Nervios y acusaciones de traición en la manada de Castelldefels: "Algo has hecho para salvarte"
La primera denunciante relató a los Mossos que se opuso a que la grabasen durante el acto sexual y después se produjo la violación. También sostiene que le introdujeron un botellín de cerveza en la vagina
“Vamos a quedar y vamos a hablar porque vamos a tener que ir todos a testificar”. El chat de los acusados de perpetrar violaciones grupales en Castelldefels adquirió un tono de nerviosismo cuando la policía empezó a citarles en comisaría. Los Mossos d’Esquadra querían conocer su versión tras la denuncia que había presentado contra varios de ellos una joven de 21 años. Los mensajes de WhatsApp de esta nueva manada dejaron entonces de presumir de sus relaciones sexuales para mostrar ansiedad y preocupación. Las tensiones les llevaron a recelar internamente y lanzarse acusaciones de traición: “Algo has hecho para salvarte”.
Según consta en el sumario del caso al que ha tenido acceso El Confidencial, una joven acudió el 9 de noviembre de 2021 a presentar una denuncia por violación en una comisaría en Badalona. Entró a las 22:35 y se marchó 20 minutos después de la medianoche. Lo que contó a los agentes de la policía autonómica dio origen a este caso en el que, más de un año después, ya hay cinco acusados en prisión provisional y las pesquisas han permitido esclarecer dos posibles víctimas más.
Los hechos de la denuncia inicial se remontan a la primera mitad de 2021. La joven conoció a un chico que tenía 12 años más que ella a través de una conocida aplicación de citas. Él propuso hacer un trío con otro chico y ella aceptó. Como la experiencia les gustó, acordaron volver a verse. La siguiente cita fue en junio, en un domicilio de Castelldefels donde había más personas en “una fiesta”. Estaban los dos chicos a los que ya conocía de la vez anterior y otros tres más.
"Esa palabra da miedo, una violación sería ir por la calle, pillar a una tía y atarla y eso"
La chica se metió en un cuarto donde mantuvo relaciones sexuales consentidas con uno de los conocidos y al rato entró el segundo, que se sumó también. No obstante, según recoge la denuncia, este último comenzó a grabarla con el teléfono móvil, a lo que ella se opuso. Les dijo que así no seguía y paró. Según su relato, ahí fue cuando empezó la violación. “Tú cállate, puta, que la noche la vamos a disfrutar”, dice que le contestó el varón del teléfono mientras el otro la retenía a la fuerza dejándola “indefensa”. Al rato, entraron otros dos hombres que en ese momento seguían en la casa. Al menos uno de ellos también la penetró, siempre según su relato. En una segunda declaración ante los Mossos matizó que el tercero no la penetró, pero sí la forzaron a hacerle una felación.
Grabaron un vídeo
La denuncia cuenta que el mismo que la grabó con el teléfono sin su consentimiento cogió un botellín de cerveza “y la introdujo en la vagina”. La denunciante asegura que dejó de oponer resistencia y se quedó paralizada por el miedo. Al terminar, cuando recogía su ropa para vestirse, los hombres revisaron el vídeo en su presencia y se jactaron de lo que habían hecho: “Mira, esta eres tú con todos encima”. El mismo miedo fue la razón que alegó para no haber presentado la denuncia cuando se produjeron los hechos, sino cinco meses después.
El Juzgado de Instrucción número 5 de Gavá (Barcelona) investiga a los cinco hombres que estaban en la casa. El 1 de diciembre de este año autorizó a los Mossos d’Esquadra a analizar los teléfonos móviles de los investigados. La policía autonómica buscaba vídeos, fotos y comentarios que arrojasen luz al caso, ya que los investigados sostienen que todo fue consentido. Los Mossos detectaron que el acusado que grabó con el teléfono a la joven había “borrado previamente información de interés”. Los investigadores creen que se deshizo de años de mensajes del chat que tenía con el resto de acusados.
Del análisis de los otros teléfonos se aprecia que en ese grupo de WhatsApp —llamado K-Team— compartían sus experiencias de sexo en grupo y se jactaban de ellas. Hasta el punto de que en una ocasión llegaron a compararse con la Manada de Pamplona, los cinco jóvenes sevillanos condenados por violar a una chica en los Sanfermines de 2016. Pero todo eso cambió cuando supieron que estaban siendo investigados, incluso el nerviosismo les llevó a lanzarse reproches entre ellos. Uno de los miembros del grupo afirmó que había sido citado a declarar como testigo. Aclaró que la denunciante le había situado en el piso ante la policía, pero sin poder determinar si había participado en la violación. “Algo has hecho para salvarte y me preocupa”, le espetó uno de los investigados, receloso de que solo fuese como testigo.
"Vendió a todos"
“¿Para salvarme?, deja de decir idioteces y de juzgarme que al final te denunciaré yo a ti por calumnias”, se defendió este integrante del chat. Pese a todo, los recelos en torno a su actuación continuaron, tal y como consta en otra conversación detectada por los investigadores: “Vendió a todos, su declaración ayudó más a la tía que a los miembros del grupo”. El mismo investigado que le acusó de haberse salvado mandó un mensaje general a todos: “Como alguno la líe y se ponga nervioso y no diga la verdad, nos vamos todos a la cárcel”.
Gracias al análisis de los teléfonos, los Mossos concluyen que es cierto que alguien grabó un vídeo de los hechos aquella noche. Lo saben porque consta un audio en el que se escucha a uno de los integrantes del grupo recordar en tono airado a otro que él sale en el vídeo: “Tú la estás intentando follar a cuatro patas, sales tú con el pantalón bajado y la polla bajada también. Eso la policía ya lo sabe, así que no me cuentes películas”. En el grupo de WhatsApp K-Team había 19 participantes, todos hombres, y tenía una finalidad sexual, según uno de los informes que obran en la causa.
Todo eran risas y chanzas antes de las citaciones policiales. “¿Desde cuándo una tía es solo para uno?”, “Aquí yo consigo tías, ¿y si no invito, qué?”, “Cuando vaya bien borracha y cachonda, es tu momento de picar a la puerta”... Estos son algunos de los comentarios que hacían antes de la denuncia presentada por la joven. Los Mossos destacan que en ese tiempo eran constantes los comentarios degradantes hacia las mujeres y que se compartían fotos de ellas sin su consentimiento. Nada que ver a cuando en el chat se comunicó la noticia de la denuncia. La camaradería dio paso a los recelos: “Nos afecta a casi todos”, “lo más fuerte de la historia del grupo”, “el origen eres tú”, “si yo no hice nada”, “también lo hicieron más del grupo, ¿solo me ha denunciado a mí?”... En medio de la tensión, se cruzaron insultos y amenazas.
El mismo que grabó con el móvil el día de la presunta violación escribió en el chat que el origen de todos los problemas es que había alguien del grupo que había mandado capturas de pantalla a la chica. Culpó a uno de los integrantes de haber estado quedando con ella después de aquella noche. En otra conversación privada de WhatsApp, manifestó sus sospechas de que la joven solo había denunciado a ese miembro con el que se seguía viendo a menudo y que este había “tirado de la manta” para involucrar a todos. Tanto la denunciante como el aludido confirman que siguieron viéndose durante semanas. Ella alega que quiso darle una segunda oportunidad porque se había disculpado con ella por lo sucedido.
La tesis que mantienen es que todo fue consentido, pero no todos estaban muy convencidos de las explicaciones que tenían previsto dar a la policía. Uno de ellos hizo ver que no tenía sentido decir que todo había sido con su beneplácito, incluido el vídeo, ya que al autor le iban a preguntar por qué lo borró después de compartirlo en el grupo. Otro de los investigados mostraba así sus dudas sobre lo que es una violación: “Esa palabra da miedo, una violación sería ir por la calle, pillar a una tía y atarla y eso. Igual ella dijo que no quería hacer de todo y lo hicimos, es diferente”.
Los Mossos otorgan al hombre que grabó con el móvil un papel activo en la captación de chicas a través de las redes sociales. Añaden además que siempre eran perfiles de mujeres especialmenete vulnerables o con problemas afectivos. La primera denunciante tiene diagnósticada una depresión y está bajo tratamiento y toma medicación fruto de las secuelas de haber sufrido bullying cuando era niña. Las otras dos posibles víctimas también presentan perfiles vulnerables.
“Vamos a quedar y vamos a hablar porque vamos a tener que ir todos a testificar”. El chat de los acusados de perpetrar violaciones grupales en Castelldefels adquirió un tono de nerviosismo cuando la policía empezó a citarles en comisaría. Los Mossos d’Esquadra querían conocer su versión tras la denuncia que había presentado contra varios de ellos una joven de 21 años. Los mensajes de WhatsApp de esta nueva manada dejaron entonces de presumir de sus relaciones sexuales para mostrar ansiedad y preocupación. Las tensiones les llevaron a recelar internamente y lanzarse acusaciones de traición: “Algo has hecho para salvarte”.
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