Es noticia
El PSOE ve los movimientos de Vara y Page en clave sucesoria tras la caída en las encuestas
  1. España
Planes tras las elecciones de mayo

El PSOE ve los movimientos de Vara y Page en clave sucesoria tras la caída en las encuestas

El paso al frente de Nadia Calviño aviva un debate que Pedro Sánchez descarta de plano. Entre los ministros, en el partido solo ven a Pilar Alegría como "futurible"

Foto: Sánchez, junto a Page, Vara y Lambán. (EFE/Fernando Villar)
Sánchez, junto a Page, Vara y Lambán. (EFE/Fernando Villar)
EC EXCLUSIVO Artículo solo para suscriptores

Pedro Sánchez cierra una semana fundamental para sus planes de futuro. El balance en su equipo es positivo. Se ha logrado presentar unos Presupuestos vitales para afrontar el último año de legislatura y las próximas citas electorales. En la Moncloa reina un optimismo que no comparten la mayoría de los cuadros del PSOE, que ven al presidente "encastillado". Las encuestas, tanto para mayo de 2023 como para las elecciones generales, no auguran remontada y empiezan a verse movimientos en el partido de cara a poner fin a la etapa "sanchista". Sería el segundo magnicidio del presidente.

El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ya no disimula. Más allá de sus políticas "socialdemócratas puras", como defienden los compañeros de partido, que en privado le muestran su apoyo, ahora se deja querer. El "verso suelto" marca distancia porque necesita repetir mayoría absoluta para revalidar su Gobierno, pero hay una segunda lectura que ya está calando en los cargos socialistas. Hay otro PSOE más allá de Ferraz.

Las encuestas auguran una sangría de los socialistas en las municipales y autonómicas si el manguerazo de fondos públicos no lo remedia. Hay pocos barones que puedan resistir el envite del "efecto Feijóo", bautizados ya por otros como "efecto Juanma" por los resultados en Andalucía. El plan pasa por hacer campañas muy en clave del territorio y con las siglas del partido escondidas. Si pueden también taparán a Sánchez, aunque no está en su mano. De momento se ha frenado el tour por las ciudades para alivio de los dirigentes regionales, según ellos mismos reconocen.

Foto: Observatorio electoral. (EC)

¿Pero qué pasará si el mapa se tiñe de azul en mayo de 2023? Aunque parezca lejano, esta pregunta está detrás de las decisiones que hoy, tanto en la Moncloa como en el PSOE periférico, se están tomando. En estos días ha sorprendido la contundencia con la que el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, ha marcado distancias con su homólogo García-Page. 'A priori' se ha interpretado cómo un ademán de lealtad del extremeño hacia Sánchez. Fernández Vara tiene cargo en Ferraz y fue de los indultados por Sánchez tras su regreso al poder.

Entre parte de los socialistas hay una visión más a largo plazo. Los reservistas, que esperan la caída de Sánchez para volver, meten en la carrera sucesoria a Fernández Vara. Destacan frente a García-Page sus puentes con Ferraz como un valor a explotar a futuro si Sánchez decide no presentarse, como ya hizo José Luis Rodríguez Zapatero, si la próxima cita electoral no se logran salvar feudos clave o si concurre como candidato a las generales y pierde.

A diferencia de aquella revuelta de los barones contra Pedro Sánchez, que apadrinó el propio José Luis Rodríguez Zapatero para encumbrar a Susana Díaz, ahora no hay una acción común. En el pasado quedan esas citas clandestinas de Emiliano García-Page, Guillermo Fernández Vara, Susana Díaz y Javier Lambán. Sánchez reformó los estatutos y cualquier disidencia es imposible orgánicamente. Si un sector del PSOE quisiese dar un golpe debería fraguarse una operación similar a la de Alberto Núñez Feijóo contra Pablo Casado. La coartada sería un batacazo en las urnas y la necesidad de "centrar" el partido. Un volver a las esencias y abonar el bipartidismo con un líder del PP que se ve como "moderado".

Más allá de extramuros, en las tripas del Gobierno no hay una figura de peso que se perciba por todos como el "delfín". En el caso de Mariano Rajoy siempre se miró a Soraya Sáenz de Santamaría. "Había demasiados", matiza un exministro popular que achaca el fin del marianismo a las luchas de poder con María Dolores de Cospedal a la cabeza.

En el Consejo de ministros despuntó esta semana la vicepresidenta primera, Nadia Calviño. Su crecimiento a nivel político ha gustado en el partido, pero no se la ve en clave sucesoria. Hay coincidencia en que la titular de Educación, Pilar Alegría, es una buena "tapada" en caso de que se desencadene una sucesión que hoy suena a ciencia ficción: "Sánchez no piensa en delfines porque su plan es ganar y seguir".

Relación con Podemos

Sánchez sigue en su marco de resiliencia. Las diferencias con los socios de Podemos no se leen ya como grandes crisis, sino como bocanadas de un partido agonizante que pelea por la supervivencia. Un veterano diputado socialista reconoce a este medio que las amenazas de los ministros morados de dejar el Gobierno han dejado de preocupar. "Ione Belarra e Irene Montero tiene la puerta abierta. Ellas deciden", sentencia.

Las miradas del presidente están puestas en Yolanda Díaz y su plataforma Sumar. El tiempo favorece a los socialistas porque la vicepresidenta no termina de arrancar y mientras, como se ha visto en la letra de las cuentas para 2023, Sánchez acapara el discurso para el electorado que está a la izquierda del PSOE. La pugna entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias es una bendición para los intereses del inquilino de la Moncloa. La bancada morada del Congreso es un buen termómetro del "juego de tronos".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Pablo Echenique, como evidenció con sus aspavientos para denunciar que habían sido engañados en la negociación de los Presupuestos, está totalmente aislado. Los "yolandistas" escalan posiciones y son los verdaderos interlocutores con el PSOE. Ya casi no se disimula. El jueves los partidarios de la ministra de Trabajo no acudieron a sus escaños, mientras los "pablistas" jalean las manifestaciones en la calle contra el Ejecutivo al que pertenecen.

"Podemos son como Junts", bromean los socialistas, que ven una oportunidad en la ruptura del Gobierno catalán para atraer el favor de ERC a las cuentas. Ha habido importantes concesiones a Cataluña, recibirá la mayor inversión del Estado, concretamente un 92 por ciento más que la Comunidad de Madrid. Pere Aragonès necesita más que nunca a Pedro Sánchez. Ambos se han convertido en aliados imprescindibles. El presidente catalán se ha encomendado a presentarse como un hombre de gestión. El soberanismo ha pasado a un segundo plano, aunque las reclamaciones se mantendrán, pero lo que realmente se negociará con la Moncloa son dádivas que permitan mejorar las condiciones económicas de los catalanes.

En este escenario, Sánchez se mueve más cómodo. La debilidad de ERC, sin los de Carles Puigdemont ni la CUP, como aliados, se interpreta como una fortaleza de cara a sumar apoyos. Bildu recorrerá el camino de ERC y a partir de aquí "irán cayendo los síes", vaticinan en Moncloa. Hay un mes para sumar.

Foto: El portavoz de ERC, Gabriel Rufián. (EFE/Fernando Villar) Opinión

Hasta aquí la perspectiva monclovita. Entre los barones del PSOE la lectura es opuesta. Cada gesto a ERC se interpreta como "un tiro en el pie" para los intereses de los dirigentes socialistas de cara a las municipales y autonómicas. No ha habido pudor a la hora de enfrentar frontalmente la política fiscal de Sánchez con bajadas de impuestos y huyendo de la dicotomía entre pobres y ricos de la factoría la Moncloa.

Pedro Sánchez cierra una semana fundamental para sus planes de futuro. El balance en su equipo es positivo. Se ha logrado presentar unos Presupuestos vitales para afrontar el último año de legislatura y las próximas citas electorales. En la Moncloa reina un optimismo que no comparten la mayoría de los cuadros del PSOE, que ven al presidente "encastillado". Las encuestas, tanto para mayo de 2023 como para las elecciones generales, no auguran remontada y empiezan a verse movimientos en el partido de cara a poner fin a la etapa "sanchista". Sería el segundo magnicidio del presidente.

Barones del PSOE Pedro Sánchez Yolanda Díaz
El redactor recomienda