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El PP se acerca al discurso de Vox por la batalla energética y abre la puerta al 'fracking'
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OFENSIVA PARLAMENTARIA

El PP se acerca al discurso de Vox por la batalla energética y abre la puerta al 'fracking'

Génova abandona el rechazo rotundo a la controvertida técnica para extraer combustibles fósiles y pide modificar la ley de cambio climático para obtener minerales como uranio o litio

Foto: La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y el presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Mariscal)
La secretaria general del PP, Cuca Gamarra, y el presidente de Vox, Santiago Abascal. (EFE/Mariscal)

Hace más de un año que el Congreso de los Diputados dio luz verde a la ley de cambio climático con el objetivo de avanzar hacia la consecución de una transición ecológica en España. La norma contó con la abstención del PP, que, además, se desmarcó de la enmienda a la totalidad que presentaron sus homólogos de Vox, la única fuerza del arco parlamentario que se posicionó en contra. Pero la emergencia energética y la guerra política derivada de esta han provocado un cambio en el discurso del primer partido de la oposición, que pide abiertamente paralizar todo el articulado que recoge la prohibición de extraer minerales críticos para "aumentar las reservas energéticas" del país. Y no solo eso. Aunque los populares no la incluyen como una propuesta propia, Génova abrió este martes la puerta a "abordar" la controvertida técnica del 'fracking' que la formación de Santiago Abascal ha defendido durante años en solitario.

"Desde luego, también se puede abordar. No hay por qué descartarlo", avanzó a preguntas de los periodistas el vicesecretario de Coordinación Autonómica y Local, Pedro Rollán. La sede nacional de Génova fue el escenario elegido para hacer públicas una serie de iniciativas parlamentarias en materia energética que el PP registrará este mismo miércoles en la Cámara Baja. Los populares plantean su particular hoja de ruta como "alternativa" al plan de ahorro impulsado por el Gobierno, que ha sido fuertemente criticado por el partido que dirige Alberto Núñez Feijóo y que, incluso, terminará en los tribunales por el recurso ya anunciado por Isabel Díaz Ayuso.

Foto: Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, en el congreso del PP de Madrid. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El PP ha dado un paso al frente al materializar una iniciativa de la que ya informó hace meses El Confidencial, y que pasaba por impulsar una reforma de la ley de cambio climático y transición energética para eliminar la "prohibición radical" respecto a cualquier tipo de investigación, extracción o exploración de minerales en España, con el fin de avanzar hacia la "soberanía energética" y reducir la dependencia del exterior. El eje de la iniciativa gira en torno a explorar las reservas de uranio, que se emplea en las centrales nucleares, y de litio, dos materiales clave en un momento de emergencia energética por la crisis de Ucrania y la amenaza de que Rusia cierre el grifo del gas.

Como explica el primer partido de la oposición, la extracción de este tipo de materiales quedó en el limbo por las trabas medioambientales derivadas de una ley cuyo contenido ha quedado cuestionado tras la amenaza de desabastecimiento provocada por el conflicto bélico. "No parece razonable que, ante esta crisis energética, no tengamos ni derecho al conocimiento de cuáles son las reservas de minerales que tenemos en nuestro país", denunció el secretario general adjunto del PP en el Congreso, Guillermo Mariscal, que reafirmó la intención del partido de revertir una dinámica "lesiva" en un contexto de crisis internacional.

Foto: La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El PP ha dado un paso decidido para presionar al Gobierno con la modificación de la ley de cambio climático para aumentar las capacidades extractivas del país, en línea con una postura que Vox ha convertido en su particular bandera política. Los de Santiago Abascal apuestan sin cortapisas por derogar los artículos 9 y 10 de la normativa vigente para explotar hidrocarburos y yacimientos minerales, así como abolir la norma que apuesta por la descarbonización. El primer partido de la oposición, por su parte, ha endurecido su discurso con términos empleados habitualmente por el partido situado a su derecha, haciendo por ejemplo un llamamiento a combatir la "ideología" climática o el "fundamentalismo tecnológico" de la izquierda a la hora de rechazar la nuclear como fuente de energía.

Los populares siguen elevando la presión contra el Ejecutivo y piden una hoja de ruta "consensuada" que, más allá de medidas de ahorro, contemple iniciativas para acercarse lo máximo posible a un escenario de soberanía energética. En este sentido, el PP ha modulado también su postura respecto al empleo de la fractura hidráulica para extraer gas y petróleo del subsuelo español, una técnica terminantemente prohibida por su impacto medioambiental y que, al menos hasta ahora, el PP había rechazado de forma rotunda. De hecho, la portavoz del partido en el Congreso, Cuca Gamarra, llegó a cuestionar la incoherencia del Gobierno por comprar gas a Estados Unidos extraído por 'fracking' mientras "presume" de "compromiso climático".

Foto: Reactor nuclear de Isar 2 en Alemania. (REUTERS/Ayhan Uyanik)

Génova no se desvía del camino que marca Europa y no incluye la exploración del 'fracking' dentro de su batería de medidas energéticas para reducir las importaciones, pero sí se muestra favorable a facilitar su "estudio" y que sea la comunidad científica y no la ideología política la que desestime o no su utilización. El partido apoyó durante años el empleo de esta técnica, hasta el punto de que en 2015 el Gobierno de Mariano Rajoy aprobó la polémica ley de hidrocarburos, una norma que preveía subvenciones para aquellas comunidades donde se ubicasen actividades de extracción de gas por medio del controvertido sistema de fractura hidráulica, ya vetado por ley.

Mucho más contundentes se muestran en Vox, en cuyas filas han defendido al menos la realización de un estudio sobre la utilización del 'fracking' en determinados yacimientos nacionales, con el foco puesto especialmente en Canarias, que en 2015 cesó las prospecciones petrolíferas por trabas medioambientales. El pasado mes de junio, un diputado de la formación, Francisco José Contreras, hizo una defensa abierta del empleo de la controvertida técnica en la tribuna del Congreso de los Diputados, desde la que se comprometió también a derogar la "delirante" ley de cambio climático y "sacar" a España de los Acuerdos de París en caso de que Vox lograse llegar al Gobierno.

Ofensiva parlamentaria

El PP ha declarado la guerra al decreto energético impulsado por el Gobierno y llevará al Congreso una serie de iniciativas para tratar de reorientar al Ejecutivo en el segundo paquete de medidas de ahorro que Sánchez prevé presentar en septiembre. Los populares buscarán el apoyo de otros grupos para impulsar su propuesta de modificación de la ley de cambio climático, un camino que se estima altamente complicado por la aparente negativa de la mayoría del arco parlamentario a una propuesta de la que solo cabría esperar el respaldo de Vox.

Más allá de la investigación y explotación de minerales en el territorio nacional, el PP volverá a llevar a la Cámara Baja su propuesta para alargar la vida útil de las centrales nucleares y paralizar el calendario que aprobó el Gobierno en 2019 con las grandes eléctricas, que prevé un cierre escalonado de los reactores españoles en activo entre 2027 y 2035, un escenario al que Moncloa ya ha dado portazo.

Foto: Juan García-Gallardo. (EFE/Pablo Martín) Opinión

Además, otra de las proposiciones que registrará el partido abre la puerta a eliminar el IVA a agricultores y empresas que donen alimentos a entidades benéficas "para apoyar a aquellos que más dificultades están pasando". Los populares abogarán también en el Congreso por implementar una tarifa energética fija para los hogares más vulnerables, para evitar que dependan de las fluctuaciones del mercado. En este caso, el PP apuesta por que sean las comunidades autónomas las que fijen los requisitos para beneficiarse de tal medida en función de factores como la renta o la ubicación geográfica.

Hace más de un año que el Congreso de los Diputados dio luz verde a la ley de cambio climático con el objetivo de avanzar hacia la consecución de una transición ecológica en España. La norma contó con la abstención del PP, que, además, se desmarcó de la enmienda a la totalidad que presentaron sus homólogos de Vox, la única fuerza del arco parlamentario que se posicionó en contra. Pero la emergencia energética y la guerra política derivada de esta han provocado un cambio en el discurso del primer partido de la oposición, que pide abiertamente paralizar todo el articulado que recoge la prohibición de extraer minerales críticos para "aumentar las reservas energéticas" del país. Y no solo eso. Aunque los populares no la incluyen como una propuesta propia, Génova abrió este martes la puerta a "abordar" la controvertida técnica del 'fracking' que la formación de Santiago Abascal ha defendido durante años en solitario.

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