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Bienvenido, Míster Reynders: la última bala para acabar con la crisis del poder judicial
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Visita del comisario de Justicia

Bienvenido, Míster Reynders: la última bala para acabar con la crisis del poder judicial

Tras la falta de reacción del PP y del PSOE ante la amenaza del presidente Carlos Lesmes de dimitir, el comisario europeo se ha convertido en la nueva panacea. El remedio para cualquier mal

Foto: Didier Reynders. (Reuters/Yves Herman)
Didier Reynders. (Reuters/Yves Herman)
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"Reynders es la última bala". La visita a España esta semana del comisario de Justicia de la UE se ha convertido en el último hilo de esperanza al que se agarra una judicatura desesperada, asqueada y hastiada por la profunda crisis del poder judicial. Numerosas fuentes consultadas por El Confidencial aseguran que solo una mediación severa del emisario de Bruselas lograría arrancar a los dos principales partidos políticos del actual alejamiento y empujar una renovación del Consejo General del Poder Judicial que nunca llega. Tras la falta de reacción del PP y el PSOE a la amenaza del presidente Carlos Lesmes de dimitir, el comisario europeo se ha convertido en la nueva panacea. El remedio para cualquier mal. Fuentes de Bruselas señalan, sin embargo, que Reynders solamente puede facilitar el diálogo, pero ni mediar ni encontrar soluciones que no quieran buscar los dos grandes partidos.

La mayoría de los consultados asegura que tanto socialistas como populares "están muy cómodos" con la actual situación. No ven necesidad alguna de resolver la parálisis que tanto unos como otros utilizan en contra del oponente. Dan por hecho que si Reynders se va sin lograr arrancar un compromiso público a las dos partes, no habrá renovación. El horizonte político de los próximos meses no alienta acuerdos. Primero los presupuestos y después el baile de candidaturas para las elecciones de 2023. Y un año electoral que puede alargarse hasta diciembre de 2023, última fecha posible para convocar los comicios.

Foto: Carlos Lesmes, ante el rey Felipe VI. (EFE/J.J Guillén)

Subidos a la ola de culparse mutuamente, instalados en la desconfianza, es evidente que el PP y el PSOE necesitan un mediador. Pero muchos incluso dudan de la eficacia de esta intervención de Bruselas. La propia ministra de Justicia ha dejado claro que al Gobierno de España no le interesa una intervención europea en sus asuntos. "España tiene que demostrar que es una democracia madura y que sus instituciones son capaces de llegar a ese acuerdo para la renovación del CGPJ", lanzó en una entrevista concedida a 'El Periódico de España'.

"El respeto a los principios de Estado de derecho e independencia judicial es una exigencia del Tratado de la Unión y no una mera cuestión interna, y de una vez por todas la Comisión nos va a decir si estamos incumpliendo y qué tenemos que hacer para remediar ese incumplimiento, que no es una opción, sino una obligación", asegura, por su parte, un vocal consultado.

Foto: El rey Felipe, junto al presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes (c-i), entre otros, posan para la foto oficial durante el acto de apertura del Año Judicial 2022. (EFE/J. J. Guillén) Opinión

En contra de lo que puede parecer, la visita de Reynders no se produce a consecuencia de la crisis, sino a pesar de ella. Forma parte de una serie de viajes del comisario de Justicia a los Estados miembros de la Unión Europea para discutir de la monitorización que la Comisión Europea hace del Estado de derecho en todos los países del club. Pero el principal asunto en la agenda de su visita a España es obvio para todo el mundo. El mensaje del belga será claro, como llevan apuntando fuentes comunitarias desde hace semanas: es urgente que se renueve el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La vicepresidenta Vera Jourová ya lo expresó en una carta a Lesmes. Aunque Bruselas quiere ver también una reforma del Consejo, para que se adapte a los estándares europeos, fuentes del Ejecutivo comunitario son tajantes sobre el orden de los acontecimientos: primero debe haber una renovación y después una reforma, y no debe establecerse ningún vínculo entre ellas.

Trabajar para acercar a ambas partes

Reynders le dio un perfil diferente a su visita hace solamente una semana, cuando aseguró que su intención era intentar facilitar un acuerdo entre el Gobierno y la oposición. “Lo que podemos hacer es evidentemente implicarnos en el diálogo”, explicó entonces el comisario, que señaló que pretendía “no solamente pedir que haya una discusión” sino trabajar para acercar las posiciones de ambas partes. La Comisión Europea no tiene entre sus competencias mediar en asuntos internos, pero Reynders ha dado un paso más allá de lo que normalmente se permite Bruselas. De hecho, fuentes comunitarias señalan que fue iniciativa personal del comisario, y no una decisión estratégica de la Comisión, dar esa naturaleza de mediación a su visita a Madrid.

Foto: El presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes. (EFE/Miguel Barreto) Opinión

Desde el equipo del comisario, todavía no se han facilitado los detalles de su agenda, pero ya la semana pasada señaló a un grupo de periodistas que su intención era verse “con el Gobierno, con la mayoría y con la oposición, con el Parlamento, con asociaciones de jueces o de abogados, colectivos de la sociedad civil o universidades”, y que su intención era “organizar una discusión, un diálogo entre las fuerzas políticas”. En España, algunas de esas citas han ido ya trascendiendo. El día 29, el comisario se reunirá con las asociaciones de jueces y el 30 con el propio Lesmes. Está prevista, además, una reunión con los representantes de las dos partes enfrentadas: los negociadores Félix Bolaños y Esteban González Pons.

Reynders llegó a la Comisión Europea directamente desde el Gobierno belga, donde era ministro de Asuntos Exteriores (2004-2019) y de Defensa (2018-2019) y viceprimer ministro (2004-2019), y también fue en el pasado ministro de Finanzas desde 1999 hasta 2011. Desde 2004 fue, además, líder del Movimiento Reformador, un partido liberal francófono y una de las principales fuerzas políticas del país.

Foto: El presidente del TS, Carlos Lesmes (i), ante el rey Felipe VI. (EFE/J.J. Guillén)

Su postura destacada en la política nacional le ha otorgado una experiencia amplísima en situaciones de bloqueo. Es muy común que haya asuntos que se enquisten durante meses, como por ejemplo la formación de Gobierno: tras unas elecciones en 2010, se tardó 541 días en formar Gobierno, y en 2020 el país acumuló 652 días con un Ejecutivo en funciones. Se trata de un Estado enormemente complejo y dividido, con dos grandes comunidades, francófonos y flamencos, que necesitan ponerse de acuerdo, algo que no siempre es sencillo.

Eso hace que los políticos que están en primera fila desarrollen una cualidad única para dos talentos: una paciencia inmensa y una capacidad de negociar hasta el agotamiento. Otro belga, Charles Michel, ahora presidente del Consejo Europeo, ha aplicado esta estrategia entre los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión en alguna ocasión desde que asumió el cargo, algo que no siempre ha gustado a los líderes. Se trata de negociar hasta que una parte y la otra empiezan a hacer concesiones con un simple objetivo: terminar las conversaciones.

Reynders no tiene tiempo para aplicar esa lógica en España. No se trata de negociar hasta el agotamiento, pero sí de transmitir un mensaje muy propio de la política belga: guste o no, se sientan cómodos o no, de alguna forma deben llegar a un terreno común. Se trata de facilitar, no de mediar. Porque lo último que busca la Comisión Europea es cargar sobre sus hombros una responsabilidad que desde Bruselas no dudan en atribuir a los dos principales partidos políticos españoles. Pero la paciencia va agotándose por el lado del Ejecutivo comunitario, que cada vez es más vocal a la hora de expresar la necesidad de actuar y la urgencia de hacerlo de forma inminente.

"Reynders es la última bala". La visita a España esta semana del comisario de Justicia de la UE se ha convertido en el último hilo de esperanza al que se agarra una judicatura desesperada, asqueada y hastiada por la profunda crisis del poder judicial. Numerosas fuentes consultadas por El Confidencial aseguran que solo una mediación severa del emisario de Bruselas lograría arrancar a los dos principales partidos políticos del actual alejamiento y empujar una renovación del Consejo General del Poder Judicial que nunca llega. Tras la falta de reacción del PP y el PSOE a la amenaza del presidente Carlos Lesmes de dimitir, el comisario europeo se ha convertido en la nueva panacea. El remedio para cualquier mal. Fuentes de Bruselas señalan, sin embargo, que Reynders solamente puede facilitar el diálogo, pero ni mediar ni encontrar soluciones que no quieran buscar los dos grandes partidos.

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