Es noticia
El PSOE apuesta por despachar la moción de Vox en marzo e ignorar a Tamames
  1. España
SÁNCHEZ EVITARÁ EL CARA A CARA CON TAMAMES

El PSOE apuesta por despachar la moción de Vox en marzo e ignorar a Tamames

Los socialistas descartan retrasar de forma artificial la celebración de la moción para acercarla a la precampaña. La encuadran, a falta de ajustar fechas con la agenda internacional de Sánchez, en la segunda quincena del mes

Foto: El presidente de Vox, Santiago Abascal (c), durante el registro este lunes de la moción de censura contra Pedro Sánchez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El presidente de Vox, Santiago Abascal (c), durante el registro este lunes de la moción de censura contra Pedro Sánchez. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

El PSOE no quiere llevar la moción de censura de Vox más allá de marzo. En la reunión de la ejecutiva celebrada este lunes en Ferraz no se concretaron fechas, que corresponde fijar a la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, pero sí se dio por seguro que no se retrasaría artificialmente. "Se registró este lunes [la moción de censura], lo lógico es que se celebre este mes de marzo", asegura un miembro de la ejecutiva, rechazando forzar su encaje después de Semana Santa para acercarla más a la precampaña del 28-M, como se había especulado. Otro de los presentes asegura que se celebrará en un plazo máximo de un mes. No se llevará más lejos para tratar de ajustarla al calendario según los intereses políticos del Gobierno, como presumían PP y Vox. Fuentes de la Mesa de la Cámara Baja se refieren a la segunda quincena de marzo, para lo que habría que desconvocar alguno de los plenos previstos, aunque dependerá de la agenda internacional del presidente.

Ni Ferraz ni la Moncloa quieren que se interprete un uso interesado de la facultad de la presidenta del Congreso de marcar los tiempos. El discurso de los socialistas pasa precisamente por dar la máxima importancia al uso de este instrumento constitucional con el que Pedro Sánchez accedió al Gobierno en 2018, aunque lamentan que la ciudadanía pueda percibir que se caiga en un "teatro". No solo por la disrupción de Vox con la elección del candidato para optar a la presidencia del Gobierno, el economista y exdirigente del PCE Ramón Tamames, de 89 años, sino por el hecho de que se trata de una iniciativa sin opciones de prosperar y centrada en ganar visibilidad a las puertas de las elecciones. Tampoco se valora en la Moncloa que puedan intervenir otros miembros del Gobierno al margen del presidente.

Foto: Santiago Abascal (c), Iván Espinosa de los Monteros (2i) y otros parlamentarios de Vox registran la moción de censura, esta mañana, en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

La palabra más repetida entre los cargos socialistas es "respeto". La ministra de Hacienda y vicesecretaria general del PSOE insistía este lunes en rueda de prensa desde Ferraz en que se trata de “algo muy serio”. “Este partido y el Gobierno actuarán con la seriedad y el respeto que exige el recurso a un instrumento que, por su propio carácter, es excepcional”, concluía, poniendo ya el foco en descargar sus ataques sobre el PP. En la dirección del PSOE avanzan que con total seguridad intervendrá Pedro Sánchez y que aprovechará para confrontar modelos de país con el bloque de la derecha, intentando equiparar a los populares con Vox.

La abstención adelantada por Génova es uno de los principales motivos que señalan los socialistas para criticar al PP. "Es inaudito", explica un alto cargo del partido. En la anterior moción de censura protagonizada por Santiago Abascal, el expresidente del PP Pablo Casado optó por desmarcarse y votar en contra. Así lo recordaba Montero para asegurar que Alberto Núñez Feijóo lo adelantaría por la derecha: “Al menos, Casado tuvo la dignidad de votar no al extremismo de la ultraderecha”.

El objetivo del PSOE, como viene haciendo desde el arranque del ciclo electoral, pasa por cuestionar la imagen de moderación del político gallego. Una estrategia para intentar revertir el trasvase de votos hacia el PP y movilizar a su electorado, lo que pasa por desvestir el perfil del líder popular como hombre de Estado o más pactista y transversal que su predecesor.

Foto: El portavoz de campaña del PP, Borja Sémper (EFE/Chema Moya)

El respeto que los socialistas dicen profesar a este instrumento constitucional, y que niegan tanto a Vox como al PP, por "usar las instituciones a su servicio particular" y "manosear la Constitución como si fuese un traje a medida de sus intereses particulares", los lleva a huir de cualquier estrategia que pase por "descafeinar" la moción de censura. Mucho menos adoptar una suerte de cordón sanitario, como debaten articular sus socios parlamentarios, reduciendo al mínimo sus intervenciones para no contribuir así a dar protagonismo a Vox y sus propuestas.

La estrategia del PSOE de centrar sus golpes en PP y Vox se complementa con intentar esquivar el cara a cara con el candidato Ramón Tamames. Ni confrontar ni entrar en el cuerpo a cuerpo. "Nosotros vamos a colocar nuestro mensaje", explican en la dirección del PSOE, y si Tamames no entra al detalle de las políticas de Vox, vaticinan, "lo vamos a hacer nosotros". Se evitan riesgos, huyendo del cara a cara con el prestigioso economista, que desde el PCE más aperturista participó activamente en la Transición, y se centran en atacar a la "derecha y ultraderecha". El exceso de confianza no deja de entrañar peligros, y los socialistas trasladan que se toman en serio esta moción de censura, censurando los "chascarrillos" respecto a la edad del candidato o las posiciones que la minusvaloran.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Zipi)

Sánchez aprovechará la previsible intervención de Santiago Abascal, respondiendo al líder de Vox y no tanto al candidato, pero también se intentará evidenciar un supuesto giro a la "ultraderecha" por parte de Feijóo. La ruptura del acuerdo para desbloquear el CGPJ, que el Gobierno tilda como un incumplimiento de la Constitución por las presiones de los "sectores más ultras" del partido, la polémica del aborto en Castilla y León, donde gobiernan en coalición PP y Vox, o la misma abstención anunciada por los populares son elementos con los que afinan ya sus ataques desde el PSOE para arrinconar a Feijóo en la misma esquina derecha del tablero que Vox. Según avanzan los socialistas, se hará también con un tono constructivo, contraponiendo proyectos económicos.

"El del ruido, la nostalgia y la crispación frente al del rigor, la serenidad y la determinación que hace que España saque su mejor versión", resumía la vicesecretaria general y ministra de Hacienda tras la reunión de la ejecutiva del partido. Los socialistas incluso abonan una hipotética división interna en Génova sobre cómo posicionarse. Aprovechando que la expresidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre ha apoyado la iniciativa de Vox y, expresamente, a Tamames por demostrar que "a sus 89 años tiene muchos motivos para censurar a Sánchez", fuentes socialistas se preguntan si Isabel Díaz Ayuso comparte esta misma posición.

El frente común de los socios, en el alambre

Si en la cúpula del PSOE tienen más o menos claro cómo quieren jugar los tiempos, en Unidas Podemos hay dudas sobre cuándo les convendría más su celebración, y hasta sobre cómo encarar esta iniciativa. Consideran que es una pantomima, pero eso no significa que todos los actores renuncien a tratar de rentabilizarla. De hecho, en la dirección del grupo confederal hay quienes piensan que es indiferente cuándo se produzca, pero también quienes consideran que podría aprovecharse la próxima semana para fijarla: es cuando está previsto que se vote la toma en consideración de la proposición de ley del PSOE para reformar la ley del solo sí es sí. Una moción de censura en la que la ultraderecha fuera el enemigo a abatir serviría para ahorrarles a los socios llegar al 8-M con esta herida abierta y desangrándolos.

Foto: Ramón Tamames. (EFE/Archivo Mariscal)
TE PUEDE INTERESAR
Los grupos debaten no dar réplica a Tamames en la moción de censura
Alejandro López de Miguel Iván Gil

Por otro lado, el frente común entre los socios de investidura y otros partidos para fijar unos mínimos comunes en su respuesta a Tamames no ha cobrado cuerpo. Las conversaciones sobre las que informó El Confidencial el pasado jueves aún están en una fase muy inicial, y la propuesta que partió de ERC no se ha concretado todavía. Grosso modo, su idea pasaba por no intervenir en el debate de la moción, o hacerlo muy brevemente, para únicamente participar en la votación, evitando contribuir así al "circo" de Vox.

"Con nosotros, que no cuenten para perder el tiempo", abundan desde ERC, donde insisten en que el fondo de esta moción es la batalla electoral de Vox con el PP. La propuesta de Esquerra Republicana partía de pactar, entre varias fuerzas, una o dos frases, a recitar por sus respectivos portavoces. Ideas como el "respeto" a la Cámara y "al parlamentarismo" irían incorporadas a esta fórmula, que no se ha cerrado, y que sigue abierta a las aportaciones de los distintos partidos. Desde una de las fuerzas que podrían sumarse apuntan a la opción de que cada partido pronuncie una o dos frases de su propia cosecha, para después renunciar a la palabra. Ni siquiera está claro quiénes tienen decidido sumarse a esta estrategia, si bien ERC ha iniciado conversaciones con todo el bloque de investidura y con fuerzas como el PDeCAT.

Foto: Ramón Tamames. (Alejandro Martínez Vélez)

Esta estrategia está en el alambre porque, como reconocen fuentes de una de las fuerzas minoritarias, es difícil que haya grupos que finalmente no intervengan. El PNV ya ha partido la baraja, afirmando que seguirá su propia hoja de ruta, y en grupos como el Plural o el Mixto sus integrantes deben pactar, como ante cualquier otra intervención en pleno, el reparto de tiempos. Si pactan los tiempos, apuntan, es posible que también fijen unos mínimos sobre sus respectivos enfoques.

No está claro que vaya a ser posible un pacto. Incluso, desde ERC, pero también desde otras fuerzas, asumen que si otros grupos deciden salir a pelear dialécticamente, ellos tendrán que hacer lo propio. Al menos hasta que la Mesa no califique la moción, previsiblemente al arranque de la próxima semana, nadie va a mostrar todas sus cartas.

El PSOE no quiere llevar la moción de censura de Vox más allá de marzo. En la reunión de la ejecutiva celebrada este lunes en Ferraz no se concretaron fechas, que corresponde fijar a la presidenta del Congreso, la socialista Meritxell Batet, pero sí se dio por seguro que no se retrasaría artificialmente. "Se registró este lunes [la moción de censura], lo lógico es que se celebre este mes de marzo", asegura un miembro de la ejecutiva, rechazando forzar su encaje después de Semana Santa para acercarla más a la precampaña del 28-M, como se había especulado. Otro de los presentes asegura que se celebrará en un plazo máximo de un mes. No se llevará más lejos para tratar de ajustarla al calendario según los intereses políticos del Gobierno, como presumían PP y Vox. Fuentes de la Mesa de la Cámara Baja se refieren a la segunda quincena de marzo, para lo que habría que desconvocar alguno de los plenos previstos, aunque dependerá de la agenda internacional del presidente.

Pedro Sánchez Vox
El redactor recomienda