Malestar de Génova con el discurso duro de Díaz Ayuso: dinamita su estrategia de centro

El duro ataque que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, lanzó este lunes contra Pedro Sánchez tardó poco en volverse como un bumerán contra los intereses de Alberto Núñez Feijóo. La baronesa no escatimó en su arremetida. Le acusó de querer “meter a la oposición en la cárcel como en Nicaragua” o haberse convertido en el Le Pen de la izquierda española. Durante una entrevista en El programa de Ana Rosa denunció el desprecio del Gobierno por las instituciones con el único fin de “perpetuarse en el poder”. Ayuso marcaba así una vez más la agenda política y obligaba al PP a tomar posición.

Génova optó por el silencio. “No vamos a valorar cada una de las manifestaciones de nuestros portavoces”, zanjaban al ser preguntados. En la dirección nacional, el plan informativo para el día era “vender” el anuncio del responsable de Economía, Juan Bravo, sobre la rebaja fiscal de 750 euros para ayudar a las rentas de 40.000 a pagar las hipotecas. Ya era tarde. Los periodistas querían saber si Feijóo compartía las afirmaciones de Ayuso y cómo habían caído en el partido.

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El líder popular está de viaje y tenía un acto en Argentina. Hizo de gallego y en su discurso deslizó que "tensionar y crispar no dan resultado nunca". No hubo mención explícita a la polémica que en España agitaba ya el PSOE para desgastar al rival. Los socialistas calificaban de “ayusadas” las declaraciones, pero hacían énfasis en lo “extremadamente grave” de su contenido.

En privado, en el PP sí se habló, y mucho, de cómo una vez más la baronesa marca perfil propio. “A Alberto no le ha sentado nada bien”, aseguraba a El Confidencial una de las personas de máxima confianza del gallego, que considera que es "un disparate poner en duda el sistema democrático": "Sánchez tiene ya muchas aristas por donde atacarle". La reflexión pasa por que este tipo de “salidas de pata de banco” perjudican la estrategia de Feijóo de presentarse como un candidato moderado y atraer a los votantes socialistas desencantados. “Así damos miedo a los que dudan entre la papeleta del PP y del PSOE”, concluye la misma fuente.

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Entre los barones la prioridad era buscar una “salida airosa” cuando fueran interpelados por los periodistas. Había coincidencia en que “Ayuso sigue sin medir. Va a lo suyo”. Justifican esta actitud en que la madrileña quiere atraerse al electorado de Vox para sacar una mayoría absoluta en las elecciones de mayo. “Ni Abascal diría esas cosas”, apostilla un cargo del PP, que añade que “está nerviosa desde que Juanma arrasó en Andalucía”. Hay una especie de pulso por ser el barón de barones o cómo se malician los más críticos por suceder a Alberto Núñez Feijóo si no logra llegar a la Moncloa.

Las encuestas publicadas favorecen las expectativas de Isabel Díaz Ayuso. Está al borde de la mayoría absoluta y su popularidad es imparable. En el PP dan por hecho que la conseguirá y califican de “error” que se impaciente. Las elecciones autonómicas y municipales se dirimirán en clave nacional y el debate estará muy polarizado. En este terreno Ayuso se crece. El tener posición propia frente a los temas le ha funcionado y también ser el alter ego de Sánchez. En su equipo defienden que en Madrid se juega otra liga e irán a por todas para movilizar todo el voto, desde el centroderecha a la derecha más conservadora.

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Los más desconfiados alertaban de que acabará haciendo con Alberto Núñez Feijóo lo mismo que con Pablo Casado y apuestan por que desde Génova “se le dé un toque de atención”. Recuerdan que hace apenas una semana que dejó al líder “a los pies de los caballos” con sus críticas a la negociación del Consejo General del Poder Judicial con Sánchez. La filtración de que había trasladado que era “una barbaridad” pactar con el PSOE se interpretó como una desautorización al camino marcado por el gallego.

Hay otro sector en el partido que apela a la “vía Rajoy”. Defiende que no hay que confrontar con Ayuso directamente, sino tener claro el papel de cada uno. “Feijóo no debe desviarse de llegar a ser presidente y lo hará con los votos de Ayuso”, señalan los que piden que se la “ignore” como se hizo con Esperanza Aguirre. En esta línea está Feijóo por el momento. La orden es “apretar los dientes hasta que caiga Sánchez”. Ni un ápice de síntoma de fisuras. “Cuando lleguemos a la Moncloa, ya se ajustarán cuentas”, vaticina un diputado.

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En el palacio presidencial están encantados con que Ayuso engorde su teoría de que Feijóo es un líder sin autoridad e insolvente. Cualquier excusa es buena. Ya jugaron con la presidenta madrileña al desgaste de Casado. Aquella bilateral en la Puerta del Sol entre Sánchez y la presidenta de la Comunidad de Madrid pasará a la historia. El líder socialista no pierde oportunidad de mencionar a la baronesa en sus comparecencias en el Congreso.

Ahora harán de la huelga de Sanidad en la Comunidad de Madrid una cuestión nacional. En la Puerta del Sol son ajenos a las críticas internas. Su relación con Génova es fluida, según defienden, y hay un “contacto estrecho” a la hora de compartir estrategias. Tanto los líderes como sus máximos responsables de comunicación trabajan “codo con codo”, según fuentes cercanas a la presidenta. Feijóo está aterrizando en el Madrid de Ayuso.