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La ruptura del Govern acentúa la dependencia entre Sánchez y ERC antes de los presupuestos
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La ruptura del Govern acentúa la dependencia entre Sánchez y ERC antes de los presupuestos

La abrupta salida de JxCAT obliga a las dos partes a apoyarse para garantizar su viabilidad. "Le aprobaremos las cuentas si él aprueba las de Pedro Sánchez", reconocen fuentes socialistas

Foto: Sánchez y Aragonès, en una reunión en Moncloa. (EFE/Emilio Naranjo)
Sánchez y Aragonès, en una reunión en Moncloa. (EFE/Emilio Naranjo)
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La implosión del Ejecutivo catalán condicionará a partir de ahora las relaciones entre el PSOE y ERC. Lo hará a nivel nacional, donde los republicanos son uno de los socios prioritarios de Pedro Sánchez, pero también en la Generalitat, habida cuenta de que Pere Aragonès necesitará de los apoyos puntuales del PSC para sacar adelante la legislatura. Así, la abrupta salida de JxCAT del Govern abre un nuevo periodo en las alianzas entre ambos partidos, obligados a desarrollar una especie de intercambio de favores para la viabilidad de sus presupuestos. "Es imprescindible que apoyen las cuentas de Pedro Sánchez. Si lo hacen, que no padezcan, porque los números de la Generalitat serán apoyados por el PSC. Pero es imprescindible esa correspondencia y así se lo hemos hecho saber", señalan fuentes socialistas en Cataluña, tras conocerse los resultados de la consulta interna de Junts.

La realidad es que Pedro Sánchez ya ha tendido la mano a los republicanos. Apenas se supo que la salida del Govern era la opción mayoritaria en el plebiscito, con más del 55% de los votos, el presidente del Gobierno apostó por la "estabilidad" y deslizó que los socialistas serán una parte importante para este propósito. "El valor de la estabilidad de los gobiernos, en este caso el Govern, es fundamental", dijo el líder del Ejecutivo. "El PSC siempre ha tendido la mano en aras del interés general de la sociedad catalana", añadió Sánchez, por si había alguna duda de cuál será su papel en los próximos meses.

Foto: La líder de JxCAT, Laura Borràs. (EFE/Enric Fontcuberta)

No es ninguna sorpresa. Sánchez necesita de ERC para sacar adelante sus presupuestos y el resto de iniciativas hasta el final de su mandato. Ya ha sido clave para la viabilidad del Ejecutivo y lo será aún más a partir de ahora. En cuestiones como la ley de vivienda, de hecho, los socialistas ya han situado a los republicanos en un lugar privilegiado frente a los socios de Unidas Podemos. Pero la ruptura en el Govern tiene importantes implicaciones en la Generalitat y otras administraciones. Como un efecto dominó que abarca desde el Congreso hasta los ayuntamientos.

La implosión del Gobierno catalán no tendrá las consecuencias previstas desde la sede de JxCAT ni desde Waterloo, con un Carles Puigdemont acechante sobre el derrumbe del Ejecutivo de Pere Aragonès. Los primeros escollos, los más importantes para ir funcionando, están a punto de solucionarse a pesar de la marcha de los de Laura Borràs. Se trata de los presupuestos generales de la Generalitat para el año que viene, que el 'conseller' Jaume Giró (JxCAT) dejó casi ultimados.

"Tardarán un poquito más, pero los números saldrán adelante", vaticina una fuente cercana al Govern a El Confidencial. De momento, está casi ultimado un acuerdo con los comunes. Las negociaciones, que ha llevado Jordi Martí, la mano derecha de Ada Colau, se conocen como 'operación Barcelona' y tratan de arrancar un pacto para que los comunes aprueben los presupuestos de Aragonès en el Parlament y, en justa correspondencia, el republicano Ernest Maragall se avenga a aprobar los números de Colau en el Ayuntamiento. Con ese pacto en el bolsillo, el 'president' cuenta ya con 41 escaños a su favor, aunque habrá que esperar a ver si los comunes pueden pactar finalmente su entrada en el Govern para suplir la ausencia de los de Junts.

"Tardarán más, pero saldrán adelante", vaticina una fuente cercana al Govern. De momento, se ultima un acuerdo con los comunes

En lo referente a los puentes tendidos con los socialistas, pasa más de lo mismo. "Aragonès tiene la pieza de los presupuestos asegurada si ERC da el visto bueno a los presupuestos generales del Estado en el Congreso", admiten dos fuentes diferentes consultadas por este diario.

Otra fuente socialista resalta que no habrá problema en llegar a acuerdos con los números. "No creemos que sean unos presupuestos fuera de lógica. Más allá de poder cambiar algunas partidas, en sus líneas generales podrán ser balances asumibles por el PSC y por los comunes, aunque nosotros no tenemos ningún acuerdo blindado con Esquerra". La situación es favorable a ambos bandos: "A ellos les interesa que votemos sus presupuestos y a nosotros nos interesa que voten nuestros presupuestos. Esa es la realidad. Lo único que pedimos es que los presupuestos vayan dirigidos a solucionar los problemas de la ciudadanía". Sin embargo, hay otros sectores de ERC que califican el ofrecimiento de Sánchez como "un intento de desestabilización".

Los dirigentes socialistas ponen números encima de la mesa. Cataluña recibirá el 17,2% de la inversión del Estado el año que viene, un volumen que cuadra con su peso y con la población. Con ese dato, según consideran internamente, ERC ya tendría que pensárselo. Si las negociaciones llegan a buen puerto, las cuentas de Aragonès pueden contar con una holgada mayoría de 74 escaños, tanto como hubiese tenido con el apoyo de JxCAT y de la CUP. Lo único que no tendrá es un Govern de coalición, sino que deberá convivir con la inestabilidad de contar con una ínfima minoría parlamentaria, puesto que el principal grupo del hemiciclo, el PSC, no firmará ningún pacto de estabilidad con Esquerra. En definitiva, el 'oasis catalán' se parece, de alguna manera, a un nuevo tripartito, aunque sin coalición gubernamental.

Replantear la estrategia socialista

Los socialistas comparten la idea de que Aragonès no convoque elecciones: "No tocan". "No es el momento de ir a las urnas, con una crisis económica encima y con una guerra que nubla el porvenir. Su decisión de gobernar en solitario nos parece correcta y en el futuro no dudamos de que podremos llegar a algunos acuerdos puntuales, aunque en ocasiones habrá desencuentros y votaciones en contra, como es lógico", señalan.

La crisis, no obstante, sí que obligará al PSC a replantearse su estrategia, especialmente de cara a las elecciones municipales de mayo próximo. "No es lo mismo llegar a las elecciones con un Govern en minoría que con un Govern de coalición donde los dos socios se están peleando continuamente", admiten fuentes de la formación. Los socialistas miran de reojo a sus rivales parlamentarios. Un mensaje de Alejandro Fernández, líder del PP, en la tarde de este viernes, fue muy comentado en la sede del partido socialista en Cataluña. "Que nadie se preocupe mucho, que allí estará Salvador Illa para acudir al rescate… lo estaba deseando!!!", lanzó por las redes sociales.

Foto: El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/EPA/Marin Divisek)

"Nosotros no vamos a ser los salvadores de ERC. Podremos llegar a acuerdos puntuales, pero no seremos la tabla de salvación ni el bastón de Aragonès. Que Alejandro Fernández no se haga ilusiones. Votaremos en conciencia los temas con los que estemos de acuerdo o que podamos pactar previamente en el Parlament, pero para socios permanentes ya tendrán otros", señalan las fuentes socialistas consultadas.

En algunos círculos políticos se habla ya incluso de que JxCAT quiere darle la puntilla en forma de moción de censura parlamentaria. De hecho, el secretario general de Junts, Jordi Turull, ya evitó pronunciarse sobre si su partido apoyará los presupuestos confeccionados por el 'conseller' de Junts cesante. "Esto no va de sectarismos y en el fondo del debate hay un tema de radicalidad democrática". Esa apreciación es una de las claves del posicionamiento duro anti-ERC que Junts mantendrá en el futuro, aunque el resto de grupos parlamentarios no están por la labor. Pere Aragonès, pese a lo que diga Laura Borràs sobre su falta de legitimidad, podrá gobernar en minoría.

Foto: El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, acompañado por la consellera de Presidencia, Laura Vilagrà. (EFE/Andreu Dalmau)

Por el momento, el propio Aragonès tiene previsto acudir este sábado al Palau de la Generalitat y mantener las primeras reuniones y contactos para configurar el nuevo Ejecutivo. Se espera que, además de cargos de ERC, también haya independientes en el nuevo gabinete.

La implosión del Ejecutivo catalán condicionará a partir de ahora las relaciones entre el PSOE y ERC. Lo hará a nivel nacional, donde los republicanos son uno de los socios prioritarios de Pedro Sánchez, pero también en la Generalitat, habida cuenta de que Pere Aragonès necesitará de los apoyos puntuales del PSC para sacar adelante la legislatura. Así, la abrupta salida de JxCAT del Govern abre un nuevo periodo en las alianzas entre ambos partidos, obligados a desarrollar una especie de intercambio de favores para la viabilidad de sus presupuestos. "Es imprescindible que apoyen las cuentas de Pedro Sánchez. Si lo hacen, que no padezcan, porque los números de la Generalitat serán apoyados por el PSC. Pero es imprescindible esa correspondencia y así se lo hemos hecho saber", señalan fuentes socialistas en Cataluña, tras conocerse los resultados de la consulta interna de Junts.

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