Ayuso ajusta cuentas con el 'casadismo' y relega a Enrique López del Gobierno

No ha habido crisis de Gobierno en Madrid, pero sí ajustes internos entendidos como un "castigo" contra aquellos que inclinaron la balanza a favor de Pablo Casado en la crisis del PP. Isabel Díaz Ayuso dio paso este miércoles al último capítulo de su particular venganza contra los 'señalados' tras su afrenta contra la anterior dirección de Génova. El protagonista de la jornada de este miércoles en la Real Casa de Correos no fue tanto Enrique Ossorio, premiado con la Vicepresidencia de la Comunidad de Madrid, como Enrique López, el gran damnificado de la sorpresiva remodelación. Ayuso no valora su cese, pero su peso e influencia quedan desdibujados tras la decisión de ascender al actual consejero de Educación, Ciencia y Universidades como nuevo hombre fuerte del Ejecutivo autonómico.

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El todavía consejero de Presidencia, Justicia e Interior se enteró de la noticia junto a sus compañeros durante la rutinaria reunión del Consejo de Gobierno que todos los miércoles preside Isabel Díaz Ayuso en la Puerta del Sol. La presidenta madrileña comunicó la noticia a los medios de comunicación poco después, insistiendo en el argumento de que todos los consejeros mantenían sus competencias y que ninguno había sido "apartado".

La decisión, dijo, implicaba simplemente un reconocimiento al trabajo de Ossorio. Pero, a efectos prácticos, López pasa a ser 'número tres' en la estructura regional después de varias semanas apartado también del foco público. Fuentes cercanas a la baronesa insisten en que no ha habido ni habrá una reestructuración integral del Gobierno y que la prioridad, más allá de algún cambio posible en viceconsejerías, se mantendrá el equipo actual hasta el final de la legislatura.

López mantenía también una relación de máxima confianza con Casado y García Egea y quiso mantenerse entre dos aguas todo el tiempo que pudo

Hasta que estalló la guerra en el PP, Enrique López contaba con la confianza absoluta de la líder madrileña. El juez desembarcó en la Puerta del Sol durante el primer Gobierno de Ayuso y desde entonces encabezó la estrategia jurídica de Madrid contra Pedro Sánchez, que se acentuó especialmente durante la pandemia. La presidenta regional premió su labor otorgándole la consejería de Presidencia durante su segundo Ejecutivo, ya sin la participación de Ciudadanos. Pero el pulso entre Ayuso y Casado tuvo importantes consecuencias para su carrera política, porque el hombre fuerte de Justicia en la Comunidad de Madrid también lo era de Génova.

López mantenía también una relación de máxima confianza con Pablo Casado y Teodoro García Egea y quiso mantenerse entre dos aguas todo el tiempo que pudo. Pero no salió indemne del fuego cruzado. Hay una cita aún marcada a fuego en el gabinete de Ayuso que la presidenta no le ha perdonado: su ausencia en la rueda de prensa del pasado 18 de febrero de 2022, cuando convocó a sus tres consejeros de confianza -Lasquetty, Ossorio y López- para explicar la legalidad de los contratos de su hermano ante las embestidas que procedían de Génova. Era el momento más crítico del mandato de Ayuso. Y Enrique López no acudió.

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Entre los flujos de información, rumores y filtraciones que circularon aquellos días, uno llegó a oídas de la presidenta madrileña y del propio consejero: que Génova pensaba en el nombre de Enrique López para sustituirla en la Comunidad de Madrid si ella caía por la polémica sobre la adjudicación de un contrato sanitario a Tomás Díaz Ayuso. La caída de Casado terminó con el ruido interno y, desde entonces, el juez busca un nuevo encaje en el PP.

Feijóo no le dio una segunda oportunidad y no le hizo hueco en el nuevo organigrama de Génova. Sus funciones ha pasado a asumirlas Esteban González Pons, convertido en nuevo interlocutor del PP en materia de Justicia. Y en Madrid las cosas no van mucho mejor. Algunas fuentes con asiento en el Consejo de Gobierno de Ayuso apuntan a que no repetirá en las próximas elecciones autonómicas y municipales, previstas para mayo de 2023. Hasta entonces, ocupará un papel más secundario en el Ejecutivo autonómico. Un ejemplo de esta tendencia fue la ausencia de Enrique López de la rueda de prensa en la que Isabel Díaz Ayuso anunció que llevaría al Tribunal Supremo los nuevos currículos de Bachillerato del Gobierno de Pedro Sánchez. De nuevo, se alegaron "motivos de agenda".

Ayuso apaga el foco del 'casadismo'

Pero López no es el único de los señalados. Otro ejemplo es la salida del consejero de Transportes, David Pérez; y del titular de Administración Local, Carlos Izquierdo, de la estructura del PP de Madrid, donde la presidenta sí ha dado peso orgánico a otros miembros del Consejo de Gobierno, como Javier Fernández-Lasquetty o Paloma Martín. Fuentes próximas a los damnificados por el ajuste de cuentas no temen por su continuidad en la Puerta del Sol, al menos hasta 2023, pero sí reconocen el "castigo" en términos orgánicos por su afinidad con la anterior dirección de Pablo Casado.

Estas sospechas se basan en otro movimiento en el nuevo PP de Madrid. Como informó El Confidencial, Ayuso ha premiado precisamente a los viceconsejeros de estos departamentos, Carlos Díaz-Pache (Transportes e Infraestructuras) y José Antonio Sánchez Serrano (Administración Local y Digitalización). Es decir, que los 'número dos' de Pérez e Izquierdo tendrán más poder orgánico que los titulares. También, por supuesto, la confianza de la presidenta. El primero ha entrado como responsable del comité electoral, mientras que el segundo ha hecho lo propio como secretario de municipios.

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Fuentes cercanas al Gobierno de la Comunidad de Madrid destacan cómo Díaz-Pache y Sánchez Serrano, del círculo más cercano a Ayuso, han ido ganando peso interno desde las elecciones del 4-M. Tanto, que incluso algunas voces señalan que en el caso de que volvería a ganar en 2023, los dos asumirían las carteras que ahora gestionan Pérez e Izquierdo. Desde el equipo de la presidenta apuntan que son dos de los perfiles que buscaba en su reordenación del partido: "Gente joven y de confianza".

Los toques de atención al 'casadismo' van más allá del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Durante los peores momentos de la crisis interna en el PP, Isabel Díaz Ayuso también cogió la matrícula a los alcaldes de la zona noroeste, uno de los principales feudos del partido en la región. José Luis Álvarez Ustarroz, regidor de Majadahonda; Susana Pérez Quislant, de Pozuelo de Alarcón; y José de la Uz, de Las Rozas, se mostraron ambiguos o directamente en contra de que se celebrara el congreso regional, alineándose con el discurso de la anterior cúpula de Génova. Aunque tenían cargos con la anterior dirección, afín a Casado, en el nuevo organigrama no tienen ninguna responsabilidad. Queda por decidir aún si repetirán como candidatos en las elecciones municipales de 2023.