El foco estadounidense está puesto en Rusia y el Gobierno polaco es un aliado muy fiel en ese ámbito, más que Francia y que Alemania, de la que Washington no termina de fiarse.

En la UE se está viviendo el giro estadounidense de una forma más traumática de lo que parece. El creciente peso del este dirige, como afirmaba Enric Juliana, hacia la división entre “el Imperio romano de Oriente con capital en Varsovia y el Imperio romano de Occidente con capital en Bruselas”. Ese contexto se verá reforzado por la relevancia de los Balcanes, con el proceso de integración de Serbia, Montenegro, Albania y Macedonia del Norte. Es un cambio sustancial, y en el que no parece que haya vuelta atrás.

Polonia tiene un Gobierno cuyas ideas están ligadas con las de los republicanos estadounidenses y son muy parecidas a las de Vox

Esta nueva configuración europea es parte también de la ruptura del eje franco-alemán, que ha sido el núcleo de la UE. Las agendas de Berlín y París parecen alejarse, y no solo por su diferente apuesta energética, nuclear o renovables, sino por las crecientes diferencias económicas. Una vez más, el este aparece en el horizonte. Los vínculos de Berlín con los países de Visegrado, donde ha localizado buena parte de su industria, han generado complicaciones en la UE, dados los desafíos que países como Polonia o Hungría han protagonizado respecto del orden institucional y judicial europeo. Son pulsos que se pasaron por alto, la gran mayoría de las ocasiones, por los lazos productivos. Tras la guerra de Ucrania, ni siquiera se habla de ellos.

Foto: Reunión de los líderes del Grupo de Visegrado en noviembre de 2021, cuando Babis todavía era primer ministro checo. (EFE/Vivien Cher Benko)

El resultado de ambos movimientos producen varias paradojas. La primera de ellas es la protagonizada por Biden, que se ha aliado con países cuyos líderes están muy cerca de la ideología que combate dentro de EEUU. Polonia tiene un Gobierno cuyas ideas están directamente ligadas con las de los republicanos estadounidenses, que son muy parecidas a las de Vox, con las de Meloni, con la derecha de Israel y con la de los Estados presentes en el ECR europeo (grupo de conservadores y reformistas europeos). La contemporización alemana con el este es todavía mayor ahora, cuando la guerra de Ucrania ha abierto más aún las puertas a estas opciones políticas en Europa.

Así lo perciben en Vox: “Ahora que el eje París-Berlín está rompiéndose, que Europa está girando hacia el este y que Visegrado es plural, y caben en él tanto Polonia como Hungría, el panorama es muy diferente para nosotros”.

Abascal y los primeros ministros

En definitiva, Vox forma parte de una tendencia internacional que demuestra que el triunfo de Trump no fue un accidente. No se trata de opciones producto de un momento de furia, y que, por tanto, se desvanecen rápido, sino que conforman un movimiento de fondo en las ideologías occidentales.

Foto: Abascal, durante su discurso en el Viva22. (EFE/Víctor Lerena)

La consolidación internacional de países con esa visión del mundo genera mucha confianza a Vox: “Santiago Abascal es el único líder español que tiene contacto directo y habitual con cuatro primeros ministros. Y todo esto con Biden en EEUU. Si en las próximas elecciones hay un republicano en la Casa Blanca…”.

Ese acompasamiento de los acontecimientos internacionales y de los internos está, sin embargo, por alcanzarse. Una cosa es que los tiempos sean favorables, y otro que ese impulso exterior se consolide en España, o que lo haga de la mano de Vox y de sus actuales dirigentes. Pero de lo que están seguros en el partido de Abascal es de que, más allá de elementos tácticos, como la moción de censura, sus ideas van a estar ahí en el futuro próximo. Por eso, su objetivo primero es su consolidación, y la presencia en el Gobierno de España podría ayudar mucho. Y a partir de ahí...

La política, hoy más que nunca, se mueve entre la inmediatez y las corrientes de fondo, entre los resultados a corto plazo y las tendencias de futuro, entre lo nacional y lo internacional. Vox es un buen ejemplo de esa doble dirección. Los próximos meses pueden ser complicados para la formación de Santiago Abascal, dado que tendrá que concurrir a unas elecciones municipales y autonómicas que le son poco favorables, dada su escasa presencia territorial. Sin embargo, el medio plazo le puede ser muy propicio. Así lo ven desde la dirección del partido: “El año que viene, y el siguiente, en España y en Europa, nuestro discurso va a estar muy presente. El respaldo electoral oscilará entre el 15% y el 25%, y en algunos países bastante más. Esto es lo que no ha entendido el PP de nosotros, ni tampoco la mayoría de la política española”.

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