Podemos pone el foco en Yolanda Díaz y le traslada la responsabilidad si van divididos a las urnas

Primero fue la candidata indiscutible. Después, este estatus quedó en suspenso. La unidad pasó a ser "más importante que la candidata" y hoy Podemos traslada toda la presión a Yolanda Díaz, descargando sobre la vicepresidenta segunda toda la responsabilidad de un escenario hipotético pero posible: que la izquierda llegue dividida a las elecciones generales, previstas para finales de 2023, pero a expensas de que Pedro Sánchez pulse el botón y convoque mucho antes.

El partido morado aguarda impaciente a que Díaz, que no siente la presión de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo —su proyecto no estará listo entonces—, decida aclarar sus intenciones. Esto es, si finalmente dará el paso para ser candidata, algo que todo el espacio de Unidas Podemos da por hecho. También qué términos fijará para sentarse a negociar con Podemos, la única fuerza de este espacio político que la apremia, mientras IU y los comunes permanecen alineados con la impulsora de Sumar.

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"En 2023, sería un error grave que alguien estuviera pensando en que no vayamos juntos", avisó este jueves Pablo Echenique, portavoz del grupo en el Congreso y dirigente de Podemos. En una entrevista en RNE, Echenique afirmó que, una vez que Díaz desvele su hoja de ruta, su partido se sentará a negociar "los detalles", enfatizando su apuesta por la unidad.

Esa apuesta, que Ione Belarra situó hace apenas tres semanas como un objetivo "más importante que la candidata", es reivindicada por los morados. Recuerdan, precisamente, el ejemplo de IU, con quienes decidieron unirse cuando la coalición de Alberto Garzón había aglutinado apenas el 4% del voto, frente al 20,6% cosechado por la formación que entonces lideraba Pablo Iglesias (tras las elecciones de diciembre de 2015). Entonces, la marca Podemos cotizaba al alza, hoy la situación es bastante menos favorable.

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Los nervios están a flor de piel. Podemos lleva meses reivindicando la recuperación de su "autoestima", su convicción de que sus siglas no están agotadas, remen o no en la misma dirección que Díaz. El razonamiento que aplican en esto es, además, similar al que repiten al tratar sobre una improbable ruptura del Gobierno de coalición: quien rompe, o quien es percibido como el responsable de romper, paga las consecuencias. Ninguno de los actores está dispuesto a asumir que se le atribuya la responsabilidad de volar la oportunidad de un pacto en la izquierda.

De hecho, casi en paralelo a Echenique, el ex secretario general morado afirmaba que sería "una tragedia" que la iniciativa de Díaz "se presente por su cuenta". En una intervención en Radio Euskadi, Iglesias, como Echenique, descargaba de Podemos la responsabilidad de lograr este entendimiento, al tiempo que aseguraba que la vicepresidenta segunda debe aclarar "ya" si desea ser "la candidata de todos".

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El líder histórico de Podemos ya no ostenta cargo alguno en la dirección, pero acostumbra a marcar posiciones en los medios de comunicación que son también reivindicadas por su partido. Fuentes de los morados sostienen que estas palabras no suponen endurecer su postura y remiten al último discurso de Belarra ante la dirección. "No es bueno que vayamos separados, si Yolanda lo hace, se equivocará", traducen.

Sus palabras vienen a incrementar la presión sobre Díaz —como lo hace la advertencia de Iglesias de que Sánchez puede llamar a las urnas en abril—, pero también suponen una declaración de intenciones: si no hay un acuerdo que consideren justo, hoy se muestran dispuestos a seguir su propio camino. Después de meses de llamamientos, no ocultan su malestar con la impulsora de Sumar, se sienten ninguneados. Y apuntan, además, que buena parte de los medios de comunicación tratarán de influir para que Díaz concurra en solitario, presentando a Podemos como un lastre. Su diagnóstico es que esto es exactamente lo mismo que ocurrió con Íñigo Errejón tras su divorcio con Iglesias. Mientras los morados reclaman dar la batalla ideológica, Díaz es de formas más suaves y tono conciliador, enemiga del "ruido".

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Díaz, por su parte, avanza a su ritmo. En apenas una semana, el 12 de enero, Sumar realizará una "primera puesta en común" de los trabajos sectoriales encomendados a una treintena de personas, expertos de diversos ámbitos, que debería cristalizar en el embrión de su programa electoral. Una cita de la que no surgirá una propuesta programática cerrada, pero que servirá para presentar las "primeras ideas marco" del "proyecto de país" de la vicepresidenta segunda. Los "actos de escucha" que ya ha celebrado en una decena de ocasiones seguirán desarrollándose.

Dos días después, el 14 de enero, Yolanda Díaz viajará a Barcelona para celebrar otro acto de su plataforma, arropada por la alcaldesa de Barcelona y líder de los comunes, Ada Colau, su gran valedora. Todas las miradas están puestas en ese acto y lo estarán en el resto de apariciones de la vicepresidenta segunda en lo que queda de mes, si es que no aprovecha su visita a Cataluña para destapar alguna de sus cartas.