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El PP plantea reformar la ley para extraer gas propio y garantizar la soberanía energética
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Cambio climático y transición energética

El PP plantea reformar la ley para extraer gas propio y garantizar la soberanía energética

Los populares ultiman un plan de presión contra el Gobierno para reducir la dependencia exterior, centrado en la reforma de la Ley de Cambio Climático para la exploración y explotación de hidrocarburos y minerales 'críticos' como el uranio

Foto: La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

La guerra de Ucrania ha evidenciado la enorme dependencia energética exterior de España. Una obviedad que, sin embargo, resucita el debate de hasta qué punto nuestro país es capaz de autoabastecerse. Las posibilidades están delimitadas por la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, cuyo contenido está ahora más cuestionado que nunca. Tanto, que el PP ya prepara como primer partido de la oposición un plan de presión al Gobierno para alcanzar o al menos acercarse lo máximo posible a la soberanía energética. El programa de los populares, que cristalizará en los próximos días, se sostiene en dos puntos relacionados entre sí: impulsar una reforma de la norma pilotada por el Ministerio de Transición Ecológica y explorar nuevas vías para la explotación de hidrocarburos y minerales como el uranio.

Fuentes del Partido Popular señalan a El Confidencial que este es un asunto capital. Desde la formación, están estudiando de qué forma se podrían aprovechar todos los recursos a nuestro alcance. Por un lado, en caso de aprobarse su tramitación como proyecto de ley, los populares plantean presentar una enmienda al decreto que el Ejecutivo aprobará el próximo día 29 centrado en medidas para la recuperación económica, para impulsar la generación de biogás a través de explotaciones ganaderas o agropecuarias, así como el "replanteamiento" del aprovechamiento de minerales considerados 'críticos', como el uranio, o la recuperación de planes de tierras raras. En muchos casos, la explotación de este tipo de materiales ha quedado en el limbo o, directamente, anulada por las trabas medioambientales o las protestas políticas que, a juicio de los populares, han quedado "obsoletas".

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a las ministras María Jesús Montero (c) y Nadia Calviño a su llegada a la sesión de control celebrada este miércoles en el Congreso de los Diputados. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

"Estudiaremos todas las posibilidades a nuestro alcance para ampliar nuestra capacidad extractiva, siempre y cuando se cumplan las debidas medidas de seguridad", aseguran los populares, desde cuyas filas hacen un llamamiento a recuperar el "potencial energético" del país en un momento de alta tensión internacional por la invasión rusa. Además de las energías renovables y la explotación de recursos minerales autóctonos, en el primer partido de la oposición contemplan, también, impulsar nuevos proyectos para avanzar en la extracción de gas propio en el sur del país, concretamente en Andalucía y Murcia. "No podemos descartar ninguna alternativa, y menos ahora", señalan desde el grupo parlamentario.

El segundo eje de la estrategia es una modificación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética para aumentar las capacidades extractivas, habida cuenta de que prohíbe expresamente las nuevas explotaciones y técnicas como el 'fracking'. Los populares descartan inicialmente esta última herramienta, a pesar de que durante años el partido apoyó su utilización en diferentes propuestas presentadas tanto en los parlamentos autonómicos como en la Cámara Baja. En 2015, el PP aprobó su controvertida Ley de Hidrocarburos, una norma que preveía subvenciones para aquellas comunidades autónomas donde se ubicasen actividades de extracción de gas por medio del polémico sistema de fractura hidráulica. Muy llamativa fue la oposición que realizó el entonces alcalde de Vitoria, Javier Maroto, que se unió a la izquierda para obstaculizar la implantación del 'fracking' en el País Vasco, en contra del criterio tanto de Mariano Rajoy como del PP regional.

Foto: Pozo petrolífero en la localidad de Midland, en Texas, en el que se utiliza la técnica del 'fracking'. EFE

Con todo, la nueva dirección del PP tiene muy claro que la apuesta principal es el gas. Una vez que la UE lo ha calificado como energía verde, fuentes populares sostienen que la estrategia a corto y medio plazo debe centrarse en esta fuente de energía. Así, en las últimas semanas ya han presentado dos iniciativas en el Congreso para incrementar la capacidad de almacenamiento y potenciar la red de regasificación en España. También la reactivación del gasoducto del Midcat para conectar Argelia con el resto de Europa. El plan de Alberto Núñez Feijóo, aseguran, es avanzar por estas vías, construir nuevos gasoductos y fortalecer las relaciones con el país del norte de África.

Sin embargo, la reforma de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética es una tarea "complicada", según reconocen en el PP. Aunque fuercen un debate en este sentido, su propia debilidad parlamentaria abocaría cualquier propuesta al fracaso en la Cámara Baja. En principio, solo cabría esperar el respaldo de Vox, que cuenta con su propio plan para garantizar la soberanía energética nacional centrado en la explotación de la energía nuclear.

Ley de Cambio Climático

El texto contra el cambio climático, impulsado por la ministra del ramo, Teresa Ribera, fue aprobado el año pasado, aunque contó con la abstención de los populares y con el rechazo de los de Santiago Abascal. La normativa prohíbe expresamente las explotaciones de hidrocarburos y minerales radiactivos en todo el territorio nacional. "Avanzar en una economía descarbonizada y segura implica aceptar un uso responsable de los recursos, por lo que la ley, con carácter general, limita los nuevos proyectos de exploración y explotación de hidrocarburos, minerales radioactivos y carbón en territorio español", señala en su exposición de motivos.

Foto: Una estación de compresión de gas. (Reuters/Vasily Fedosenko)

El veto, recogido en el artículo 9, se refiere a las nuevas autorizaciones de exploración, permisos de investigación o concesiones de explotación en el "territorio nacional, incluido el mar territorial, la zona económica exclusiva y la plataforma continental". El texto, además, hace una referencia concreta a la fracturación hidráulica de alto volumen, la técnica conocida como 'fracking', que extrae el gas presente en las rocas a través de un pozo que permite bombear un fluido compuesto por agua. La guerra en Ucrania reabrió el debate sobre la recuperación del controvertido sistema en algunos países como Reino Unido.

Los científicos, a favor del 'fracking'

El 'fracking' cuenta con el respaldo de los científicos. Tanto el Consejo de Colegios de Ingenieros de Minas como el Ilustre Colegio Oficial de Geólogos coinciden en su rechazo a la Ley de Cambio Climático y en el diagnóstico: con estas prohibiciones, España ha perdido una gran oportunidad para el autoabastecimiento de energía. Los geólogos emitieron la semana pasada un comunicado en el que lamentaban que los últimos años no se haya aprovechado el potencial energético de las materias primas y los recursos minerales autóctonos para reducir la dependencia exterior, agravada ahora tras la invasión rusa de Ucrania. "No se entiende cómo un país renuncia ya no solo a la explotación de sus recursos, sino a la mera investigación", añade el decano de los mineros, Ángel Cámara.

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Los geólogos señalan que desde hace años han venido advirtiendo del error que supondría la prohibición de exploración de hidrocarburos, el 'fracking' o la minería de uranio. “Los hidrocarburos son una materia prima imprescindible para la industria, presente en numerosos sectores como medicina, textiles, automóvil o electricidad”, señalan en su informe, en alusión tanto a los convencionales como a los no convencionales. El Colegio de Mineros explica a este diario que España cuenta con varias zonas susceptibles de tener recursos de gas en el subsuelo. Estos, que deberían extraerse por fractura hidráulica, se sitúan en Asturias, Cantabria, País Vasco, la zona norte de Castilla y León (Burgos), la zona surpirenaica (La Rioja y parte del Pirineo Catalán), el Levante, la cordillera Bética y la parte baja del río Guadalquivir. El Colegio de Geólogos añade que Canarias es un punto caliente para la extracción de petróleo, aunque también está prohibido.

Ambos colectivos defienden que el veto del 'fracking' repercute negativamente en las posibilidades para acercarse al ideal de soberanía energética. "Es un proceso industrial maduro, absolutamente viable, tanto técnica como económica y medioambientalmente, siempre que se respeten los principios de cautela y acción preventiva", subrayan los geólogos, que recuerdan que además de las explotaciones de gas hay otro buen número de proyectos mineros paralizados, en su mayoría por la oposición de colectivos ecologistas o por el rechazo de los vecinos de la zona. Algunos ejemplos son los planes de tierras raras (grupo de elementos químicos utilizados para fabricar productos tecnológicos y armamento) en Castilla-La Mancha, litio en Extremadura, cobre, coltán y wolframio en Galicia y uranio en Castilla y León.

En este último territorio, precisamente, hay una polémica abierta en torno a la planta de uranio en Retortillo (Salamanca), gestionada por la minera australiana Berkeley. La compañía ha aprovechado la situación actual para recriminar de nuevo al Gobierno de España que no le haya autorizado a explotar el lugar. El Ministerio de Transición Ecológica, respaldado por colectivos ecologistas y asociaciones vecinales, denegó en noviembre la autorización para construir una planta de fabricación de concentrado de uranio.

La guerra de Ucrania ha evidenciado la enorme dependencia energética exterior de España. Una obviedad que, sin embargo, resucita el debate de hasta qué punto nuestro país es capaz de autoabastecerse. Las posibilidades están delimitadas por la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, cuyo contenido está ahora más cuestionado que nunca. Tanto, que el PP ya prepara como primer partido de la oposición un plan de presión al Gobierno para alcanzar o al menos acercarse lo máximo posible a la soberanía energética. El programa de los populares, que cristalizará en los próximos días, se sostiene en dos puntos relacionados entre sí: impulsar una reforma de la norma pilotada por el Ministerio de Transición Ecológica y explorar nuevas vías para la explotación de hidrocarburos y minerales como el uranio.

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