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Los vídeos del hundimiento de la manada de Castelldefels: "No sabíamos que pasaría esto"
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"Un grupo organizado para violar"

Los vídeos del hundimiento de la manada de Castelldefels: "No sabíamos que pasaría esto"

Los cinco detenidos trataron sin éxito de reivindicar su inocencia ante la jueza: “Esa fiesta se montó para jugar a la Play”, “yo en los audios siempre exagero", “algunas dicen cada cosa…”, "quiero pasar la Navidad con mi familia"

Foto: El vídeo del hundimiento de la Manada de Castelldefels. (EC)
El vídeo del hundimiento de la Manada de Castelldefels. (EC)
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Los cinco miembros de la llamada manada de Castelldefels se derrumbaron al escuchar cómo la fiscal pedía para ellos el ingreso en la cárcel por cinco delitos de agresión sexual el pasado 21 de diciembre. Esposados todos ellos tras su arresto, reaccionaron con aspavientos, se cubrieron el rostro con las manos, se miraron los unos a los otros estupefactos y agacharon la cabeza mientras les describían como un "grupo organizado para violar". Uno de ellos llegó a ponerse de pie durante la exposición del Ministerio Público y su abogada tuvo que ordenarle que guardara silencio. Sus respiraciones aceleradas se sentían a través del micrófono del Juzgado de Instrucción número 5 de Gavà (Barcelona), que decretó su ingreso en la cárcel, donde siguen actualmente. Era la segunda vez que pasaban a disposición judicial. La primera fue en junio del año pasado, cuando acusaron a la primera denunciante que desencadenó el caso de actuar "por celos y venganza".

El Confidencial ha tenido acceso a todas las declaciones del caso. Hasta tres de ellos hicieron uso de su turno de palabra para tratar de convencer in extremis a la jueza para que les dejase en libertad. "Esa fiesta se montó para jugar a la Play [videojuegos]", "mis padres no me trajeron a España para violar a nadie", "yo en los audios siempre exagero la historia y miento, no son reales; no íbamos a pensar que iba a pasar todo esto y si he ofendido a alguien le pido disculpas de corazón", "pusieron la foto y lo del grupo de la manada y yo fui el primero en decir que eso no me hacía ni puta gracia; se han pasado en muchos comentarios que ahora nos perjudican, pero no tienen nada que ver con la realidad", "quiero pasar la Navidad con mi familia", "algunas exageran y dicen cada cosa…", "¿grupo organizado?, es la primera vez que nos llaman organizados en algo". Estos fueron algunos de los argumentos con los que trataron sin éxito de reivindicar su inocencia frente a la acusación de haber violado al menos a tres mujeres.

El punto de partida de este caso es una denuncia presentada por una joven a la que conocieron a través de la aplicación de citas Badoo. Contactó con el presunto cabecilla del grupo, un chico llamado Alejandro, al que apodan el Cubano. El primer encuentro tuvo lugar en marzo de 2021, en un hostal de Sants donde este joven acudió con otro llamado Orlando para mantener relaciones consentidas con la chica. Allí la grabaron con el móvil sin su permiso. La denunciante le dijo a la jueza que le mandaron el vídeo a los pocos días. Según su versión, le contaron que lo borrarían, pero no fue así. Pasadas unas semanas, volvió a quedar con ellos para asistir a una fiesta en la casa del Cubano, en Castelldefels.

Esa fue la noche en que se produjo una de las presuntas violaciones. Ella sitúa en el piso a Alejandro y Orlando y a otros dos que se llaman Robert y José. La denunciante acusa a Alejandro, Orlando y José de haberla forzado a tener relaciones mientras la grababan otra vez en vídeo. Relata que la sujetaron y la obligaron a hacer cosas contra su voluntad. "Fijaos cómo está, haced con ella lo que queráis", recuerda que dijo Alejandro. La narración de la chica incluye vejaciones practicadas por los denunciados. Después se vistió como pudo y se marchó sola a su casa.

Foto: El miembro de La Manada Ángel Boza. (EFE)

Durante los 24 minutos que duró su declaración —prestada el 14 de marzo de 2022—, la jueza le pidió en varias ocasiones que no se dejase nada en su reconstrucción de aquellos hechos. También se interesó por el tiempo que pasó sin denunciar. La joven, que está bajo tratamiento psicológico, le explicó que tenía miedo de la reacción de sus padres contra los investigados. "No quería una desgracia", contó en el juzgado. Al final, denunció animada por la madre de su actual pareja. Fue después de que le confesara lo que había pasado a su novio, debido a que sentía rechazo a las relaciones sexuales. La jueza también advirtió en la denunciante "contradicciones" respecto a lo que en su día declaró a los Mossos d'Esquadra. Ella alegó que aquel día sufrió ansiedad y nervios y apenas fue consciente de lo que declaró.

Orlando

Orlando es uno de los actores principales del caso. Era uno de los dos hombres que quedaron por primera vez con la denunciante en el hostal de Sants y después mantuvo una relación sentimental con la chica. Esa relación se mantuvo durante varios meses tras la noche en que sucedieron los hechos. La joven explica que él se disculpó por lo que había pasado y eso la hizo continuar. También porque le veía distinto a los demás. Sin embargo, Orlando negó ante la jueza haberse disculpado ni haber hablado nunca en esos términos de lo que sucedió, ya que ella nunca le mostró malestar.

Orlando declaró por primera vez en el juzgado el 1 de junio de 2022. Dijo que la denunciante tan solo le manifestó arrepentimiento por haber mantenido relaciones sexuales con varios miembros del grupo. Según narró, eso era un impedimento para él: "Eso era un problemilla porque, claro, yo me sentía un poco así como.. ‘ya has estado con casi todos mis amigos’. Eso ella lo sabía". Finalmente rompieron en septiembre de 2021 porque "no tenía futuro". Ante la jueza, defendió a su compañero Alejandro y negó que grabrara ningún vídeo. Aseguró que la noche de la fiesta que motivó la denuncia, su amigo no mantuvo relaciones con la chica. Eso solo sucedió en Sants, donde grabaron el vídeo de común acuerdo y esa misma noche lo vieron los tres juntos.

Foto: Los presuntos violadores investigados por los Mossos d'Esquadra.

En este punto, la jueza detectó una contradicción respecto a lo que dijo a los Mossos d’Esquadra. Los investigadores le interrogaron acerca de si sabía quién había podido grabar los vídeos que se hicieron la noche de la fiesta en Castelldefels. La respuesta de Orlando aquel día fue que "la mayoría los hizo el Cubano". Ante la jueza, negó contradicción alguna porque se refería al vídeo que grabó en el hostal de Sants. Aseveró que no le consta que después se difundiera en el grupo de WhatsApp llamado K-Team, en el que había una veintena de personas. Tampoco descartó que eso se produjera: "En ese grupo podía haber pasado de todo, pero no recuerdo".

En su declaración —que duró 18 minutos— mantuvo la tesis de que todo el sexo fue consentido y que la denunciante no se fue a su casa la noche de la presunta violación, sino que se quedó a dormir y pasó el día siguiente con ellos. Era domingo y esa tarde asistió al piso su amigo Robert. Orlando recordó a la jueza con una sonrisa en su cara cómo le dijeron a la denunciante que su amigo estaba "bien dotado". Añadió además que hubo una segunda fiesta a la que también acudió la joven y volvió a tener relaciones íntimas con él y otra persona. Cuando dio estas explicaciones, todavía quedaba más de medio año para que les pusieran los grilletes a él y a sus amigos.

Alejandro ‘el Cubano’

La primera declaración de este investigado también tuvo lugar el 1 de junio de 2022 y apenas duró nueve minutos. El Cubano afirmó que conoció a la denunciante a través de la aplicación de citas y que la noche en el hostal de Sants la grabó con el móvil, pero con su permiso. Sin embargo, niega haber difundido nunca esas imágenes porque las borró ese mismo día. En el sumario constan fotos de esta y otras chicas, pero no ha aparecido el vídeo. La joven dice que también lo eliminó en su afán por olvidar todo lo que le recordase a lo vivido con los denunciados.

Los investigadores creen que los encarcelados tuvieron tiempo de borrar las pruebas más sensibles cuando supieron que estaban siendo investigados. Los Mossos d’Esquadra también sospechan que borraron mensajes del chat de WhatsApp en los que llegaron a jactarse de ser la manada 2.0, en alusión a los cinco condenados por una violación en los Sanfermines de 2016. En las conversaciones analizadas tras la incautación de los móviles, se aprecia cómo uno de los integrantes del grupo advirtió de que no tenía sentido decir que todo había sido consentido, incluido el vídeo, ya que al autor le iban a preguntar por qué lo borró después de compartirlo en el grupo.

Foto: Los presuntos violadores investigados por los Mossos d'Esquadra.

El Cubano ubica la fiesta de la presunta violación en el 8 de mayo —las fechas bailan entre las distintas versiones— y niega que él mantuviera más relaciones con la denunciante. "Ni un beso más le di después de Sants". Según recuerda, durante la fiesta posterior en su casa de Castelldefels solo tuvo relaciones sexuales con José y aseguró a la jueza que la joven se quedó a dormir en el piso. En sus explicaciones en el juzgado de Gavà, acusó a la chica de haberles denunciado por "celos y venganza". En su caso particular, lo achaca a que la noche en que se produjeron los hechos él se mostró más interesado en otra mujer que también acudió al piso: "Me dio mucha rabia, se habrá arrepentido o algo, estará avergonzada".

En cuanto a la posible venganza, Alejandro el Cubano le dijo a la magistrada que le constaba que alguien del chat de WhatsApp le mandaba pantallazos de las conversaciones en las que se hablaba mal de ella y decían "que era fea". En las conversaciones intervenidas por los Mossos d’Esquadra se aprecia la evolución de las relaciones entre los propios integrantes de la manada de Castelldefels. Lo que en un principio era camaradería y bromas respecto a sus encuentros sexuales con chicas, se tornó rápido en desconfianza y acusaciones cruzadas de traición una vez tuvieron constancia de que habían presentado una denuncia contra varios de ellos.

Robert y José

Robert prestó declaración el mismo día que sus dos amigos. Dijo que solo había coincidido con la denunciante en tres ocasiones y que en una de ellas intentó tener relaciones sexuales con ella con su consentimiento, pero no pudo porque no fue capaz físicamente. Coincidió en que tuvo lugar una segunda fiesta, pero no hizo nada con ella porque estuvo toda la noche jugando a la videoconsola con Alejandro el Cubano. La parte más compleja de sus nueve minutos de comparecencia fue cuando la magistrada le interrogó acerca de los vídeos, ya que se mostró menos contundente que sus compañeros.

"Yo no he visto a Alejandro grabando. El problema es que en ese grupo se pasan muchos vídeos. Ahora mismo no te puedo asegurar si ese vídeo se pasó. Lo busqué pero no había nada. Puede ser que sí y puede ser que no", contestó. Sin embargo, la magistrada le citó las declaraciones que prestó en sede policial, donde dijo recordar haber recibido al menos dos vídeos. "Fui a declarar de golpe, estaba muy nervioso", se excusó Robert. La magistrada le insistió sobre lo que contó a los Mossos, ya que dijo haber recibido dos vídeos que después eliminó de su móvil. "Yo voy borrando. Ha pasado casi un año, no me acuerdo", contestó.

Foto: Coche de Policía Nacional. (iStock)

La declaración de José fue la más corta de todas, apenas cuatro minutos. En su caso se limitó a responder a su abogada. Admitió su presencia en el piso de Castelldefels y haber mantenido relaciones con la joven, pero consentidas en todo momento. Afirmó que hubo una segunda fiesta a la que también acudió la denunciante, pero en esa no mantuvo ningún contacto físico con ella.

De la intervención de los teléfonos móviles de los denunciados, los Mossos d’Esquadra apreciaron que habían tenido comportamientos similares con al menos otras dos mujeres más. Eso les ha servido la policía, la fiscal y la jueza para trazar un modus operandi que consistía en captar en aplicaciones de citas a chicas con perfiles vulnerables con las que luego mantenían relaciones sexuales. A estas dos nuevas presuntas víctimas se les dio la opción de declarar por agresión sexual ante la jueza y lo hicieron el 21 de diciembre de 2022, tras presentar una denuncia en comisaría en septiembre.

La otras dos denunciantes

La segunda denunciante ubicó los hechos en mayo de 2022. Fue después de que el Cubano contactase con ella por Instagram y la invitase a una fiesta en su casa: "Empezaron a aparecer chicos y chicos y chicos, bastantes. De nombre solo me acuerdo de José, Robert y Alex [el Cubano]". Narró cómo Robert tuvo una breve relación sexual con ella sin su consentimiento. Entró "de sopetón" en la habitación donde ella estaba con José, al que había dado "unos besos". "No fue consentida, me dio mucho asco y me sentí forzada, había mucha gente y pensé ‘a ver si me pasa algo con tantos chicos". En ese momento, estaba inmersa en una depresión y tomaba ansiolíticos, pero no se lo había contado a nadie. Actualmente, acude regularmente a un psicólogo.

Foto: Concentración feminista contra la sentencia a La Manada en 2018 de la Audiencia Provincial. (EFE/Jesús Diges)

El relato de la tercera mujer fue más crudo. Tuvo lugar el mismo 21 de diciembre y duró 27 minutos. Situó los hechos en verano de 2021. En su caso, conocía a Alejandro el Cubano del instituto y porque en una ocasión le compró unos preservativos. Sufre una enfermedad que precisa de medicación y afirmó que Alejandro sabía que padece "algún tipo de discapacidad". Dio cuenta de tocamientos, de que la desnudaron y que se turnaron para penetrarla sin preservativo: "Yo les decía que pararan, que pararan y no paraban. Me decían: ‘Tú eres una campeona, tú puedes". A la magistrada le contó que pasó "pánico" y su único deseo era irse de ahí. "Bajé la cabeza y me fui". Ella pensó que solo iba a tomar algo con el Cubano cuando aparecieron los demás.

Ese mismo día fueron arrestados los cinco presuntos violadores y volvieron a declarar esposados uno a uno ante la jueza. El quinto se llama David y está presuntamente implicado en la tercera agresión sexual en grupo. Esta vez contestaron solo a las preguntas de su abogada. Negaron la versión de las mujeres e insistieron en que todos los hechos fueron consentidos: "Su preocupación era que lo que hizo conscientemente no lo supiese nadie para que nadie la tachara de guarra", dijo sobre la tercera chica Alejandro el Cubano. La Fiscalía pidió el ingreso en prisión por cinco presuntos delitos de agresión sexual. A su juicio, "formaban un grupo organizado para cometer violaciones" y desplegaron una actitud "depredatoria". La jueza aceptó, ante el derrumbe emocional de los investigados.

Los cinco miembros de la llamada manada de Castelldefels se derrumbaron al escuchar cómo la fiscal pedía para ellos el ingreso en la cárcel por cinco delitos de agresión sexual el pasado 21 de diciembre. Esposados todos ellos tras su arresto, reaccionaron con aspavientos, se cubrieron el rostro con las manos, se miraron los unos a los otros estupefactos y agacharon la cabeza mientras les describían como un "grupo organizado para violar". Uno de ellos llegó a ponerse de pie durante la exposición del Ministerio Público y su abogada tuvo que ordenarle que guardara silencio. Sus respiraciones aceleradas se sentían a través del micrófono del Juzgado de Instrucción número 5 de Gavà (Barcelona), que decretó su ingreso en la cárcel, donde siguen actualmente. Era la segunda vez que pasaban a disposición judicial. La primera fue en junio del año pasado, cuando acusaron a la primera denunciante que desencadenó el caso de actuar "por celos y venganza".

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